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Second en concierto Gloria NM

Gloria NM: «Se recurre al blanco y negro cuando no puedes arreglar una aberración cromática»

La fotógrafa, que ha trabajado para festivales como el San San o el Sonorama Ibiza, combina su trabajo tras la cámara con su otra vocación, la peluquería.

Domingo, 5 de marzo 2023, 08:10

Empezó a mirar el escenario a través del visor en Libertad 8 por petición de un amigo músico que pensó en la necesidad de retratar lo vivido para presumir de ello después. A partir de aquello vinieron más noches en ese Libertad y también en la sala Galileo; fue haciendo de la constancia virtud y hoy puede ser ella quien presuma de lo vivido: «la experiencia me ha servido para saber manejar la cámara, porque al ser autodidacta, al principio disparaba de cualquier manera, aunque siempre dentro de unos parámetros que me dieran seguridad. Ahora tengo más control sobre eso».

Ese control sobre la imagen de concierto le ha llevado a formar parte de la crew de Vetusta Morla en su gira de presentación «Cable A Tierra», a ser la persona con la que bandas como La M.O.D.A. o Shinova cuentan para retratar sus conciertos, y a haber trabajado para festivales como el San San, en Benicassim, o el Sonorama Ibiza.

-¿Es posible que a lo largo de los años haya retratado más veces a los miembros de Vetusta Morla que a alguno de sus familiares o amigos?

-(Risas). Pues es totalmente posible, sobre todo desde hace tres años hasta ahora.

-La portada del álbum en directo que grabaron en el Estadio Metropolitano tiene origen en una de sus fotografías. ¿Ha formado o forma parte del equipo técnico de la banda?

-Sí. He formado parte de la crew de Vetusta Morla durante varios conciertos de la gira de presentación de 'Cable a Tierra'. Trabajé cuatro de los siete conciertos de esa mini gira, en Valencia, Barcelona, Alicante y Madrid.

-¿Quién es Gloria NM y cuándo comienza a interesarse por la fotografía de conciertos?

-Pues Gloria NM es una peluquera de vocación pero también una enamorada de la fotografía y de la música de toda la vida. Desde que tengo uso de razón he ido a conciertos y también desde pequeña he tenido siempre una cámara de fotos. La fotografía de concierto me empezó a interesar a raíz de que un amigo músico me pidiese que le hiciera unas fotos en Libertad 8, porque sabía que me gustaba hacer fotos y siempre he puesto fotos de mis viajes en mis redes sociales. A partir de aquello y después de algún Libertad y algún Galileo me enamoré totalmente de la combinación de música y fotografía.

-En el preámbulo de esta entrevista se confesaba una persona vergonzosa. ¿Los vergonzosos siempre están detrás de la cámara? ¿Nunca delante?

-Efectivamente. Prefiero estar detrás. Me gusta mucho hacer mi trabajo y entregarlo a las bandas y por supuesto recibir un buen feedback de ello, pero a día de hoy mi instagram sigue siendo privado porque no acabo de sentirme «cómoda» al estar muy expuesta. Después de trabajar en un concierto, o a los pocos días, siempre comparto algo de material, pero no subo material todos los días aunque sí me parezca importante compartir algo, sobre todo en forma de agradecimiento a quien te ha contratado.

-Ahora que todo lo medimos en 'WiZinks', ver su portfolio es darse un paseo por los proyectos musicales que son capaces de llenar ese templo sagrado en el que parece haberse convertido el Palacio de los Deportes de Madrid. El más reciente, Dani Fernández. ¿Cuándo pisó el recinto por vez primera?

-Fue el 21 de noviembre de 2019, con un proyecto llamado 'DESORDENADOS' en el que Andrés Suárez y Elvira Sastre llevaron al WiZink una mezcla entre música y poesía. Dos días después, volví con La M.O.D.A.

-Frente al WiZink, las salas. ¿En espacios pequeños se captan más rápido los gestos que de por sí ya hacen una buena foto?

-Las salas pueden ser maravillosas y, a veces, también una trampa (risas). En las salas está todo como más concentrado, todo en pequeño pero con mucha intensidad. A veces, depende de la sala y si hay sold out, puede ser muy complicado moverse; hay salas donde no hay alturas, y si eres bajita puede ser complicado sacar al público en su totalidad. También puede pasar que no haya foso, pero mi experiencia con esto siempre ha sido buena porque las personas de las primeras filas, al ver que estás trabajando, te facilitan el paso.

-Ha cubierto varios festivales.

-Realmente como fotógrafa oficial solo he trabajado para el San San y Sonorama Ibiza. En el San San con cuatro compañeros más, y en el Sonorama Ibiza yo sola. Sí que he pisado varios festivales trabajando con bandas, pero nada tiene que ver ir con una banda a trabajar durante todo un festival completo.

