Borrar
Marie Perreault, Pablo Bolívar, Andrés Cruz y Luis Ruiz están al frente de la Asociación Nido que promueve la música electrónica. Luis Palomeque
Nido, un año de apuesta por la electrónica en Cantabria

Nido, un año de apuesta por la electrónica en Cantabria

La asociación se consolida, con más de un centenar de integrantes y un completo y variado programa de actividades

Sábado, 22 de marzo 2025, 07:47

Un productor con más de veinte años de trabajo en la música electrónica, un profesional de la gestión cultural y la comunicación, otro de la música desde el plano docente, uno más desde la informática. Cuatro personas forman el equipo directivo, de la Asociación Nido, a la que un centenar de socios se ha ido uniendo durante el último año. Marie Perreault, Pablo Bolívar, Andrés Cruz y Luis Ruiz, que cuenta los detalles en representación de Nido están al frente del proyecto. Cuentan con esa base social «modesta, pero interesante en una ciudad tan pequeña como Santander» y buscan «promover y desarrollar la música electrónica en Cantabria».

La decisión de sacar adelante este trabajo extra, vino dada por el análisis de un panorama «donde había un hueco que no se estaba cubriendo y nos vimos con fuerzas para sacarlo adelante». Algunos colectivos organizan fiestas, pero ellos querían salir «de manera explícita» del ambiente de fiestas nocturnas. «Descontextualizar un poco la música electrónica y llevarla a espacios más culturales, diurnos e incluso culturales». Trabajar en el ámbito formativo, como han hecho ya con La Noche es Joven. Contar con un centenar de socios en doce meses no es una cuestión menor. «Somos muy de nicho, porque esta música es minoritaria y si le añades etiquetas como nueva, emergente o experimental el círculo se estrecha». Reconocen estar contentos con la evolución hasta el momento, pero no renuncian al objetivo de crecer y llevarla a nuevos públicos. «Somos ambiciosos y queremos más», dice Luis Ruiz. Todos han vivido fuera, en Barcelona, Madrid, Londres, ciudades donde este género resulta mucho más accesible y se pueden descubrir propuestas diversas. «Es el modelo que nos gustaría seguir para, en la medida de lo posible, replicarlo aquí». Y llevarlo incluso a zonas rurales. Siendo conscientes, eso sí, de las limitaciones que existen. El tiempo disponible, el recorrido un tanto limitado de la música electrónica en sí, en ocasiones muy endogámica, o los recursos económicos –reivindican que la cultura se sostenga por sí misma en la medida de lo posible–, son algunos de los escollos. Les ha sorprendido el nivel de la gente local que tiene propuestas muy diferenciales y se apoyan en ellos para plantear iniciativas a costes reducidos. Además «para generar esa base es importante visibilizar a la gente de aquí».

Defienden las múltiples facetas de la música electrónica y lamentan que «quizá la más conocida es la peor de ellas», pero consideran que es un campo donde desarrollarse profesionalmente, experimentar con nuevos lenguajes que en otras músicas son más cerrados, y, a nivel cultural abre nuevas vías, pues es «una intersección entre el sonido, lo visual y el arte digital que queremos trabajar». Aspectos de la música electrónica «que no estamos acostumbrados a ver en esta ciudad».

Gijón es un ejemplo de ciudad muy cercana geográficamente que en este campo «está a años luz». «¿Por qué no poner a Santander en el mapa en cuanto a este tipo de arte?», se cuestionan.

Luis Palomeque

El cambio cultural en el que está inmersa la capital cántabra les invita a ser optimistas. «Ya ha habido en algunas instituciones programaciones de este tipo». Quizá no con la regularidad y enfoque que quieren darle, pero «sí existe una buena base para que se nos dé presencia y podamos llevarles propuestas». Al fin y al cabo, el arte contemporáneo y estas instituciones «son espacios que se prestan a este tipo de propuestas».

Se mueven en un espectro amplio de mezclas posibles. «Estamos abiertos a que todo el mundo que tenga una propuesta nos la haga llegar y ser su altavoz».

En 2024, con la colaboración de la sala Niágara, siempre con las puertas abiertas a los artistas locales, plantearon un formato en el que los jueves, con una periodicidad mensual, de música electrónica en vivo. «Eso nos sirvió para ir generando comunidad y conocer la escena», explica Ruiz. Ahora darán un paso más y con La Fábrica de Creación y su «fantástico espacio» de Tabacalera han diseñado un programa de radio, también mensual «para tomar el pulso cultural a la ciudad» con el hilo narrativo de la electrónica, pero no atendiendo solo a la música. Se llamará 'El cuarto turno', como un homenaje a los trabajadores del sector cultural y habrá lugar para exposiciones, teatro, producciones diversas…

En el mismo espacio, este fin de semana inician lo que representa su «plato fuerte» del año; un ciclo de electrónica visual, compuesto por cuatro encuentros sonoros en los que artistas locales van a presentar una propuesta de audio y vídeo. «Jugamos con la música conjugada con el arte visual de un modo muy inmersivo y performático».

Su ciclo 'Vinos y vinilos' se realiza con regularidad, con el apoyo de una vinoteca, en la que combinan a pinchar discos y «probar buenos vinos», algo «muy cercano, que sirve para hacer comunidad». «Queremos poder relacionarnos en diferentes ambientes y contextos», insiste. Y, si bien no quieren circunscribir su actividad a la noche, «la cabra tira al monte», bromea Ruiz, y «alguna fiesta habrá».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Nido, un año de apuesta por la electrónica en Cantabria