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Como en tantos otros proyectos, la pasión fue el germen de la Film Simphony Orchestra (FSO), una formación con más de 70 miembros que centra su repertorio en las bandas sonoras. Su director, Constantino Martínez Orts, rememora los orígenes y el planteamiento de la orquesta ... que el viernes ofrece su espectáculo 'Krypton', con música de héroes y superhéroes en Santander (Palacio de Deportes), dentro de los actos del 120 aniversario de El Diario Montañés.
-¿Cómo empieza este proyecto?
-Nace de una pasión personal por el cine y por las bandas sonoras. Hace ya diez años. Estamos de celebración justo en esta gira 'Krypton'. Soy compositor y director de orquesta, vengo de la música clásica, pero mi gran pasión siempre ha sido la música de cine. En eso me especialicé en Londres, donde hace ya 20 años hice un máster en composición para cine y en algunos de mis viajes por Estados Unidos, por Reino Unido, percibía que la música de cine se trataba de una manera distinta a como se hacía aquí, donde parecía un género menor.
-¿En qué se traduce esa falta de mimo que percibió?
-En el amor o el respeto por las partituras del séptimo arte, mientras que aquí se trataba como un género de segundo orden, menor. Cuando regreso como músico de mis años de peregrinaje, decido crear esta compañía con la intención de dignificar de alguna manera la banda sonora, la música de cine en concierto. Crear una orquesta especializada que trate las bandas sonoras con el mismo mimo y respeto que las orquestas clásicas tratan a las partituras de compositores como Tchaikovsky, Shostakovich o Puccini.
-¿Encuentra una causa para que un país con figuras pioneras como Segundo de Chomón presente esta carencia?
-Hace veinte o treinta años, en este país, se hacía muy poca música sinfónica, era algo muy de nicho y tenías que viajar fuera o ir a festivales. El motivo es la suma de anacronismos de la historia de la humanidad; en la ortodoxia de cada especialidad ves cosas que no tienen mucho sentido. En la música de cine como enla clásica, hay obras maestras y obras menores en las que el compositor estuvo menos inspirado, pero hay un patrimonio cultural importante que el cine nos deja y nuestra misión es llevarlo al público para que lo conozca en la mejor versión que podamos dar.
-¿De dónde proceden los 70 músicos que integran la orquesta?
-Al final, nosotros hacemos pruebas de acceso, de admisión. Son de formación clásica, excelentes profesionales de toda España. Tenemos muchas solicitudes diariamente e intentamos atender a quienes podemos, con nuestra base de músicos. No tener prejuicios en un escenario es lo fundamental para tocar en FSO. Los músicos tocan, si hay que cantar, dar palmas o gritar, lo hacen. Porque nuestros espectáculos no son los de una sinfónica al uso; hemos intentado ir un poco más allá del modelo tradicional. Con todos nuestros seguidores y detractores.
El show. 'Krypton', bandas sonoras de películas de héroes y superhéroes.
Cuándo. Viernes, 21.00 horas, en el Palacio de Deportes.
Entradas. Desde 30 euros en www.magdalenawinter.com
-Parece que se lo pasan bien sobre el escenario.
-Sí, lo pasamos muy bien. Disfrutamos muchísimo y hacemos disfrutar al público en igual medida. Esto es innegable. Lo dicen diez años de giras y más de medio millón de espectadores. En esta gira vamos a superar los 70 conciertos y los comentarios de los espectadores lo atestiguan. Hemos intentado crear unos códigos que rompan con el tradicionalismo anacrónico. No podemos olvidar el pasado para interpretar el presente y prever el futuro, pero el sinfónico clásico debería alejarse de cierta rigidez. No hace falta ser un erudito para disfrutar de una orquesta sinfónica.
-Esta propuesta que se presenta moderna, recupera en cierto modo el pasado de orquestación de música para cine
-Sí, no olvidemos que el cine es entretenimiento entre muchas otras cosas. Nosotros intentamos recuperar bandas sonoras de las más actuales, como de la serie 'Fortuna' de Amenábar o 'Black Panther' de 2018, pero también 'Laurence de Arabia' de 1962. Es intentar hacer justicia con la historia del cine y hacer lo que las orquestas americanas han hecho con el cine, allí, porque aquí no se ha hecho, interpretando estas grandes partituras en salas de conciertos.
-¿Innovan en esas composiciones, se permiten licencias?
-Como director de orquesta, mi máxima es respetar el trabajo del compositor. A la interpretación original, los tiempos, la intención...Básicamente por intentar recrear una experiencia lo más parecida a la que el público tuvo cuando vio la película y escuchó esa música. A veces, de algunas bandas sonoras hay tantos temas tan buenos, como sucederá en Santander, que hay que hacer una especie de degustación y enlazar los temas de la mejor manera posible que podamos.
-¿La ambientación está hecha a medida de cada espectáculo?
-Sí, hemos apostado por una experiencia que va más allá del concierto clásico, con una iluminación muy espectacular que intente recrear los tonos principales de la película, potenciando todo lo que se está escuchando, para que el espectador se sumerja en esa partitura y no solo esté escuchando 'Tiburón' de Williams, sino que sienta el miedo en ese momento.
-¿El público se emociona más con las grandes historias de amor o con las épicas?
-No te voy a engañar; si no tocas 'Star Wars' en un concierto hay gente que se enfada. Es como la 'Marcha Radetzky' del uno de enero. Pero en Santander, no la tocaremos, ya lo adelanto. Cada programa es una evolución de los anteriores. Ojalá podamos volver aquí anualmente para ir presentándolas.
-¿Es un proyecto ya consolidado y reconocible?
-Nosotros pensamos que sí. Han sido diez años de evolución, no sé si exponencial, pero poco a poco hemos consolidado la marca, con espectáculos muy meditados, apostando por la calidad de los músicos, de la puesta en escena, las películas que se interpretaban... Intentando siempre ponernos en la piel del espectador y cuestionándonos qué nos gustaría escuchar y cómo. En base a esto, creamos estas fantasías.
-¿Meterse en una sala de cine le hace estar pendiente de lo que puede trasladar después a la orquesta?
-Ahora ya no me quejo; el cine es emoción y a veces lo paso muy bien y otras muy mal. Me afecta mucho una buena banda sonora y una mala hace que salga de la sala. Ir al cine es prácticamente ir a trabajar a ver cuáles son las nuevas propuestas para saber interpretar el trabajo del compositor y valorar si esta música, que de una forma más o menos acertada ha acompañado a la película, podría funcionar en concierto, que no son todas.
-¿Acertamos diciendo que John Williams es su compositor favorito?
-Por supuesto. Esto es una cuestión indiscutible.
-¿Y su superhéroe?
-Ya que el espectáculo se llama 'Krypton', que es el nombre del planeta que vio nacer a Superman y que es una de las bandas sonoras de Williams, ¿con quién me voy a quedar?
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