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Domingo, 16 de junio 2019, 10:32
'Salvavida (de las Balas Perdidas)', el disco que más alegrías le ha brindado a La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) desde su lanzamiento en 2017, ha traído consigo una gira de dos años y más de 140 conciertos nacionales e internacionales. Pero, además, contiene entre sus pistas una canción que se cotiza al alza en sus conciertos por ser la que entraña los acordes del agridulce regreso a la España vacía: 'Campo Amarillo'.
«Lo de la España vacía o vaciada da igual, porque ya suena feo de por sí», ha señalado, en una entrevista concedida a Europa Press, el guitarrista del septeto, Nacho Mur (1989), quien cree que «desde las instituciones se debería hacer mucho más, aunque si todos fuésemos conscientes de esa realidad, seguramente no sería tan radical. Todos somos culpables y todos tenemos en nuestra mano hacer algo».
«Ojalá no fuesen necesarias canciones como 'Campo Amarillo', pero mientras lo sea, la seguiremos tocando», ha señalado, Mur, debido al mensaje que esta implica y al recuerdo de «los pelos de punta», que le evoca la melodía desde la primera vez que la escuchó, un sentimiento que también parece compartir el público castellano. «La gente siempre nos la pide», reconoce.
Mur evita describirla como un «himno», una palabra que le suena «muy grande», pero, en sus estrofas, este single -compuesto por el cantante del grupo, David Ruiz- repasa algunos síntomas de la enfermedad que padecen muchas provincias de España: la despoblación, la sangría de jóvenes, el envejecimiento o la escasa relevancia nacional.
«Llueve en el único infierno con hielo//En el campo amarillo de Antonio Machado//Soledades y vientos tirando del carro//En la tierra que menos le importa al gobierno», desgarra, en la primera estrofa, la voz de Ruiz, con el austero acompañamiento de los acordes de una guitarra.
Un clamor que se ha convertido ya en la reivindicación de los jóvenes castellanos, para quienes esta canción supone, además, una vuelta a los orígenes. «Las canciones de este tipo también hacen que el público se sienta mejor porque le acercamos a casa», concede Mur.
Desde que se editara su último LP en septiembre de 2017, el septeto no ha dejado de subirse a los escenarios. Después de dos años de carretera y más de 140 conciertos (España, México, Colombia, Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra), Mur reconoce que quieren despedir el disco «como se merece». Por eso, La M.O.D.A. cerrará la gira 'Salvavida (de las Palas Perdidas)' con dos actuaciones en Barcelona (15 noviembre) y Madrid (23 noviembre) y diferentes invitados en ambas fechas.
Pero, hasta entonces, el grupo tiene varias citas estivales pendientes, entre ellas, la del próximo sábado, 22 de junio, en el Conexión Valladolid. «Tocar en este festival también es volver a casa, aunque en todas partes nos tratan increíble», destaca el guitarrista.
La de 'Salvavidas (de las Balas Perdidas)' ha sido una gira «especial» porque, aunque nunca han notado un cambio «drástico», siempre ha ido en sentido «ascendente», explica el guitarrista. «Ha llegado muchísima gente nueva y lo hemos notado. No conocían nuestra música y se ha subido al tren ahora», apunta Mur, «agradecido y feliz», no solo por haber llegado a más público, sino por haber mantenido «a quienes estaban ahí desde el principio».
La M.O.D.A. se ha convertido ya un nombre habitual en los carteles de los festivales más importantes del panorama nacional, pero sus integrantes también intentan «mantener los pies en la tierra» y continuar ligados a sus raíces. A pesar de encontrarse en un momento en el que tocan para más público que nunca, tampoco renuncian a actuar en lugares a los que, habitualmente, no llegan las giras.
Por esa razón, ofrecieron varios conciertos gratuitos el pasado mes de abril en cuatro pueblos de la provincia de Burgos. «Si somos capaces de aportar un granito de arena, siempre es positivo», indica, pues quisieron «poner la lupa en la España vacía», además se hacer un reconocimiento a la provincia de Burgos.
La gira rural no solo ha sido «emocionante» para el grupo, sino que se ha convertido también de sus iniciativas más laureadas. «Nos escribió un montón de gente pidiéndonos que tocásemos en su pueblo», reconoce entre risas. Además, a Mur le gustaría que más grupos siguieran esta estela «pero solo si lo hacen de corazón y lo sienten como algo propio. Si es por seguir la ola, quizá no es necesario», advierte.
Consciente de la «suerte» que supone estar presente en tantos carteles, Mur atribuye el éxito de La M.O.D.A. a dos claves. Por un lado, destaca un estilo «muy difícil de clasificar» porque carece de etiquetas. «No lo tenemos claro ni nosotros ni nadie», bromea, lo que provoca que puedan llamarles de festivales 'indies', rockeros o de música más tradicional. «Tenemos una vertiente rockera y punky pero también tocamos instrumentos folclóricos (banjo, mandolina, clarinete pandero cuadrado)», explica.
La segunda, a juicio de Mur, radica en las letras, que, al tratar temas «muy universales», favorecen que «mucha gente diferente se pueda sentir identificada cuando escucha una canción de La M.O.D.A.». La última de ellas es 'Colectivo Nostalgia', un single lanzado en colaboración con el productor discográfico Raül Refree, presente en trabajos como 'Granada' de Silvia Pérez Cruz; 'Los ángeles', el primer disco de Rosalía; el álbum 'Miedo' con Albert Pla, colaboraciones con Josele Santiago, o El Niño de Elche.
«Siempre estamos trabajando canciones nuevas en el local sin pretensiones de que vayan a un disco», reconoce Mur, aunque esta es la primera vez que La M.O.D.A. lanza un single que no corresponde al adelanto de un próximo trabajo. «'Colectivo Nostalgia' podría encajar en el siguiente LP pero no queríamos esperar a comprobarlo», asegura. Además, ha tenido una acogida «bastante más abrumadora» de lo que pensaban, «reflejo» de que la gente está esperando su material y «tiene ganas de seguir viendo al grupo en directo».
«Nunca esperamos nada porque, realmente, no depende de nosotros. Intentamos hacer la mejor canción posible, grabarla de la mejor manera y defenderla en directo», reconoce Mur, y es que les sigue impresionando el lleno en los conciertos. «Nadie se acostumbra a eso y, si te acostumbras, mal», apunta. «La respuesta del público, a veces, apabulla porque la gente se sabe todas las canciones», señala y añade que ojalá su último disco sea «siempre el mejor aceptado». «Cualquier grupo firmaría porque le pasase eso toda la vida», admite.
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