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La unión hace la fuerza, especialmente cuando la causa de la debilidad ha sido precisamente la dispersión y la falta de coordinación. Una realidad que conoce y defiende el batería catalán Guillem Arnedo (Barcelona, 1980), a quien su pasión por la música y la situación ... de los profesionales de su sector le llevaron a formar parte tanto de la Asociación de Músicos de Jazz y Música Moderna de Catalunya (AMJM) como, especialmente, de la Unión de Músicos (UdM), dos agrupaciones, una autonómica y la otra de carácter nacional, que preside actualmente. Fue en calidad de representante de esta última en la que Arnedo participó el pasado fin de semana en la jornada sobre la profesionalización del sector musical organizada por Musicant, la asociación cántabra de músicos integrada en Unión de Músicos, una entidad que reúne a un total de 14 agrupaciones profesionales de toda España y representa a más de 6.000 profesionales de este ámbito cultural. La ponencia del presidente de la asociación se centró en el Estatuto del Artista, una norma fundamental para un sector cuyo desarrollo profesional se rige por una ley que data de 1985 y que, sin embargo, vio cambiar radicalmente sus dinámicas con la llegada de internet. La falta de colaboración entre músicos, la particular idiosincrasia de su profesión y la complejidad de la normativa laboral a la que se enfrentan fueron algunas de las claves que Arnedo analizó ante medio centenar de músicos de la región.
-Analizó en Santander la profesionalización de su sector. ¿Son los músicos en España, por lo general, buenos artistas pero no tan buenos empresarios?
-El perfil profesional de los músicos es bastante amplio, que no se ciñe solo al aspecto creativo. A veces somos empresarios, otras trabajadores por cuenta ajena y en ocasiones las dos cosas a la vez. Tenemos que tratar todos los aspectos de nuestra profesión de una forma integran, tanto cuando actuamos como intérpretes, como empleadores, como productores en la gestión de las actuaciones... En ese sentido normalmente somos pluriempleados y tenemos que afrontar tareas muy diversas.
-¿Cuáles son actualmente los principales retos profesionales que deben afrontar los músicos?
-El primer reto es el que de alguna manera ya estamos encarando, que es el de la organización de los músicos como colectivo. En ese sentido, el hecho de que haya una asociación nueva en Cantabria es un gran paso adelante, que también se está dando a nivel estatal con la Unión de Músicos (UdM), una entidad muy joven porque apenas tiene dos años.
-La unión hace la fuerza...
-Sí. Lo primero es organizarnos para detectar problemas, para concienciarnos, para formarnos y para informarnos. Esa organización es fundamental para afrontar algo tan importante como la definición de algo tan importante como el Estatuto del Artista. Para eso es fundamental que estemos coordinados a nivel estatal, y gracias a que lo hemos conseguido ahora estamos haciendo al Gobierno unas propuestas, que hemos explicado y negociado y que se basan en nuestras necesidades.
-Esas aspiraciones tienen muchas facetas y se relacionan con aspectos muy variados. ¿Cuáles son a grandes rasgos?
-Tienen que ver tanto con la faceta de trabajador por cuenta ajena del intérprete como con la de creador, que tiene un enfoque más integral porque hace un poco de todo, llegando en muchas ocasiones a ser también empresario, aunque sea uno pequeño. Definir estos aspectos está relacionado con temas muy diversos, desde Seguridad Social y relación laboral a materias relacionadas con Hacienda, educación o incluso enfermedades profesionales, entre otras. El campo es realmente amplio y hay mucho trabajo que hacer.
-Sobre todo teniendo en cuanta que su actividad profesional se rige por una normativa de 1985.
-Así es, la normativa que regula la relación laboral para artistas en espectáculos públicos se aprobó en 1985. Desde entonces se ha hecho alguna modificación puntual en temas de Seguridad Social, pero el entorno profesional ha cambiado muchísimo durante todos estos años, por lo que esta actualización de las normas es muy necesaria.
-¿Qué respuesta están recibiendo de las instituciones públicas?
-Ahora el Gobierno ya está trabajando este cambio de una manera seria. Es algo que tiene que hacer también porque es un tema que se incluye en la agenda de los fondos 'Next Generation' de la Unión Europea, es decir, es una de las reformas que se han exigido como condición para obtener dichos fondos. De ahí que exista ese compromiso del Ejecutivo.
-¿En qué fase se encuentra el desarrollo del Estatuto del Artista?
-Este es un proceso crucial e histórico para el sector. Llevamos años preparando todas las propuestas que hemos plantado para diseñarlas y argumentarlas bien, y así asegurarnos de que realmente sean efectivas para el sector de los músicos. Hemos trasladado todo ese trabajo y desde que se constituyó la Comisión Interministerial a principios de septiembre del año pasado se han empezado a realizar bastantes reuniones con los Ministerios de Cultura, de Trabajo, de Seguridad Social y de Hacienda. Hay medidas que ya están a punto de salir, pero todos los trámites llevan su tiempo porque son modificaciones complejas que afectan a varios ministerios. El horizonte es antes del 2023.
-Una vez comiencen a materializarse dichas reformas, ¿cómo encaran el futuro?
-Una vez se aprueben estos cambios tampoco se acaba el camino ahí, porque habrá que ver cuál es el texto definitivo que se aprueba en el Consejo de Ministros y cómo va la tramitación parlamentaria. Tendremos que seguir acompañando el proceso pero hasta ahora estamos satisfechos porque ya ha habido dos ruedas de prensa de los ministros de Cultura y Trabajo y otra del de Seguridad social que demuestran que todo avanza correctamente.
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