-Recintos convertidos en templos, salas, festivales… ¿El lugar de trabajo condiciona al fotógrafo a escoger a conciencia el equipo de cada jornada?

-Sí, sin duda.

-¿Qué no puede faltar en su mochila cuando se trata de fotografía musical?

-Todo mi equipo es Nikon. Por comodidad trabajo con dos cuerpos, así no estoy constantemente cambiando las ópticas. Cuando el recinto es grande no puede faltar mi gran angular 14-24, que no es un objetivo que me encante utilizar de por sí pero sí lo considero necesario para captar todo el espacio en recintos grandes, y tampoco puede faltar un tele 70-200, que puede llegar a ser tu mejor amigo. Para mi gusto la óptica 24-70 es la más polivalente; la utilizo muchísimo en recintos grandes y en salas pequeñas también.

-Fotógrafos y técnicos de iluminación, ¿una relación obligada de dependencia?

-Yo creo que esto depende de cada profesional. En mi caso me gusta hablar con el técnico de luces antes de un concierto para planificar un poco mi trabajo en base a las luces que va a haber en cada tema. Sobre todo cuando ese trabajo va a ser para un lanzamiento y tiene que salir cierto tipo de foto.

-El refranero dice que «una imagen vale más que mil palabras». ¿Dice más de un concierto la imagen final con la banda sobre el escenario y el público a sus espaldas, o una de un instante potente producido durante el espectáculo?

-Ambas cosas son muy potentes y válidas. La 'foto finish' es una foto importante del concierto porque, dependiendo del recinto, ver a la banda con su público por detrás puede llegar a ser muy impactante. Pero hay momentos de un concierto que pueden llegar a ser muy simbólicos.

-¿Qué hay de cierto en que «se recurre al blanco y negro cuando el color por sí mismo no dice nada»?

-Más que no decir nada el color, yo te diria que se recurre al blanco y negro cuando no puedes arreglar una aberración crómatica (risas). Siempre intento dejar todo en color porque me parece que también se debe ver el trabajo de un técnico de luces, pero hay fotos que te piden blanco y negro porque así tienen muchísima más personalidad, como por ejemplo pueden ser las de backstage.

-Al comienzo de esta entrevista le pedía que echara la vista atrás. Vuelvo a pedírselo. ¿Qué ha cambiado en su forma de mirar tras el visor? ¿La experiencia es un grado, como suele decirse?

-En mi caso la experiencia me ha servido más bien para saber manejar la cámara porque al ser autodidacta, al principio disparaba de cualquier manera; siempre dentro de unos parámetros que me dieran seguridad, eso sí. Ahora tengo más control sobre eso porque gracias a compañeros, y también a los errores, he aprendido, pero mi forma de mirar no ha cambiado. Sigo buscando las mismas cosas cuando suena la música.

-Menciona a sus compañeros de profesión, ¿ha desvirtualizado a algunos?

-Sí, claro. He desvirtualizado a compañeros y compañeras a los que admiraba —y admiro— por su trayectoria y por su buen hacer tanto en su trabajo como de manera personal, e incluso gracias a ellos he aprendido a dar presupuestos.

-¿Un artista aún pendiente por retratar?

-Pues te diría que Manuel Carrasco. En el panorama nacional, por suerte, he hecho fotos a casi todo el mundo que admiro, pero en el caso de Manuel Carrasco solo he tenido la oportunidad de hacerle fotos como prensa una vez durante un par de canciones, pero sueño con poder hacer un concierto suyo entero. Y en el panorama internacional, sin duda, Coldplay, porque llevan una mandanga visual super potente.

-¿El artista que más se haya colado en su objetivo hasta la fecha?

-Pues entre Shinova y La M.O.D.A está la cosa. De hecho, creo que hasta ahora he trabajado el mismo número de conciertos con ambas bandas.

-¿Una manía personal a la hora de hacer y editar sus imágenes?

-No me gustan las fotos verticales y casi nunca las hago. A veces me lo propongo, pero no veo nada que pueda hacer así y acabo no haciéndolo. Y editando, mi mayor manía es que el negro se vea negro puro, sin ruido.

-¿El lugar donde siempre quiere volver a trabajar?

-El Teatro Romano de Mérida, es increíble trabajar allí.

-¿Sobre qué fotógrafo deberíamos poner el foco en la próxima entrevista?

-Algunos de mis compañeros no necesitan presentación porque tienen una trayectoria impresionante, pero nunca está de más reconocer un buen trabajo. Por ejemplo: Nacho Nabscab, Patry Martín, Nerea Coll, Maitane Campos, Rodrigo Mena, Javi Bragado, Marina Benitez, Alberto y Elena (Studio Lof-it), Raquel López, Gonzalo Cases, Irene Bernad, Andrea Silván, Rafa Rubiales … Todos ellos, ¡y seguro que me dejo a alguno!

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