Nuestros Héroes son 'Parasiempre'

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La expectación por el documental sobre Héroes del Silencio demuestra una vez más, la eterna grandeza y fidelidad fan hacia la banda más grande de la historia del rock en español

Nacho Criado

Domingo, 25 de abril 2021, 10:08

La Alacena no tendría ni 20 metros cuadrados. Una puerta casi siempre empañada de vaho, una barra con minúsculo pasillo para pedir y, al fondo, los baños y un espacio cuadrado de no más de 3x3 metros. El clásico antro de toda la vida. Dudo que cumpliera ni de casualidad con el más mínimo protocolo anticovid, antiincendios o antinada..

Ahora que estamos en época de aforos medidos al milímetro, me hace gracia recordar la cantidad de seres humanos que podíamos llegar a caber allí dentro. Especialmente en las noches que dedicaban íntegras a Héroes del Silencio. Allí, en aquellos 20 metros cuadrados de un garito inmundo de los Bajos de Argüelles (Madrid), allí era feliz dejándome las pesetas en chupitos y la voz en canciones de Héroes.

Toda una generación (o dos) de España y América Latina nos dejamos las gargantas en garitos y conciertos coreando, o incluso berreando, aquellos himnos épicos, desaforados, herederos del romanticismo artístico e impregnados de una grandeza a la que siempre aspiraron Enrique Bunbury (voz), Juan Valdivia (guitarra), Joaquín Cardiel (bajo) y Pedro Andreu (batería).

Aquel bar, La Alacena, llevaba el nombre de la última canción de 'El espíritu del vino'. El disco cumbre de Héroes con permiso de 'Senderos de Traición'. En esos discos hay duda. Lo que no está en discusión es que esos cuatro tipos de Zaragoza han sido y son la banda más grandiosa que ha dado el rock en español. Si me vas a rebatir esto, si te parecen inaguantables y sobrevalorados, es mejor que no pierdas el tiempo conmigo o con cualquier fan de Héroes.

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Si vas a venir conmigo en este artículo, agárrate.

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Un documento a la altura del mito

Escribo tras ver el muy esperado documental sobre ellos que Netflix ha lanzado este 23 de abril, con brillante y trabajada dirección del algecireño Alexis Morante. Es un documento sobre la banda y con la banda. Por primera vez, los cuatro participan y hablan de manera amplia acerca de su trayectoria.

Arranca el documental (que bien podría haber dado para miniserie) en esa Zaragoza de oportunidades musicales y en una época nacional con gran importancia de los concursos de bandas. Los primeros que unieron camino desde diferentes grupos fueron, cómo no, los dos colosos: es 1984 y Juan Valdivia invita a tocar en Zumo de Vidrio a Enrique Ortiz de Landázuri, entonces bajista y voz en Proceso Entrópico. Enrique comienza tocando el bajo. Desde aquí dar las gracias al primo de Juan Valdivia por no presentarse a un ensayo y forzar su paso a solista. «Este canta», revela Valdivia que pensó nada más escuchar a Bunbury en su nuevo rol. No tuvo mal ojo, no… porque además no hablamos sólo un cantante. Era «una estrella de rock», tal y como le dijeron Alaska y Loquillo a Pito (mánager compartido con Héroes) en la primera actuación suya a la que asistieron.

Luego llegan al grupo en 1985 Joaquín Cardiel y Pedro Andreu. Y ese «luego» es importante, porque son Valdivia y Bunbury los que han marcado siempre el ser y aún más el no ser de HdS.

Una sirena varada en Nochevieja

'El Mar no cesa' (1988) funciona y les hace crecer, aunque a disgusto con esa grabación. La gloria llega con 'Senderos de traición' (1990). El maestro Phil Manzanera sí logra llevar al álbum toda la rotundidad y pasión de su directo. «Es el disco más Héroes» según Bunbury. «Es el momento en el que estamos todos a una», comenta Valdivia. Y es LA CANCIÓN: 'Entre dos tierras' pone su carrera en otro nivel y les lleva al espacio exterior.

Maravilloso el momento Sirena Varada – Nochevieja'92 y también memorable esa aventura europea a la que se lanzaron rompiendo complejos. «Qué banda ya de estrellas se va a Bélgica en furgoneta a tocar a un pub de mierda para abrir nuevo camino. Tuvieron una visión y confianza que yo no tenía», admite Pito, su mánager.

No voy a desgranar el documental paso a paso, pero sí me gusta que, lejos de grandilocuencia, es cercano y sincero. Los Héroes hablan, con honestidad, de cómo fueron creciendo y también de cómo se fueron destruyendo en mitad de la gloria, asfixiados entre giras, egos artísticos y drogas. «Los amplificadores empiezan a ser más grandes y cada uno escucha menos al que tiene al lado de lo que le escuchaba antes».

La caída perdió altura total en plena gira de 'Avalancha'. El grupo estaba roto pero aguantó el tipo a duras penas hasta completar aquel tour. Quién me iba a decir a mí que mi primer gran concierto de Héroes sería también el último «hasta la gira del próximo milenio».

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Una banda de fans, no de industria

Nos quedaron cuatro discos, el directo de 'Parasiempre' y los aproximadamente setecientos recopilatorios que ha ido sacando la compañía con ellos y con Bunbury, sabedora de que nosotros seguimos queriéndoles. Yo últimamente ya no pico, pero de la vigencia de Héroes dicen bien las ahora sagradas cifras del Spotify. Para que te hagas una idea, Vetusta Morla o Love of Lesbian rozan el millón de oyentes mensuales. Leiva tiene 1.5 M. Héroes del Silencio, 14 años después de su último concierto en Cheste (27-octubre-2007), superan los 2,5 millones. ¿Cómo no sacarte un nuevo recopilatorio esta Navidad?

Aún con todas sus referencias culturales en canciones y formatos físicos, siempre fueron un grupo mucho más de nosotros, los fans, que de la élite cultural. Como bien refleja 'Héroes: silencio y rock and roll', triunfaron a base de canciones, directos y fans. A sus productores Gustavo Montesano y Roberto Durruty no les convencía la maqueta pero, al ir a Zaragoza y ver la pasión de sus fans, decidieron apostar por ellos. Lograron convencer al productor de su vida (Senderos de Traición y El Espíritu del Vino) tras verles Phil Manzanera en Calatayud en 1988 y alucinar también con el público.

Porque Héroes del Silencio siempre hemos sido nosotros. Nosotros flipándonos en bares, casas, coches y conciertos. Nosotros al dibujar o incluso al tatuarnos esa H y esa S entrelazadas. Siempre hemos sido nosotros, con nuestras lágrimas de emoción al escuchar 'Song to the Siren' antes de sus conciertos. Qué van a saber esos popes del periodismo, con su acreditación asegurada, de lo que es pasar media noche en los tiendas o cajeros de Ibercaja (o llamando por teléfono a la mañana siguiente) con tal de lograr las entradas de la gira del próximo milenio. Qué van a saber de lo que es ir a Zaragoza un 12 de octubre y volver del tirón sin dormir después del concierto. Qué van a saber de dejar el coche abandonado en la A-3 para llegar a tiempo al concierto.

Pero nosotros sí lo sabemos.

Nosotros hacemos que la decadencia esté prohibida.

Porque nuestros Héroes son 'Parasiempre'.