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Quédense con el nombre de La Paloma, una banda que enamorará a los 'fans' de los grupos de guitarras y de gente como Oasis o los primeros Planetas. Es sorprendente que aún no hubieran pisado nuestra región, ya que, desde el lanzamiento de su primer disco, hace casi dos años, no han parado de dar conciertos. Este sábado, a las 19.00 horas, pasarán por el festival Indiferente, que se celebra en el Palacio de Festivales de Cantabria y donde también actuarán otros artistas que han empezado a llamar a las puertas del público, como Alcalá Norte y Carlos Ares.
-En los últimos dos años, no han parado de dar conciertos. Cantabria debía de ser uno de los pocos sitios de España en los que aún no habían tocado, ¿no?
-Hemos tardado mucho más de lo que hubiéramos querido en tocar aquí: los últimos dos años han sido una locura, hemos recorrido casi toda la península ibérica, aunque algún otro sitio nos quedará por visitar todavía. Desde que sacamos nuestro primer disco, no hemos parado, no hemos tenido tiempo ni para pensar, ya que, de la noche a la mañana, estábamos tocando sin parar. Estamos consiguiendo lo que siempre quisimos hacer, lo que sueñas con hacer cuando te sumerges por completo en el mundo de la música.
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-Esta semana, sin ir más lejos, ya han estado en Vigo y A Coruña.
-Estamos dando ya los últimos coletazos del 'tour' de presentación de nuestro primer disco, 'Todavía no', pasando por sitios a los que nunca habíamos ido o que no visitábamos desde hace mucho tiempo. En diciembre, culminaremos la gira con un 'show' especial en Madrid, en nuestra casa, en La Riviera. Será algo mágico, como ya lo fue tocar en la sala La Paqui y en la Sol, porque son sitios en los que hemos estado mil veces y en los que nos daba vértigo tocar.
-¿Qué nos puede contar sobre su primer álbum?
-Es un trabajo que ha marcado nuestras vidas y del que estamos muy orgullosos. Cada vez que lo escucho, me invade la nostalgia, porque es un reflejo de una época en la que nos conocimos de verdad, en la que hicimos las primeras cosas juntos y en la que grabamos por primera vez de una manera profesional. Es un álbum que cuenta mucho sobre cómo eran nuestras vidas hace unos años y que está conectado con un EP de cinco canciones que publicamos un año y medio antes, porque ambos los compusimos casi al mismo tiempo. A las tres semanas de lanzar nuestro primer EP, 'Una idea, pero es triste', ya estábamos metidos en un estudio grabando el disco.
-Al menos, por ahora, hablar de La Paloma es hablar de una banda de guitarras, de las de toda la vida, ¿no?
-Yo siempre hablo de nosotros como de un grupo de guitarras, porque dos de nosotros somos guitarristas y es un instrumento al que le damos muchísima importancia. Somos una banda de las que pasan mucho tiempo en el local de ensayo, de las que tocan muchísimo y, aunque nuestras influencias son diversas, al final siempre nos llevan a un mismo punto. Otra cosa que nos caracteriza es que somos una formación en la que hay dos voces, que componen y cuentan las cosas de una manera distinta. Lucas, el otro guitarrista y compositor, y yo tenemos más o menos la misma edad y una forma de pensar muy parecida, pero, muchas veces, abordamos los temas de los que hablamos desde una perspectiva diferente, lo que enriquece nuestra música.
-En sus temas, hablan sobre lo que les pasa en su día a día, ¿no?
-El barrio madrileño de Tetuán, por ejemplo, tiene un peso significativo en nuestras composiciones, porque es el lugar en el que vivimos y donde nos suceden muchas cosas. Hasta ahora, no hemos contado una historia ajena al cien por cien, ya que en todos nuestros temas hablamos o de nosotros o de lo que nos rodea. Yo, por ejemplo, suelo hacer muchas reflexiones sobre cosas que me interesan o que considero importantes. En 'La edad que tengo', por ejemplo, que es una canción que publicamos meses después de lanzar nuestro primer disco, hago una reflexión sobre una idea concreta que tenía. Es un tema que escribí muy rápido, que tiene un punto dramático que al final parece hasta de broma y en el que exprimo al máximo algo que se me pasaba por la cabeza
-Hablamos de 'La edad que tengo', que es una canción en la que, sin que hubiera habido un cambio radical, sí que se percibe un cambio en comparación con el sonido de su primer disco.
- Nuestro primer álbum salió publicado hace casi dos años, y desde entonces, hemos tenido mucho tiempo para pulir nuestro sonido y evolucionar. Hemos disfrutado muchísimo de todos los conciertos que hemos dado, pero, al mismo tiempo, hemos querido ir avanzando, no hemos dejado de componer y hemos probado a hacer cosas que nunca habíamos hecho, introduciendo elementos nuevos en nuestra música, para no quedarnos estancados siempre en un mismo sonido.
-¿Qué preparan? ¿Qué podemos esperar de La Paloma?
-Componemos mucho y vamos al estudio en rachas, cuando podemos, pero lo cierto es que ya estamos dándole forma a lo que será nuestro segundo disco. Hasta que no terminemos lo que estamos haciendo no podré decir si hemos cambiado mucho o no, pero sí que empiezo a notar que hay algunas diferencias significativas entre lo que estamos creando ahora y nuestro primer álbum. Ya tenemos más o menos claro cuándo nos gustaría que saliera nuestro próximo trabajo, pero eso es algo que aún no podemos desvelar. Nuestro primer disco nos ha llevado a muchos lugares, y espero que aún nos lleve a algunos más, pero, en este momento, queremos poner un punto y aparte en nuestra carrera y comenzar una nueva etapa, ya que tenemos muchas ganas de contar cosas nuevas y seguir avanzando.
-¿Llegará un día en el que dejen de cerrar sus 'shows' con 'Palos'?
-A ver qué hacemos en un futuro, porque lo de cerrar nuestros conciertos con 'Palos' se ha convertido en una especie de marca de la casa. No sé si seremos capaces de hacer algo que le quite el sitio a 'Palos', porque tuvimos la suerte de componer una canción única, muy nuestra y que ocupa un lugar destacado en nuestros conciertos.
-No se puede negar que es un tema cuanto menos peculiar, en el que repiten todo el rato una única frase.
-La canción es lo que es y eso es lo que la hace tan especial: no sé si es buena o mala, pero es especial, algo muy difícil de lograr. Es un tema que hicimos en menos de diez minutos y de una manera muy natural. Las canciones que nacen más rápido, no siempre son las mejores, pero suelen ser las más especiales. Muchas veces son cosas que funcionan porque son sencillas, porque no les has dado muchas vueltas y no hace falta que las toques más ni que las metas cosas más elaboradas, como con 'Palos'.
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