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Abraham Cupeiro (Sarria, 1980) es músico, compositor y constructor de instrumentos. Sobre todo se encarga de recuperar aquellos que se han perdido con el paso del tiempo. También es una de las pocas personas del mundo que toca el karnyx, una especie de tubo vertical ... que se usaba en la Edad de Hierro y con el que acabará el concierto que ofrecerá hoy en el Palacio de Festivales de Santander junto a la Orquesta Sinfónica del Cantábrico (Oscan). Una actuación que lleva por título 'Pangea'.
-Llega a Santander para invitar a los espectadores, junto a la Oscan, a un recorrido por las raíces musicales por los cinco continentes. ¿En qué consiste ese concierto?
-El concierto es una síntesis de muchas cosas, pero sobre todo es un viaje hacia lo pretérito que servirá para descubrir nuestro planeta sin moverse de la butaca del Palacio de Festivales por medio de la música que, en mi opinión, es la mejor manera de viajar ya que no deja huellas de carbono.
-El concierto estará interpretado por una serie de instrumentos antiguos, algunos de los cuales están fabricados por usted mismo. ¿Cuándo comenzó a interesarse por ellos?
-Pues diría que es una vocación que tengo desde la infancia, cuando empecé a estudiar música. Me desarrollé como músico clásico pero también tradicional. Poco a poco he ido aumentando la colección de instrumentos que tenía y le ido dando forma, pero sobre todo he podido unir estos dos mundos que conocí de pequeño y que son la música clásica y la étnica, la música más popular. Las estoy girando por todo el mundo y eso es una recompensa muy importante para mí.
-¿Al público le sorprenden estos instrumentos?
-Sí, fundamentalmente porque se trata de instrumentos que les parecen raros y que nunca han visto pero que poseen sonoridades que parecen salir de nuestro interior. Es como si las tuviéramos marcadas en nuestro ADN y a mí eso me parece una sinergia muy bonita y muy especial. Estos días hemos ofrecido conciertos en Finlandia y el público ha acabado en pie y agradeciendo este tipo de sonoridad que no suele ser habitual en un teatro o en una sala de conciertos.
Título. 'Pangea el paisaje sonoro de nuestro planeta'.
Intérpretes. Abraham Cupeiro y la Orquesta Sinfónica del Cantábrico (Oscan). Dirigido por Paula Sumillera.
Fechas y escenario. Este domingo, a las 18.30 horas en la Sala Argenta.
-¿Cómo los descubre?
-A veces es un proceso largo y arduo porque no es fácil llegar a determinadas zonas del planeta, pero otras veces todo fluye fácilmente. Pero lo que sí te diría es que es un trabajo constante. Se trata de estar todo el día con la antena puesta y saber que instrumentos necesito conocer. Obviamente muchos de ellos no existen ni en tiendas ni en otros lugares y tengo que fabricármelos yo mismo. Pero bueno, para mí es una experiencia muy bonita en el sentido de que también aprovecho para conocer a mucha gente. No te imaginas la ilusión que le hace, por ejemplo a los intérpretes de un desconocido instrumento siberiano, que les llames y te intereses por su música. Les encanta que alguien desde tan lejos se preocupe.
-Usted, además, destaca por ser una de las pocas personas en el mundo que toca el karnyx. Háblenos de él y díganos si vamos a poder verlo en el concierto de esta tarde.
-Sí, precisamente será el instrumento con el que se cierre el concierto. El karnyx es un instrumento de la Edad de Hierro que tocaban muchos pueblos en Europa pero que quizás el más conocido sea el celta. Tenemos mucha información por Julio César o Trajano pero hay muy pocos vestigios de él. De hecho solamente existe uno entero. Para que la gente se haga una idea se trata de un tubo vertical que sobreiguala a la cabeza del que lo toca y que está coronado por una cabeza de animal feroz porque fundamentalmente se tocaba para entrar en batalla y con este elemento se quería dar una dosis de valor y de fuerza. Era como si este animal pudiera atemorizar de alguna forma al enemigo.
-Sí es tan complicado recuperar estos instrumentos supongo que tampoco habrá muchas partituras. ¿Cómo las encuentra?
-La mayoría las escribo yo. De todas las formas la partitura es algo súpermoderno, no hace tanto tiempo que las utilizamos, hay que tener en cuenta que el mensaje que se quería utilizar entonces era mucho más oral. Yo lo que hago es construir un instrumento tal cual era en su época. Indago y busco como poder ir a tocarlo con gente que sigue haciéndolo con instrumentos parecidos que la mayoría de las veces proceden de culturas milenarias. También pongo mi dosis de fantasía que conjugo con una orquestación para que el resto de músicos que me acompañan puedan brillar y que al público le llegue un mensaje más magnánimo por así decirlo.
-¿Cómo esta siendo el contacto con los músicos de la Oscan y con su directora Paula Sumillera?
-Yo ya he ensayado con ellos en verano y tengo que reconocer que es una orquesta que tiene mucha calidad y, sobre todo, tiene muchísimas ganas de hacer cosas. La verdad es que me lo pasé muy bien y estoy deseando encontrarme con ellos para hacer este concierto. En cuanto a su directora debo destacar que tiene las cosas muy claras. Me gusta trabajar con ella y creo que el domingo vamos a hacer algo muy bonito.
-También ofrecerán dos funciones para escolares. ¿Qué intentan transmitirles?
-Siempre digo que lo conciertos didácticos más que enseñar tienen que emocionar. Lo importante es que salgan emocionados. A mí me parece que estas actuaciones incluyen un cúmulo de muchas cosas: Música, geografía, biología y cuando se unen todas ellas pueden hacer un discurso que emociona al oyente.
-Los instrumentos han cambiado a lo largo de los siglos pero la música sigue siendo igual de importante. ¿Qué significa para usted?
-Está claro que la música es un elemento cohesionador. ¿Alguien se puede imaginar un mundo sin música? Yo la definiría como una suerte de código que hace que las comunidades se aproximen y que necesitamos en el día a día. En nuestro caso lo que queremos hacer es que a través de la música nos acerquemos a lo ajeno.
-¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?
-Trabajamos en un nuevo proyecto que estrenaremos el día 5 de noviembre en Lliria, Valencia, y se trata de una obra sobre la historia de esta ciudad tan musical. Además en febrero estrenaremos en Extremadura un nuevo proyecto para orquesta que va sobre mitologías en el mundo. Al final tratamos de viajar a bordo de este rápido dragón que es la música que nos lleva en segundos a cualquier punto del planeta en tiempos pretéritos.
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