«Los álbumes en vivo han dejado su lugar a vídeos de un minuto en Instagram»
Libros ·
Tito Lesende publica 'Los 100 mejores discos de rock en directo', un interesante repaso por las obras más señaladas del género desde los años 60 hasta la actualidad
En tiempo de aplausos diarios desde los balcones, es un buen momento para reivindicar la importancia de este gesto, tan simbólico, cuando se ofrenda al final de una canción que termina de sonar, atronar, emocionar desde un escenario. Es el vínculo adictivo entre un artista ... y su público. La más sencilla y más grande muestra de admiración. Muchos de esos aplausos quedan plasmados en los discos en directo. Elementos distintivos que pueden servir «como transición, cerrando capítulos creativos o desastacando carreras».
Hace esta afirmación Tito Lesende (A Coruña, 1971), periodista, escritor, crítico musical y melómano vocacional. Su relación con la música es tan natural y constante como la que mantiene con el acto de comer cada día; una necesidad.
Lesende acaba de publicar 'Los 100 mejores discos de rock en directo' (EFE Eme, 2020), un compendio de obras señaladas, todas ellas en lengua inglesa (se reserva la posibilidad de un segundo volumen centrado en músicos españoles y latinoamericanos), ordenados de forma cronológica desde los años 60 hasta la actualidad. Desde Aretha Franklin a Lucinda Williams. Desde los entresijos de 'Rock of Ages' de The Band a 'Live and Dangerous' de Thin Lizzy. Kiss, Dylan, Iron Maiden, James Brown, Ben Harper, Rory Gallagher, Jefferson Airplane...así hasta cien nombres, con su completo análisis musical y un relato trufado de anécdotas. El propio autor expone el hilo conductor de la obra.
- ¿Por qué este libro?
- Hoy, todos podemos grabar un concierto y colgarlo en YouTube, o ver lo que otra persona ha subido en cualquier punto del planeta. Pero, durante muchos años, los discos en directo han sido nuestra única forma de disfrutar de un artista en vivo sin estar en el propio evento. Me planteé este libro como una antología de un formato que ha sido alimento para muchos melómanos.
- ¿Cree que un libro como este se entiende en un tiempo como el actual, cuando la música en directo funciona como mero entretenimiento?
- La música en directo siempre ha sido una manifestación cultural y también una opción de ocio. En el festival de Woodstock había casi tanta gente como en Cantabria, pero el sonido alcanzaría a una tercera parte. Esa multitud no estaba allí por la música, sino por el componente social de su época. ¡Y eso que en 1969 no podían contarlo en Instagram! Aunque escribí este libro desde la melomanía, ojalá entretenga también a aquellas personas que van a conciertos o festivales por su atractivo social.
- ¿Cuántos de los discos de esta colección tiene en su haber, aproximadamente?
- Físicamente poseo la mitad, quizá alguno más. Pero los tengo todos guardados en su versión digital.
- ¿Ha tenido que redescubrir alguno de los álbumes para plasmarlos en este trabajo?
- Por supuesto. Hacía mucho tiempo que no escuchaba algunos de estos discos. Y hay unos pocos a los que nunca había prestado tanta atención como ahora.
- Y en ese redescubrimiento, ¿se ha encontrado con que resisten bien el paso del tiempo?
- La mayoría de estas obras siguen vigentes, por contenido y por sonido: los clásicos nunca pasan de moda. En algunos casos, puede que sí se note la marca del tiempo, pero esto tampoco me parece malo. Al fin y al cabo, son documentos históricos y cada uno pertenece a su época. Por ejemplo, un concierto de Santana o de la Allman Brothers Band podría hacerse difícil de digerir para un aficionado que tenga ahora veinte años. Pero, claro, debemos entender que en la primera mitad de los 70 la exploración instrumental era tendencia, y una canción de más de diez minutos no asustaba. Santana y Pink Floyd eran superventas, de hecho, en España. Los melómanos más jóvenes deben acercarse a esas obras hoy con cierta perspectiva histórica, igual que los veteranos deberían respetar las formas musicales actuales.
- ¿Tenía más enjundia la música de décadas previas, más poso para trascender su propio momento?
- No lo creo. Defiendo las manifestaciones musicales actuales al mismo nivel que las pasadas. Lo que sí pienso es que este formato, el disco en directo, tenía más sentido en el siglo XX y en ese contexto sí resulta más trascendente.
- ¿Le ha dolido tener que dejar fuera a Cream, a pesar de su mención honorífica?
- Cream fue un paradigma de rock en directo, en libertad, regenerándose en cada concierto y alimentándose de la sinergia que se creaba entre esos tres músicos sobre el escenario. También es un ejemplo de conservación y renovación de un estilo. Pero sus mejores grabaciones en directo están incluidas en discos híbridos, y por eso se quedaron fuera de lalista. Aunque esto me generase un dolor casi físico.
