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«Ha sido una sucesión de momentos y casualidades». Así resume Diego Galaz el «viaje» -una palabra que repetirá en varias ocasiones- que ha supuesto la producción de 'Las Palabras Vividas', el último disco de Quique González.
Galaz, peculiar multi instrumentista y mitad de Fetén Fetén, es uno de los tres músicos que han ejercido como productores de este trabajo en una tríada singular cuya mezcla se resuelve en diez canciones delicadas y valientes.
En esta lides se han visto también Toni Brunet, virtuoso guitarrista de pose firme y César García Miranda, 'Pop', a los teclados, los consejos y la amistad añeja. Suya es la responsabilidad, en gran medida, de que Quique retomara un proyecto anclado para buscarle la brillante salida que merecían los poemas creados por Luis García Montero, si bien el asturiano se quita importancia. «Casi la mitad del disco ya existía, de alguna manera -explica- ¡Y yo tenía muchas ganas de escucharlo entero! Por otra parte, sentía que Quique también quería hacer el disco, y creo que mi función fue, en ese sentido, simplemente ayudarle a encontrar el momento». No era un juego menor, pero han logrado un home round cargado de lírica.
Los cambios de ingrediente, a veces arriesgados, pueden dar nuevos sabores a una mezcla. Este es un caso claro. La idea inicial era que Carlos Raya repitiese como productor con el de Villacarriedo, pero no pudo ser. Una llamada de teléfono puso en marcha la rueda que se fraguó en el Pas y desemboca este jueves en el Palacio de Festivales (20.30 horas).
diego galaz
La máxima de que en su equipo la gente se lleve bien como requisito para trabajar que establece González, parece haberse cumplido. No se quedan cortos en admiración de unos a otros. Toni Brunet se sentía «el músico más afortunado del mundo» de camino a Méjico escuchando las maquetas de 'Las Palabras Vividas». César habla de «muchos más puntos en común que diferencias» y Galaz cierra el triple afirmando que ha aprendido mucho gracias a la claridad con que González entendía el proyecto. «Es un muro de contención contra la vanidad»
No ha habido prisa. No tendría sentido en un proyecto tan reposado como un licor dorado. «Un disco se puede hacer en una semana pero su magia es que ha sido un trabajo en equipo que se basa en el respeto», detalla el burgalés. Esto se traduce en «no pasarnos de la raya en arreglos y no irnos de la letra, que es tan importante». «En este disco, además de la voz de Quique, está la voz de Luis, y eso un rasgo determinante», añade César.
En Gárate Estudios han convivido y creado. Tan solo hubo un par de ensayos previos a la grabación. El resto surgió en directo, con arreglos «en tiempo real», explica Brunet. Quien añade que era «emocionante ver la velocidad a la que llevábamos las canciones a buen puerto». «No era necesario mucho debate. Sencillamente tocábamos, y cada uno iba encontrando su sitio», indica García. «Cuando todos los elementos trabajan en pro de un artista, la sensación es muy diferente. Te provoca otro viaje», añade Galaz.
El patrón de esta tripulación en tierra coincide en que cada uno aporta aspectos fundamentales al disco: «César en lo que tiene que ver sobre todo con la construcción de las canciones, Toni es de los tres el que más cabeza de productor tiene, aparte de lo musicazo que es y Diego ha dado la magia y el paisaje sonoro de todos sus instrumentos».
toni brunet
Una sensación recíproca. «Con Quique se aprende. Se deja sorprender y abre una puerta por la que caben muchas ideas - relata el violinista- Tiene claro dónde y cómo tiene que sonar». Para César, que tiene la costumbre de visitar los valles con asiduidad, este trabajo ha sido un paso más. «Llevamos mucho tiempo trabajando juntos en canciones que luego han estado en sus discos y en sus giras, pero nuestra colaboración hasta ahora siempre se había quedado en la fase de composición». Ahora, durante unas semanas formará parte de la banda, y aunque le impone respeto «porque les admiro mucho a todos» reconoce estar «encantado con la experiencia»
Desde la mirada individual, bregados en discos y escenarios propios y ajenos, su vivencia y sus sensaciones, hay una coincidencia casi total respecto al tema que eligen de este disco: 'Canción con Orquesta'. «Todos quedamos muy impresionados con esa canción, con una estructura larga y compleja para ser de autor. Me recuerda a las grandes canciones de Joe Henry», detalla Brunet. «Todo el disco es una joya, pero esa es una de las canciones más bonitas que he escuchado nunca». Respalda esa misma idea Galaz; «Resume muy bien el espíritu del disco, que me emociona mucho. Nos posiciona al tocarla al principio de los conciertos». García Miranda, sin embargo, prefiere un pleno: «Todas las asocio con muchos momentos emocionantes que sé que recordaré siempre. No renunciaría a ninguna en favor de otra, y eso me gusta».
César garcía miranda
¿Cómo ha sido plasmar en vivo el íntimo equilibrio que destila el disco? Una celebración. «Si vas a tocar canciones maravillosas con unos músicos excelentes, no veo por qué ponerse nervioso», destaca Brunet sobre lo que resume como «la gira más natural y agradable» en la que ha participado nunca.
Escribe Xoan Tallón que «los grandes viajes son siempre regresos, movimientos circulares». El trazado que dibuja 'Las Palabras Vividas' habla de un retorno a los inicios, al adiós a la electricidad y el retorno a los sonidos certeros que se meten dentro. A una historia de amigos. Amigos que escriben y tocan. Que se aprecian, lo dicen alto y lo demuestran en las tablas. Herederos de todas las canciones que quedan por cantar.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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