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La presencia de Márta Gulyás ha sido fundamental en el concurso internacional de Piano de Santander, en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y ahora en el Encuentro de Música y Academia. Una gran pianista y una camarista excepcional y una profesora de enorme ... prestigio. Jefa del departamento de música de cámara de la academia Franz Liszt de Budapest (el templo internacional de la especialidad), profesora de Cámara en la Escuela Reina Sofía y ahora tenemos la suerte de poder contar con ella también en el Encuentro de Música y Academia.
El género de Cámara es el más exigente y maravilloso de todos, está lleno de obras maestras y tiene un gran valor formativo para todo músico. Durante todos estos años al trabajar este repertorio maravilloso con ellos, Márta ha ayudado a madurar a centenares de jóvenes en los programas educativos de la Fundación Albéniz. Solo por eso merecería de sobra recibir nuestra medalla.
Con su trabajo para la Fundación ha sido en buena medida la responsable del alto nivel que ha tenido el Concurso Internacional de Piano de Santander en sus últimas ediciones. La labor más importante y más difícil es la preselección que requiere evaluar una a una los centenares de candidaturas que se presentan y seleccionar a los veinte que han de participar en la fase final. Si esta preselección se hace bien está casi garantizado que surgirán ganadores de gran nivel, si no el concurso no puede tener éxito. Durante más de un decenio Márta Gulyás ha sido miembro del jurado de Santander y presidenta de un jurado de preselección de tres miembros.
Primero los tres se encerraban 8 o 10 días para oír con atención más de 300 grabaciones y, después, para oír un recital a los 80 o 90 pianistas que superaban esta fase, Márta y sus dos colegas, viajaban a París, Nueva York, Madrid y Moscú. Es un trabajo durísimo y muy difícil, muy pocas personas en el mundo son capaces de realizarlo con esa perfección. Para la Fundación Albéniz ha sido fundamental su presencia en el Concurso de Piano, en la Escuela Reina Sofía y ahora en el Encuentro. Cuando el concurso ha cumplido ya su ciclo se lo he querido agradecer muy especialmente con nuestra Medalla de Honor, obra del escultor Julio López Hernández, como muestra de nuestro agradecimiento y de la trascendencia internacional de su labor en favor de la música que es como decir en favor de la convivencia y del progreso de la sociedad.
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