«Los músicos siempre hemos sido unos valientes y ahora lo somos mucho más»

- El martes ofrecerá un recital en el FIS con obras de Haydn, Mozart, Salieri y Beethoven. ¿Por qué ha elegido este programa?

- Planteamos el recital como un homenaje a Beethoven aprovechando que se conmemora el 250 aniversario de su nacimiento. Pero no queríamos que fuera un monográfico y decidimos que la primera parte del recital estará dedicada a compositores que influyeron en él y la segunda, aunque será seguida porque no habrá intermedio, a Beethoven.

-¿En qué medida influyeron esos compositores en Beethoven?

-Haydn fue su maestro durante varios años. A Mozart le admiraba muchísimo hasta el punto que cuando llegó a Viena intento que le escuchara y le diera clase, aunque al final no pudo ser. Y con Salieri se formó en ópera y canción italiana.

-¿De todas las obras, cuál es más complicada a nivel vocal?

-Destacaría dos. Con la que abrimos el concierto que es 'Ariadna en Naxos' de Haydn, por su extensión y porque al ser la primera que voy a cantar te pilla un poco más en frío. La otra es un ciclo completo, el único que va a haber en este recital. Se titula 'A la amada lejana', de Beethoven, y su complicación está en que no es una canción suelta y te obliga a estar más concentrada en lo expresivo y en el texto.

-Cantará acompañada al piano por Kennedy Moretti. ¿Cómo es trabajar con él?

-Es un lujo trabajar con él. Lo conocí hace ya 25 años cuando fui a estudiar a la Escuela Reina Sofía con Alfredo Kraus y desde entonces me ha acompañado siempre que me ha sido posible. Además es amigo y me ha enseñado más que muchos maestros.

-¿Qué significa para una santanderina actuar en el FIS?

-Es un orgullo. Me hizo mucha ilusión cuando recibí la llamada de su directora, Valentina Granados. Lo tomo con mucho respeto, con muchas ganas y como un reconocimiento a mi trayectoria. Me siento agradecida.

-¿Es la primera vez?

-No, pero sí la más importante. He cantado dos veces en los 'Marcos Históricos' y en la sala Argenta lo hice una vez en un concierto sinfónico con el Coro y la Orquesta Nacional. Pero esta ocasión es especial porque es un concierto de cámara que no es habitual que se ofrezcan en una sala tan grande. También es un reto.

-La primera vez que pisó la sala Argenta como cantante fue para interpretar el rol de Mercedes de la ópera 'Carmen'. ¿Qué Marina Pardo vuelve ahora?

-Aquella 'Carmen' fue también mi segunda actuación profesional. Ahora estoy a punto de cumplir 50 años y vuelvo más sabia y más madura. Aunque eso no significa que no siga formándome ni buscando repertorio.

-¿Es su primera actuación tras el confinamiento?

-Sí y ha venido dada a raíz de esta situación que ha obligado al FIS a recurrir a artistas españoles con trayectoria internacional, cosa que es un acto de valentía por su parte porque cuando me llamaron se estaban cancelando grandes festivales de Europa y aquí decidieron tirar para adelante.

-¿Ha perdido muchos contratos a causa del covid?

-Mi temporada fuerte de trabajo empezaba justo cuando se declaró el estado de alarma. Todos mis contratos de este año eran para los meses de marzo, abril y junio. Me quedé sin nada de trabajo y sin ingresos. Menos mal que mi pareja, que también es músico y toca en la Oviedo Filarmonia, tiene una nomina. Me cancelaron una 'Walquiria' en Lisboa justo el día del ensayo general. También tenía dos zarzuelas en Oviedo en el Festival de Teatro Lírico. Además iba a hacer 'La Canción de la Tierra' de Mahler, también en Lisboa, y una gira en octubre por China. Se ha caído todo mi trabajo del año.

-¿Y cómo lo lleva?

-Económicamente es un desastre y moralmente ha sido devastador. Durante el confinamiento no me salía cantar. El canto está muy relacionado con las emociones y a mí me pilló tan aniquilada que no me salía la voz. Pero tan duro como ha sido esa etapa es de ilusionante el regreso a los escenarios.

- ¿Hay lugar para el optimismo?

-Sí porque creo que la música de cámara va a salir beneficiada. Nadie se atreve a programar grandes espectáculos, con orquestas sinfónicas o con mucho coro. Esto favorece a que se haga música de cámara y eso es muy positivo porque en este país este tipo de música estaba un poco dejada de lado.

-Antes de la pandemia era muy complicado representar una ópera, supongo que ahora más.

-Ahora son muy pocos los teatros que pueden programar ópera. El Real acaba de hacer 'La Traviata' pero ha sido un espectáculo semiescenificado porque los intérpretes tenían que guardar las distancia. Ha sido un sí pero no. El año que viene voy a cantar 'La Casa de Bernarda Alba' de Miquel Ortega. Lo voy a hacer en el Villamarta de Jérez, pero en vez de dos funciones haremos sólo una. Y nosotros cobramos por función. Vivimos momentos de incertidumbre y si los músicos siempre hemos sido unos valientes ahora lo somos mucho más.

- ¿Por qué la música hace de este un mundo mejor?

-Porque lo hace mucho más bello que no es poco, y esto de alguna manera habría que hacérselo ver a los que mandan para que den a la cultura y a la educación la importancia que tienen.

-¿Qué proyectos tiene?

- Lo que te decía de 'La Casa de Bernarda Alba' y lo de Mahler con la Real Filarmonia de Galicia. También haré la ópera 'María Moliner', que se hizo el año pasado en el Teatro de la Zarzuela y que se retoma en Oviedo. También espero poder recuperar la gira por China.

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