«El mundo musical debe llegar a todos los públicos sin gastarse ochenta euros»

Alonso cuenta cómo se fraguó el proyecto mientras sale de clase de canto. Porque un actor de musical «además de todo lo que tiene que hacer, nunca deja de formarse. ¡No te dan las horas!». Al fin y al cabo, todas las disciplinas toman protagonismo en esta variedad artística. «Si no entrenas tu cuerpo te quedas atrás». Canto, danza y, por supuesto, interpretación. «Eso es lo primordial y todo lo demás viene dado por ella», explica entusiasta.

Alonso no canta cuando se lo piden para animar cualquier reunión con su voz. En todo caso, interpreta. «No soy un cantante, soy un actor que se mete en un personaje».

«Este musical se ha escrito por algo», defiende. Desde los tres años, el cántabro veía a su hermana, que tiene la carrera de danza, aprender en la Escuela Dantea. Después llegó su turno de acercarse al mundo de las tablas. A partir de ahí, teniendo claro que quería dedicarse a ello, llegarían la ESAD de Murcia, donde se licenció en Arte Dramático con la especialidad de Teatro Musical, el Rose Bruford College of Theatre and Performance de Londres, el Broadway Dance Center de Nueva York, las prácticas de teatro textual y ante la cámara con Lindsay Kempt, Nuria Espert, José Piris, Silvia Montesinos, Javi Luna e incluso las clases de hípica y esgrima teatral con Paco Alberola.

«En los colegios debería haber teatro, igual que música o educación artística, como lo hay en otros países, porque ayudaría mucho enseñar a los niños desde pequeños», señala comparando con lo vivido en diferentes partes del mundo. Estados Unidos, China, Japón, Francia... «Todo lo que he aprendido lo quiero enseñar en mi tierra», insiste.

Alonso da clases de cine musical en la Escuela de Cine que dirige Javier Cifrián. Todo lo que lleva en su mochila, lo está resumiendo y mostrándoselo a su gente en este espectáculo. «Que el mundo del musical no sea gastarse ochenta euros y pueda llegar a todos los públicos».

La libretista Ana Conde, que escribió la historia expresamente para la compañía, María Rodríguez, que ha compuesto la música original, la compañía Dantea... Todos son de aquí. También los actores, Adrián Alonso, Loli Andreu, Rebeca Alonso y Nuria Gedack que dan vida a los protagonistas y el músico Martín Caro conforman el elenco de origen local. «Estás formando personas para que se cree cierto mercado en torno al musical, que es la unión de un montón de artes».

Arrancar este viernes ha supuesto muchos meses de trabajo y un gran puzzle que armar. Desde la escenografía, de Rebeca Alonso a la iluminación de Javier Vidal, que trabaja en 'Mamma Mía'. «Ha habido mucha gente colaborando», agradece el director.

Es la primera producción de Alonso, que quiere centrarse en que llegue a diferentes puntos de la comunidad, «hacer bien las cosas, con buenas letras, hacer un buen trabajo aquí, que es para quien está dirigido» y más adelante, pensar en otras escalas. Alonso ha participado en largometraje ('Ambel', 'La foto de un ángel'), cortometrajes ('Paraíso resort', 'Aunque todo vaya mal'), series de televisión ('Monteperdido'), teatro ('Performance' de Tricicle), óperas y zarzuelas ( 'Turandot', 'Doña Francisquita') o en musicales como 'Shrek' y 'The little house'.

En la obra, además de una canción original y un texto creado ex profeso, se rinde tributo a «piezas emblemáticas de otros musicales». Unas sonarán mucho y otras quizá menos «porque son de espectáculos menos comerciales, pero queremos que se empiezan a conocer porque son bellísimas». Porque el musical «ahora está de moda y va a más porque te traslada a muchos momentos». Alegría, emoción, entusiasmo...

Canciones que están en la memoria de todos y otras que tienen significado propio para el director del proyecto. Todas encajando con la interpretación. A partir de lo que beneficia al texto. «No es poner por poner». Como curiosidad: no hay «personajes maléficos». No quisieron incluirlo. «Bastantes cosas tenemos que vivir como para poner a alguien malo», explica. «A esta historia no le hace falta sostenerse en la maldad. Cree que todo el público, que tiene un papel importante en el espectáculo puede empatizar con el relato. «Va a viajar con nosotros a capítulos de su vida y salir de allí pensando en detenerse un minuto».

Adrián Alonso anima a los ciudadanos a acercarse a disfrutar, no solo del estreno, sino de las representaciones que vengan por delante. «Nos tenemos que apoyar, tener una unión y este proyecto está hecho con mucho amor, y queremos el apoyo de la gente para que se fomente la cultura hecha por y para los cántabros».

«Me encantaría que alguien viniera y me dijera que después de ver el musical, ha llamado a alguien de su infancia para decirle que se acuerda de él», indica Alonso, con emoción. «Vivimos -concluye- sin pararnos a pensar en las cosas que nos han hecho ser como somos».