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Alexandra Savior, la belleza del que pierde y gana

Alexandra Savior, la belleza del que pierde y gana

Crítica ·

Justo cuando la vida de la portlandesa más brillaba, el foco se apagó, como casi siempre, sin pedir permiso.

Domingo, 2 de febrero 2020, 08:19

A veces, una distancia tan escasa como irreal separa el escalón más alto del chapoteo barrial. En un engranaje tan complejo como es la vida, las certezas duran casi siempre lo que una ola en saborear la arena, con el destino fondeado en alta mar para conjugar los tiempos, que no verbales, a su libre inspiración. Solo así se explica lo pasional, tan hermoso como arriesgado, y solo así se entiende el riesgo.

Vivir, en su versión mejor exprimida para lograr el zumo más concentrado, es entender que la derrota es un aprendizaje y la victoria un suspiro.

La reflexión se entiende mejor con 'The Archer' sonando en estéreo en los auriculares. El trabajo de Alexandra Savior destila un saber perder prácticamente adictivo, inseparable de una historia más cercana a lo cinematográfico que a lo puramente real. En 2017, Savior se colaba por méritos propios como una 'top indie rocker' destinada a 'romperla', que dirían en Argentina. Su disco debut venía cofirmado por Alex Turner (Arctic Monkeys), el contenido era bueno, la gira prometedora y las intenciones a la altura de unas expectativas radiantes. Sin embargo, justo cuando la vida de la portlandesa más brillaba, el foco se apagó, como casi siempre, sin pedir permiso.

Abandonada por su sello y su oficina, con más de la mitad del segundo disco escrito y en plena ruptura sentimental, Savior tuvo que empezar a contar desde la primera cuerda. El resultado, lanzado dos años después de cuando estaba previsto, es una obra de arte que confirma a la tristeza y el desencanto como el actor más relevante en esa película llamada arte. 'The Archer', color Lana del Rey y sonido exquisito, es un buen disco. Uno muy bueno, de hecho. Desde la primera canción, 'Soft Currents', con la producción matemática de Sam Cohen y un piano delicioso, hasta 'The Archer', encargada de cerrar el largo, Savior configura un viaje auditivo con finura en textos y lenguaje. Sabor amargo con regusto dulce al pasar y media luz de atardecer californiano. Como ese 'Send Her Back', hit encubierto en quinta plaza con un fraseo imparable que, como todas las canciones del disco, tiene hechuras de banda sonora italiana de altura.

En definitiva, quien fuera fulgurante promesa es ahora certera realidad con un trabajo digno de la apuesta que el frontman de los Arctic hiciese por ella. No es, sin embargo, cuestión de expectativas. Son las realidades las que hablan cuando la esperanza espera.

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