Coldplay: felicidad para millones de personas, exasperación para sus críticos

Se suele decir que no dejar indiferente es un síntoma de grandeza artística. Y si hay algo grande, muy grande, gigantesco hoy en día en la música, se llama Coldplay. Por las avasalladoras cifras de sus giras y por la cantidad, también exorbitante, de comentarios positivos y negativos que reciben.

Los británicos han anunciado para 2023 nuevas fechas para su mastodóntico 'Music of The Spheres Tour'. Habrá conciertos en España, con triple cita en el Estadio Olímpico de Barcelona el 24, 25 y 27 de mayo. En su última visita a nuestro país, en 2016, la ciudad condal también fue la sede elegida por Chris Martin y los suyos para actuar en España.

Tres llenos asegurados. Como los seis que acaban de firmar en el legendario Wembley londinense. Como los 4 Estadios de Francia, los 6 estadios en Sao Paulo… o los increíbles 10 estadios de River Plate que ya tienen vendidos en Argentina para octubre y noviembre. Estamos hablando de vender 600.000 entradas en una misma ciudad. Esta gira lleva más de 4 millones de entradas vendidas.

Después de aquellos años intentando alcanzar a U2 en el siempre disputado trono de bandas de pop-rock británicas, hoy Chris Martin puede sentirse en posesión de la corona. También es suyo el título de rey de los ataques de los haters. No han dejado pasar el hecho de que Coldplay anunciaran en 2019 que no harían más giras hasta que fueran respetuosas con el planeta… ¿acaso lo es esta?

«Hemos pasado los dos últimos años consultando con expertos en medio ambiente para que esta gira sea lo más sostenible posible», señala el grupo en la web sobre sostenibilidad que han creado para explicar todas las medidas adoptadas. La estrella es una batería recargable para espectáculos que ha desarrollado BMW y que se alimenta con las innovadoras pistas de baile en las que el propio público produce electricidad al bailar. También presumen de pantallas LED y sistemas de luz y sonido de bajo consumo. Y dicen haber mejorado la especialidad de la casa, el confeti, que ahora es 100% reciclable.

Todo suena muy bien hasta que uno empieza a pensar en los camiones y aviones que mueven este tipo de giras. O en millones y millones de personas desplazándose en coche hasta esas ciudades y estadios. Ese buenismo y ese ser unos «salvaplanetas» empalaga a más de uno. En eso Chris Martin también ha heredado el trono de Bono. Él lo lleva con bastante deportividad: «a veces las críticas conducen a la mejora. Si ese es el caso, vale la pena escucharlas», comentaba en la BBC.

Otro de los paralelismos entre Coldplay y U2 es que el mejor momento creativo parece ya muy distante para ambas bandas. Aunque en esta última década Chris Martin ha escrito canciones más que rescatables, ¿alguna de ellas podría entrar en el TOP 10 de las más queridas y recordadas por sus fans? Siendo honestos, la respuesta es no. Ninguna roza la mística de 'Yellow', 'The Scientist', o incluso de la desgastadísima 'Viva la Vida'.

Los críticos (profesionales y no) lo disfrutan a lo grande cada vez que llega nuevo álbum y toca analizarlo. Su cercano -aunque irlandés- Oscar Wilde estaría muy orgulloso de Coldplay. De él es la frase: «Que hablen mal de uno es espantoso, pero hay algo peor, que no hablen».

Al igual que la Penélope de Serrat esperaba en la estación, los fans primigenios de Coldplay siempre esperan y esperan, en vano, a que regresen aquellos Coldplay de 'A rush of blood to the head'. Ese extraordinario álbum, el segundo de la banda, cumple estos días 20 años (26 de agosto de 2022, Parlophone Records). Seguramente lo más sano sería dejar de esperar otro igual. Aquella delicada banda alternativa en la senda de Radiohead tomó el camino mayoritario, global y de radiofórmula y no va a regresar.

Si quieres que se adapten más a tus peticiones, siempre puedes pagarle un millón de euros a Chris Martin como hizo Marta Ortega (Inditex) para que cante en tu boda tus temas favoritos.

Parece mucho más factible y práctico disfrutar de las canciones legendarias del grupo y apreciar temas recientes como 'Coloratura', 'Daddy' o 'Arabesque'. Eso hacen los millones y millones de fans de Coldplay. Porque 'Fix You' o 'Clocks', que escucho ahora mismo tecleando esto, no se han evaporado. Siguen ahí. Y en directo y con el despliegue que arma Coldplay, son avasalladoramente emocionantes.

Los escasos vídeos de Instagram que he podido ver de esta gira (sí, obviamente es ironía) muestran un espectáculo acorde con su estatus de líderes mundiales del pop. «Es una barbaridad», «creo que no he visto nada igual en mi vida», «donde no llegan las nuevas canciones llega su energía, luces y color». Son comentarios que me han hecho llegar personas que han podido asistir a sus conciertos en Wembley.

Chris Martin sigue siendo un gran frontman, la producción es algo estratosférico y, una década después de estrenarlas en Madrid en 2011, las icónicas pulseras de colores siguen a pleno rendimiento y coordinadas para ese gran espectáculo masivo y comunitario.

Te confieso que yo estuve aquella noche en Las Ventas, en el inicio de la gira mundial de 'Mylo Xiloto'. Confieso que aluciné cuando nuestras muñecas se encendieron por primera vez sin previo aviso. Confieso que disfruté muchísimo en aquel concierto. Fui feliz viendo a Coldplay en directo. Y ahora te pregunto, ¿si no venimos a esta vida a ser felices, a qué venimos pues?

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