La Orquesta Sinfónica del Cantábrico avanza como proyecto musical sólido y estable

Esta formación, que ha dado pasos de consolidación desde hace más de un año, se postula como una alternativa novedosa en su organización y composición joven e igualitaria que aspira «a impulsar una estructura musical formada por talentos cántabros y afines a la comunidad». El fruto: un referente musical profesionalizado, con proyección «estatal e internacional, capaz de encontrar y retener el talento y generar riqueza y empleo entre las empresas culturales de Cantabria». En su fundamento y organización el punto de partida reside en la consciencia de que Cantabria cuenta con una profunda tradición musical y buenos músicos, pero ofrece escasas salidas profesionales. «Consideramos muy importante dejar constancia de la necesidad de una mayor presencia de los músicos cántabros en la vida cultural de la región». Y para luchar contra esa tendencia «queremos tejer redes de cooperación entre instituciones y entidades culturales que permitan crear un itinerario del talento y vertebren la difusión de la música por todo el territorio cántabro en colaboración con otras manifestaciones culturales, tradicionales y modernas de la comunidad autónoma».

En este sentido, la Orquesta Sinfónica del Cantábrico, Oscan, se constituye y define como «una agrupación sinfónica multidisciplinar, versátil y ágil» en su capacidad de respuesta a las diferentes necesidades culturales de nuestra sociedad, con «una plantilla adecuada» tanto para la interpretación en un entorno local, como en festivales y escenarios internacionales. «Nos constituimos como una Orquesta apegada a nuestra cultura y a la vez abierta al mundo». Por ello han surgido con un objetivo que va más allá de la formación orquestal: «Queremos ser un proyecto cultural para Cantabria y para todos los músicos y aficionados vinculados con nuestra región».

Tanto por filosofía como por estructura la Orquesta se perfila y postula como un proyecto diferente, es decir, una orquesta compuesta por un plantel de 30 músicos vinculados a Cantabria, formados en diversos Conservatorios Superiores de Música, con una notable trayectoria profesional y con una representación prácticamente paritaria. Además, la dirección musical del proyecto recae en Paula Sumillera, una joven directora de orquesta nacida en Cantabria.

En este sentido, sus organizadores subrayan que «una orquesta joven, paritaria y dirigida por una mujer de talento es una apuesta por la igualdad y la excelencia».

A la hora de describir el ecosistema musical de la comunidad, la nueva orquesta recuerda que Cantabria tiene una gran tradición cultural y musical, cuenta con conservatorios, escuelas de música y festivales de prestigio internacional, y posee una capacidad de mecenazgo cultural también relevante.

Por el contrario, al enfocar el déficit y los agujeros negros, se subraya que la región «no cuenta con una estructura musical planificada que permita la integración de la profesionalización, la búsqueda del talento y la creación de un ecosistema musical que cree y potencie una industria cultural propia, que articule un itinerario formativo y que sostenga esa profesionalización como hacen casi todas las comunidades autónomas de España».

Como ya se ha señalado en ocasiones, Cantabria es, junto con otra comunidad uniprovincial, La Rioja, la única que «hasta ahora no contaba con una orquesta profesionalizada».

El vivero y equipo inicial de instrumentistas está configurado por alrededor de treinta miembros, cuyas retribuciones representan un 70% de los gastos totales, aunque no tienen la consideración de fijos, como podrían ser los de una orquesta estable, ya que la contratación se hace en la modalidad de personal eventual por actividad. «Esto redunda, sin duda alguna, en beneficio de la viabilidad del proyecto». Por otra parte, la estructura organizativa de la Oscan está soportada por el Colegio de Economistas de Cantabria que cuenta con un millar de asociados.

La Orquesta Sinfónica del Cantábrico se plantea como «palanca apropiada para rescatar el talento de nuestros jóvenes músicos, ofreciéndoles una referencia y una alternativa profesional de calidad de la que ahora carecen y evitando con ello un más que probable éxodo de capital cultural».

Por ello una parte muy importante de nuestro proyecto consiste en implicar a los diferentes estamentos de nuestra sociedad para hacer de la Oscan «un bien común, para que todas las sensibilidades se puedan sentir representadas por ella y eso anime a participar en el proyecto no solo a las instituciones, sino también a empresas, asociaciones y, por supuesto, ciudadanos de a pie».

La finalidad de creación de la asociación se ha plasmado a través, principalmente, de la interpretación de música en directo antes de la pandemia. En perspectiva, y tras una etapa dedicada a la organización y gestión, la orquesta celebrará un concierto solidario el próximo día 6 de diciembre en la Catedral de Santander, que tendrá como beneficiario a Cáritas Diocesana. El organizador es el Colegio de Economistas de Cantabria. Bajo la dirección de Sumillera, la Oscan interpretará un programa de música espiritual y acompañará en varias obras a la soprano Elena Herrero.

La santanderina, directora de orquesta y coro, se convirtió en en 2011 en la primera mujer cántabra con esta titulación. En 2018 fue la primera mujer invitada a colaborar con la Sinfónica de Burgos, y antes hizo lo propio con la Banda Municipal de Música de Santander. Ha colaborado como directora invitada en la Orquesta Juvenil Ataúlfo Argenta y en el grupo de percusión del Conservatorio Teresa Berganza (Madrid). Actualmente dirige varias agrupaciones en la comunidad, caso del Coro del Colegio de Economistas de Cantabria, la Capilla Vocal Antiqua de Reinosa y el Coro Kinder de Cantabria (del que es su fundadora). Además es directora musical de la Joven Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta en Miranda de Ebro (Burgos).

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