«Queremos que el público reflexione sobre lo que hemos vivido»

-Enseic vuelve a los escenarios. ¿Cómo vive su formación este retorno frente al público?

-Con mucha ilusión, con muchas ganas de compartir nuestra propuesta musical con el público y con agradecimiento muy sincero al FIS y su responsable Valentina Granados por contar de nuevo con nosotros, y mas aún por su firme esfuerzo por mantener la actividad en un año tan complicado para todo y para todos.

-Vuelven con 'Espuma de luz y sombra (del dolor y la esperanza)', una propuesta ambiciosa por su repertorio. ¿Qué van a ofrecer en la Sala Argenta?

-Aunque la propuesta pueda quizá parecer compleja es en realidad muy asequible para cualquier tipo de oyente, con unas músicas muy variadas, de autores distintos y complementarios, de modo que todo el que asista podrá encontrar sus particulares momentos de intensa resonancia muy personal. Lo que hemos querido plantear con este proyecto es un concierto que sea antes que nada una experiencia, en el sentido más profundo de la palabra. Una experiencia que aborde y de algún modo elabore desde lo musical los meses que todos hemos vivido, cada cual bajo sus propias circunstancias, desde el momento en que se declaró la pandemia. Una experiencia que, con toda la humildad, aporte a los que nos oigan, por medio del goce estético, serenidad, bienestar y enriquecimiento espiritual.

-Como indica su propio título, el recital tiene un trasfondo emotivo y conceptual. ¿Qué pretende transmitir Enseic a la sociedad en las complejas circunstancias que atraviesa?

-El programa hace un recorrido entre la luz y la sombra, entre el dolor y la esperanza. Arrancando con músicas de lamento; el 'lamento', en su sentido musical literal, un tipo de pieza basada en un diseño repetido de unas pocas notas descendentes, que los compositores han venido usando desde el siglo XVI o XVII en adelante para expresar un intenso dolor causado por el alejamiento o la pérdida de algún ser querido, y de otras músicas que lloran, nos iremos desplazando poco a poco hacia piezas de un carácter más optimista y, sobre todo, esperanzado.

-Doce piezas, diez músicos y usted como director. ¿Qué retos supone para usted y su formación esta actuación?

-El reto en este caso lo veo particularmente claro: hacer sentir a todo el público que nos acompañe, desde el más joven al más anciano, desde el más inexperto hasta el más formado en lo artístico, esa capacidad que tiene la música, el arte, la belleza, para aportarnos un poco de luz en medio de las sombras en nuestras vidas.

-Para quien lo desconozca, ¿qué es Enseic?

- -El Ensemble Instrumental de Cantabria (Enseic) es una formación que nació en 2018, con el impulso de un conjunto de antiguos becarios de la Fundación Botín y, muy en especial, de Luciano González Sarmiento, asesor musical de la Fundación, personalidad e institución que a lo largo de los años vienen desarrollando una impagable labor de apoyo, difusión, promoción y programación de la música en nuestra comunidad autónoma. El grupo, por sus propias características, es variable. Está integrado por 14 músicos que configuran distintas plantillas de instrumentistas en función de cada proyecto. De ahí su denominación de ensemble.

-¿Cuáles son sus objetivos?

- -El objetivo del grupo en términos muy amplios es triple: explorar e interpretar la realidad musical del mundo que nos rodea, expresarla con nuevos impulsos y acercarla a todos. Esto se traduce en abordar un exigente y muy variado repertorio, centrado en los siglos XX y XXI pero sin renunciar a eventuales incursiones en épocas anteriores, siempre buscando establecer un diálogo desde la contemporaneidad.

-Como profesional y representante del ámbito cultural, ¿cómo valora el efecto de la pandemia en su sector?

-Me temo que, como en otros, el efecto en el sector cultural está resultando desastroso... No nos podemos engañar... Ciertamente, el sufrimiento directo de muchas personas que han padecido y padecerán la enfermedad o la han vivido muy de cerca con sus allegados deja un poco en segundo plano otros sufrimientos no tan dramáticos... En cualquier caso, la cultura es, por definición, el terreno de la pasión y el entusiasmo. Y esa pasión y ese entusiasmo serán los que, sumados a la imprescindible sensibilidad y apoyo de instituciones, de los programadores y responsables culturales en general, nos ayudarán, estoy seguro, a recobrar todas nuestras energías más pronto que tarde.

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