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B. Agudo

El acordeón, Cantabria y José María De Pereda

Los acordeonistas basaron su repertorio en los antiguos bailes y cantares montañeses de siempre, lo que, unido a lo novedoso del instrumento, fue la clave de su buena acogida en la música popular cántabra

Jueves, 22 de noviembre 2018, 19:47

No se sabe cuándo llegó el acordeón a Cantabria, pero es muy probable que lo hiciese antes de 1850, debido a que desde su invención en 1829 se expandió muy rápidamente por todo el mundo y antes de 1850 está certificada su presencia en lugares tan diversos como Rusia (1830), Inglaterra (1831), Francia (1831), Alemania (1834), EE.UU. (1835), Nueva Zelanda (1839), Brasil (1845), Japón (1850)... por lo que sería muy extraño que antes de esa fecha no hubiese llegado ya a tierras cántabras.

La primera referencia escrita del acordeón que hemos encontrado en Cantabria es de 1864, cuando es citado en 'Escenas montañesas', la primera novela de José María de Pereda (1833-1906), máximo representante del tránsito del costumbrismo regionalista a la prosa de ficción realista del siglo XIX.

Sixto Córdova y Oña (1869-1956) en el 'Cancionero popular de la provincia de Santander' dice que el acordeón diatónico ya estaba muy extendido y era muy popular en 1870 en Cantabria. Aunque, eso sí, tanto él como Pereda en su 'Pasacalle desde la Plaza Vieja a la Calle Alta' hablan bastante despectivamente del instrumento. No es un hecho aislado: a finales del s. XIX en muchas publicaciones se tilda al acordeón diatónico de «plaga», debido a la enorme difusión que tuvo este instrumento y al bajo nivel musical y social de los acordeonistas, que en la mayoría de los casos eran aficionados sin ningún tipo de preparación musical, que tocaban instrumentos casi siempre muy desafinados.

Los acordeonistas basaron su repertorio en los antiguos bailes y cantares montañeses de siempre, lo que, unido a lo novedoso del instrumento, fue la clave de su buena acogida en la música popular cántabra. Las piezas que más abundaban en su repertorio y las más solicitadas por el público, eran los bailes a lo pesau y a lo ligeru. Estas danzas eran denominadas a lo sueltu, en contraposición a lo agarrau, que eran bailes importados, como el tango, el vals, pasodoble..., incluidos más recientemente en el repertorio.

Existen cientos de modelos de acordeón, tantos, que el acordeón, más que un instrumento, se debería considerar más bien una familia entera de muy diversos instrumentos. Simplificando mucho, podríamos decir que existen principalmente tres modelos de acordeón. El primero es el acordeón diatónico: pulsando un mismo botón dan una nota diferente al abrir o cerrar el fuelle. Son los acordeones más sencillos y antiguos.

En segundo lugar estaría el acordeón cromático: pulsando un mismo botón dan la misma nota al abrir o cerrar el fuelle. En el manual derecho pueden tener teclas o botones. A su vez, se puede dividir en: acordeón de bajos estándar que tiene en su manual izquierdo un teclado que da cordes prefabricados pensados para hacer acompañamiento. Generalmente tienen teclas en el manual derecho. La otra modalidad sería el acordeón de concierto (también llamado bayán o acordeón clásico). Tiene un manual izquierdo que da notas sueltas. Generalmente tienen una palanca convertidora que permite cambiar el teclado izquierdo del manual que da notas sueltas (bajos libres) al que da bajos y acordes (bajos estándar). Suelen tener botones también en el manual derecho.

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