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Treinta años son muchos, sobre todo si trancurren subido a escenarios de toda España y de medio mundo. Ese es el caso del cantaor flamenco Miguel Poveda (Barcelona, 1973), quien recala este domingo o a las 19.30 horas en la Sala Argenta del ... Palacio de Festivales dentro de la gira en la que interpreta su álbum doble 'El tiempo pasa volando', con el que conmemoró sus tres décadas de trayectoria profesional y con el que ha conseguido un Disco de Oro. El creador, que cuenta con 14 trabajos publicados y siente una afinidad especial hacia la capital cántabra, regresa a sus orígenes en un recital en el que interpreta tanto temas de flamenco puro como versiones de temas y grupos que escuchaba en su niñez y juventud, y que de alguna forma le marcaron creativamente, hasta el punto de ser fundamentales para entender la figura artística de uno de los referentes del flamenco contemporáneo.
-No todos los días se cumplen 30 años sobre los escenarios. ¿Cómo plantea la celebración de este aniversario tan especial?
-La propuesta está basada en el disco doble con el que celebré hace dos años esas tres décadas de música, que se titula 'El tiempo pasa volando'. Y aquí seguimos, cumpliendo más años en la música, sin rendirnos, siempre con ilusión.
-¿Qué planteó en ese disco, que de alguna forma marca un hito en su trayectoria?
-Más que hacer una retrospectiva de toda mi carrera lo que quise fue volver al punto de partida, al punto cero. Ese punto era mi barrio y la música que escuchaba allí cuando era niño.
-¿Cuál era esa música?
-Había de todo, desde la de Lole y Manuel a la de Bambino, de Los Chichos, de El Luis y su hermano El Zingaro, Chiquetete, Manzanita, Los Chunguitos... Ese tipo de artistas que a alguna generaciones les parecía algo muy hortera y que incluso yo, cuando fui cumpliendo años, escondía, como si me hubiera aficionado a la copla y de ahí hubiese llegado al flamenco, pasando un poco de largo por aquellos inicios.
-Ahora reivindica aquella influencias. ¿Qué cambió?
-Con los años comprendí que no tenía que tener prejuicios. Si yo era una persona que justamente luchaba por romper barreras y prejuicios, para conseguirlo tenía que empezar por mí mismo y no renunciar a mis orígenes y a lo que me inició en la música en aquel barrio de Barcelona de inmigrantes andaluces. Quise reflejar todo eso en un disco, al que después añadí otro de flamenco tradicional, clásico, porque esa es la que se ha convertido en mi base musical.
-¿Qué ha encontrado o aprendido en ese «retorno al punto cero»?
-Era como un 'flashback' personal porque al volver a esa música se reactivaron muchos recuerdos que a su vez me trajeron otros muchos de mi barrio y de aquella época. Fue como trasladarme a mi infancia y volver a estar con mi gente, recuperar los olores de tu casa... Todo. Vuelves a vivir esa infancia y solo por ello hacer este disco fue algo maravilloso.
Fecha y lugar. Mañana a partir de las 19.30 horas en la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria.
Protagonista. El cantaor flamenco Miguel Poveda (Barcelona, 1973) conmemora sus 30 años de trayectoria artística.
Concierto. Interpreta temas del disco 'El tiempo pasa volando', con versiones de artistas como Los Chichos o Chiquetete.
-En el caso del disco de versiones, ¿qué objetivo tenía?
-Quería rendir un homenaje a todos aquellos artistas cuyas cintas veíamos en aquella época en las gasolineras, y escogí los que más representaban aquella época.
-¿Y en el caso del apartado de flamenco más puro?
-Ese lo afronté desde mi línea de cantaor. El hecho de que a mí de vez en cuando me guste afrontar canciones, poesía, otros estilos como canción andaluza, música latinoamericana... no quiere decir que deje de ser cantaor, y por eso también quise hacer un disco de flamenco clásico, que es lo que mejor me representa, aunque también cante a Federico García Lorca, por ejemplo.
-¿Por qué es importante reivindicar a aquella generación de artistas que ahora recuperan también creadores como Rosalía, C. Tangana u otros?
-Es algo que en otro países asumen con naturalidad, mientras que en el nuestro todavía tenemos que pulir algunos complejos y prejuicios que todavía tenemos con nuestra propia música. En ese sentido nos falta un poco de orgullo por lo nuestro, que no es equivalente a nada hortera ni asociado a ninguna condición política. Es simplemente música que nace de aquí, del sur, y que al final nos impregna a todos porque ha calado, y lo ha hecho porque es buena música.
-¿Qué siente cuando mira atrás y recuerda a aquel niño que escuchaba a Los Chichos y que ahora es un artista reconocido con una amplia trayectoria?
-Lo primero es que me he quitado esa mochila de prejuicios y puedo vivir con orgullo esas raíces. También, y gracias a eso, he podido rendir este homenaje a todos aquellos artistas que tanto me influyeron. Y sobre todo pasármelo bien, porque el disco anterior, 'EnLorquecido', me tuvo durante años centrado de forma obsesiva con Lorca.
-Vuelve a Santander tras la pandemia. ¿Cómo afronta este concierto en la capital cántabra?
-Poder volver a los escenarios después de todo esto ha sido un auténtico privilegio. Santander es además uno de mis lugares favoritos, y no soy 'bienqueda' para nada (ríe). Cada vez que voy recibo una respuesta impresionante por parte del público. No sé qué pasa pero siempre se crea una atmósfera realmente especial.
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