Ahora que viajar resulta casi una utopía, jueguen a hacerlo sin moverse. Imaginen una ruta que parte de México y cruza la traicionera frontera. El camino se detiene en Austin, donde Muddy Waters compartió escenario con Johnny Winter. Más adelante se adentra en Lafayette, lugar ... en el que John Lee Hooker realizó sus primeras grabaciones, y termina en la vibrante Nueva Orleans donde Chet Atkins canta a un hogar de 2,21 minutos. ¿Tiene todo esto algo que ver con Burgos? Pues sí. Lo tiene.
Los límites no existen a la hora de construir música. Lo saben bien Jorge Arribas y Diego Galaz, revolucionarios de lo tradicional que han pisado todos los charcos, del pasodoble al vals, pasando por la habanera o las jotas, con su proyecto instrumental; Fetén Fetén. Este jueves, los burgaleses ofrecen un adelanto del que será su cuarto disco, el segundo en el que añaden un componente extra a sus composiciones: las voces ajenas. Se llamará 'Cantables II' y el single inaugural es un tète â tète con otro viajero impenitente; Jairo Zavala, Depedro.
'Para Olvidarte' tiene su parte de ranchera, su dosis de swing y el toque reconocible de los castellanos y su plantel de instrumentos en los que la voz de Depedro encaja tan bien como los frijoles con el chili de la comida tex-mex. Una canción con la que parece que decir adiós no duele tanto. Invita a balancear la cadera esta despedida. Como escribe Julian Barnes, «la aflicción puede convertirse en un espacio moral», y en este caso, ese espacio da ganas de brindar, no para beberse «hasta el agua del mar» sino para recomenzar con ganas.
Lejos de lo que pudiera pensarse, este trabajo no es el resultado de las horas de confinamiento. «Nosotros llevamos casi dos años haciendo cosas -explican- pero el contacto con Madame Vodevil, nuestra discográfica y nuestros aliados en este proyecto, fue el pistoletazo para poner las canciones sobre la mesa».
El método de trabajo ha sido el mismo que con el primer volumen, 'Cantables', publicado en 2016 y en el que participaron Julieta Venegas, Jorge Drexler, Andrés Suárez o Fito Cabrales, entre otros. Cada uno utiliza su propio estudio para grabar. Sebastián Schon en Argentina, Galaz y Arribas en Burgos. La producción se hace de manera conjunta, ignorando la existencia de un océano y cinco horas de diferencia. A continuación, esas piezas casi listas pasan a sus intérpretes. «Componemos pensando en el artista al que le puede apetecer cada canción y, cuando le llega, está bastante acabado. Se trata de buscar el tono adecuado, abiertos a sus ideas», añaden. «Lógicamente - matizan- cuatro años después, la forma de entender la música y los arreglos ha evolucionado».
Músicas inesperadas
No pongan reparos. Salgan de los esterotipos y piensen que, con casi todo lo que tienen alrededor es posible hacer música. Con una buena dosis de talento y creatividad, claro.
Fetén Fetén sorprende, primero con la mirada, después con el sonido. Ofrece una lectura contemporánea de la música tradicional y popular de baile, con instrumentos convencionales e insólitos.
Los burgaleses, unidos a partir del proyecto folk La Musgaña, han trazado un estilo propio, enérgico y en muchos momentos tambien divertido, que tiene componente educativo. Además de los conciertos entendidos como tal, ofrecen shows didácticos para niños y también para familias.
Por su parte, el músico, productor e ingeniero de sonido, Sebastián Schon, destaca por su trabajo en infinidad de discos como los de Andrés Calamaro, Manuel Carrasco, Ketama, Kevin Johansen, Natalia Lafourcade o Julieta Venegas -con estas dos últimas en discos galardonados en los premios Grammys Latinos-.
Además de Depedro, en 'Cantables II' estarán Kevin Johansen, Rozalén o Guitarricadelafuente. El repertorio del disco lo forman composiciones nuevas y también algunos temas de Fetén Fetén ahora recuperados y a los que han decidido ponerles letra.
«Pasa el tiempo como un remolino», canta Depedro en 'Para Olvidarte'. Un remolino ahora detenido. Respecto a la forzosa cuarentena, Galaz y Arribas hacen una valoración con dos vertientes. «Esto que está pasando es un drama y tiene muchas lecturas. El confinamiento hace que podamos estar más tiempo en casa y dedicados al estudio», indican. «Si tienes una motivación puedes poner muchas ideas sobre la mesa y ordenarlas. En nuestro caso, tener unas pautas ya de tiempo nos hace aprovechar la cuarentena y vivir esto con mucha creatividad».
A ritmo de swing
A finales de la década de 1930 y comienzos de la de 1940, el swing, nacido diez años antes, dominó la vida nocturna de Chicago, atrayendo al público negro y al blanco a los clubes y las salas de baile con sus ritmos calientes y sus rutilantes estrellas. Ted Goia resume así la aparición del género en 'Blues; La música del Delta del Mississippi'. Django Reinhardt, Benny Goodman o Count Basie, al frente de una amplia formación, son algunos de los muchos nombres asociados a un sonido que tradicionalmente partía del jazz originario y podía terminar mezclado con otros palos.
De tiempos medios y rápidos, el swing abarca instrumentos que van desde el piano al contrabajo y la batería o los sonidos de trompetas, trombones o saxofones. Todo esto traducido al lenguaje Fetén Fetén puede convertirse en una amalgama de inventos sonoros. Al fin y al cabo, es lo que tiene ser una big band de dos y sonar como dos docenas.
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