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Cuando mantenemos esta conversación, Juan Aguirre y Eva Amaral están en Madrid a punto de salir hacia Sonorama, la cita previa a su concierto de este domingo, a las 21.00 horas en Torrelavega. Vienen, en esta ocasión, en formato teatro, al Concha Espina, en acústico y dentro de la gira de 'Salto al color'. Es Juan Aguirre el que responde a El Diario Montañés.
-Van a tocar en Sonorama, que recupera su pulso tras un año de parón. ¿Es como volver al antes de la pandemia?
-Bueno, en esta etapa hay muchas cosas cotidianas que se han convertido en un acontecimiento. Es así no solo para la música.
-En su caso, esos acontecimientos pequeños le han llevado a descubrir cosas inesperadas?
-Tendría que pensarlo, pero desde luego, preferiría que no hubiera ocurrido. No soy de los que intentan ver el lado bueno de algo que ojalá se vaya cuanto antes. Eso no quita que intentemos hacer todos el día a día de la forma más normal posible y sobre todo, teniendo en cuenta los criterios sanitarios, ya que se trata de una crisis en ese ámbito. Creo que todas las artes escénicas, no solo la música, se han adaptado a la situación. Danza, teatro... Muchos de ellos no tan populares como nuestro proyecto. Intentamos no pensar solo en nosotros sino tener una visión lo más amplia posible, incluyendo también a los equipos, todo lo que está fuera del foco a los que esta situación límite ha puesto en evidencia sus problemas.
-Si no se puede sacar nada positivo, ¿podría servir al menos para que se vea la trastienda de este sector profesional y a cuántas personas implica?
-Sí, tienes razón. Lo que hace esta situación es que seamos mucho más conscientes, que se pongan en evidencia todas las profesiones que no suelen tener el foco encima. Recuerdo cuando solo íbamos al supermercado, por ejemplo y las profesiones que no suelen ser protagonistas, eran las que estaban dando el callo.
-Ha utilizado la palabra crisis. ¿Cree que por primera vez nos hemos visto metidos de verdad en ese término?
-Sí, desde luego, generacionalmente sí. Si le preguntas a nuestros abuelos, que han vivido épocas traumáticas lo vivirán de otra manera, pero nosotros, desde los más jóvenes hasta los más adultos, sí.
-Tenían recién publicado 'Salto al color' y estaban en la primera etapa de la gira cuando todo se detuvo y tocó pensar qué hacer. ¿Como lo hicieron?
-Lo vimos venir porque tenemos amigos fuera, ingenieros, estudios con los que hemos trabajado, gente que vive en Italia, Inglaterra y nos iban contando. Tienes una visión más amplia y nos dimos cuenta de que no era una broma y que podía suponer un parón a la actividad y cancelación de fechas, como finalmente ocurrió. El primer concierto que suspendimos fue uno en Madrid, de dimensiones grandes en el Wizink Center. El último que hicimos fue en Asturias y después todo se paró.
-Replantearon su formato, que además de salir del paso es una forma de encontrar un registro acústico, casi de los inicios
-Fue una idea que se montó entre mucha gente. Cuando la recibimos, lo que hicimos fue intentar pensar que era como mantener un poco viva la llama, aunque fuese una llama pequeñita. Agrupamos al cuerpo técnico indispensable a los que pudimos juntar y salir a tocar con pruebas PCR periódicas, en un confinamiento itinerante, una cura de humildad.
-¿En qué sentido?
-Nos habíamos mal acostumbrado a tocar en sitios muy grandes, con mucha expectativa por parte del público. Eva y yo llevamos ocho discos, de los cuales, menos el primero, han tenido mucho eco y nos consideramos muy privilegiados y agradecidos. También pensamos que era una manera de tener un gesto hacia toda la escena musical y mantener la actividad de todo nuestro equipo.
-Estuvieron el año pasado en Torrelavega con ese formato y la emoción se notaba, pero, ¿cómo lo viven ustedes en ese formato íntimo?
-Del concierto de Torrelavega me acuerdo mucho. La sensación que se crea entre escenario y audiencia es de emoción. Mucha gente era el único espectáculo al que iban después de estar confinados e incluso después de perder a familiares. Es estar en contacto unos con otros con unas cuantas canciones sonando con guitarras acústicas. Fue intentar hacer que la vida de la gente fuese un poco mejor. El más impresionante fue en el Nou Camp, gigantesco, y tocamos en una esquinita. Cuando llegamos toda la ciudad estaba confinada, la incidencia era muy alta y agradezco haber estado viajando con el país en esa situación porque es algo que, ya que ocurrió, prefiero haberlo vivido de esa manera.
- ¿Pudiendo continuar?
- Tuvo algo de resistencia y de aprendizaje.
- Y de ciencia ficción casi
- Sobre todo en una ciudad grande, sí. Como estar en una serie.
- ¿La música le ha servido como refugio o ha buscado otras salidas?
- No, yo intentaba olvidarme de lo que vivíamos y me obligaba a hacer música desde la mañana, a grabar todo lo que se me ocurría, leer, ver series, hacer deporte…A eso me dediqué
- ¿A qué música le llevó esta etapa?
- Pues variedad. Música muy antigua que no he vivido y música de ahora mismo. Creo que la revolución digital ha traído la opción de combinar ambas cosas.
- Como confeso seguidor de los Beatles, ¿tiene previsto hacerse con el 'All things must pass' de Harrison?
- Sí, sí. Terminaré escuchándolo seguro.
- Han hecho colaboraciones en este tiempo de mantener distancias
- Con bastantes amigos, sí. Con Mikel Erentxun, con Delaporte, que es un grupo nuevo maravilloso, con otra banda más underground de Girona, Calavento… Ha coincidido que se juntaron todas esas colaboraciones, tras mucho tiempo sin hacerlas. No las elegimos sin cuidarlas. Cuando alguien te invita a participar en algo que ha hecho, es una responsabilidad porque intentas mejorarlos con algo positivo.
- Ha dicho que tienen ya mucho material distinto, hecho sobre todo con guitarras y que necesitan reflexión para ver qué sale de ahí
- Ahora mismo estamos muy centrados en girar. Los viajes son muy inspiradores, pero luego sí que necesitas parar un poco y reflexionar sobre lo que has hecho. Eso será a partir de diciembre, o incluso un poquito antes que terminamos la gira.
- Terminan esa gira en Zaragoza
- Sí, en nuestra ciudad, por encaje de fechas se ha dado así sin haberlo pretendido
- ¿Extra de emoción?
- En Zaragoza, quieras que no, es la ciudad donde todo empezó. El concierto más importante siempre es el que tienes que hacer el próximo día, pero cuando tocamos allí hay un extra de nervios que son imposibles de asimilar normalmente. ¡Es Zaragoza!
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Ana del Castillo
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