- Como autor de un libro previo dedicado íntegramente a los Beatles, le habrá costado reseñar tan levemente su paso por el directo
- En directo, los Beatles tuvieron que lidiar con circunstancias muy adversas. Eran demasiado grandes para los recursos que tenían. Tocaban en estadios de béisbol usando la megafonía del recinto. Los acompañaba siempre un griterío histérico que no les permitía siquiera escucharse a ellos mismos. La industria de los grandes eventos estaba por crearse, y ellos pagaron el pato hasta que decidieron no tocar más. En el libro rescatamos sus grabaciones en directo para la emisora BBC, que no son un concierto pero los retrata mejor que cualquier otro documento.
- ¿La selección que ha hecho para este libro coincide con sus gustos personales?
- En la mayoría de los casos, sí. Pero la selección trata de recoger una muestra representativa del género, con cierta objetividad. Por esto, he dejado fuera discos que, en cambio, han sido importantes en mi vida.
- La cronología se circunscribe principalmente a las décadas de los 60-70, más prolijas en trabajos reseñables. Si tuviera que añadir algún disco actual, ¿cuál sería?
- El libro reseña directos de Sleater-Kinney o Kate Bush que fueron publicados en los últimos cinco años. Pero resulta cada vez más difícil que un álbum en vivo resulte de verdad significativo. Han dejado su lugar a vídeos de un minuto en Instagram. Y no me parece mal; creo que debemos aceptarlo.
- Y si tuviera que mencionar el estilo que mejor ha funcionado en directo, ¿podría?
- Creo que el directo ha favorecido especialmente a dos subgéneros propios de los años 70: el rock progresivo y el hard rock.
- ¿En cuál de los conciertos que relata le hubiera gustado estar entre el público?
- Hubiera sido maravilloso estar presente en el Apollo durante la grabación del disco de James Brown, por ejemplo. Toda esa energía, esa interacción con el público y ese soberbio elenco de músicos. También me hubiese gustado ver a AC/DC cuando Bon Scott era su cantante.
- ¿Cómo valoraría el papel de editoriales como Efe Eme y su promoción de este tipo de contenidos?
- Efe Eme se ha convertido, en los últimos años, en la principal vía de información de la cultura musical pop en España. Su editorial publica trimestralmente Cuadernos Efe Eme y, además, varios libros por temporada. Podría parecer una apuesta temeraria en estos tiempos, y sin duda lo es. Pero existe un público que lo demanda y, en ocasiones, medios generalistas que lo valoran, como es el caso. Este libro sale con una edición amplia en España, Argentina, México, Chile y Uruguay. Yo le agradezco mucho a Efe Eme su confianza y me alivia saber que la melomanía le da su apoyo.
Letras y música
Lesende se mueve entre los dos ámbitos con soltura y profesionalidad. Desde hace varias décadas, su firma se ha paseado por publicaciones como Rolling Stone, Cinemanía, Revista 40 o Diario 16.
Más recientemente, es poible leer sus artículos y reportajes en Icon- El País, Vanity Fair y Cuadernos EFE Eme.
Radio y televisión no le son desconocidos, pues colabora semanalmente con medios gallegos. También en ámbitos promocionales y lanzamientos discográficos es posible encontrar su estilo, pulido y con toques de natural retranca.
Además de trabajarse sus amplísimos conocimientos en unos 3.000 conciertos -calcula- ha publicado con anterioridad 'M-Clan: Pasado Imperfecto'; '201 discos para engancharse al pop-rock español' y 'Revolver. El disco de los Beatles que revolucionó el rock'.
El segundo de esos volúmenes a cuatro manos con el también periodista y crítico musical Fernando Neira, quien prologa el libro y habla de Lesende como el Nick Hornby patrio, que «alimenta y entretiene» con sus conocimientos de la materia.
Haganse con el libro y juzguen ustedes mismos el menú sonoro y literario.
- ¿Tiene ya entre manos nuevos proyectos?
- Varios… Pero ninguno que merezca la pena mencionar a corto plazo.
- Su compañero de profesión, Fernando Neira le sitúa como el Nick Hornby español. ¿Cómo encaja los halagos?
- Los halagos retratan siempre a quien los emite. Puede tratarse de un adulador, de una persona condescendiente o pasional, con mayor o menor perspectiva… En este caso y siendo él quien es, las palabras de Neira lo dibujan como un compañero muy generoso. La parte que a mí me queda es trabajar para llegar a merecerlas.
- Entre las curiosidades que menciona en este volumen está el origen de Jerry Garcia. Aparte de la luna, ¿hay algún lugar a donde no haya llegado un gallego?
- Jerry Garcia fue el líder eterno de Grateful Dead y sus ancestros estaban en Sada y A Coruña. Uno de los referentes de la California ácida, por tanto, llevaba verde, sal y cascarilla de cacao en sus venas. Es muy probable que haya un gallego en cualquier parte del mundo conocido. En cuanto al mundo todavía desconocido, eso es territorio gallego por definición.
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