Los líderes del nuevo pop urbano son un volcán llamado a comerse 2022

No, no vuelve El Canto del Loco. Pero, mientras Dani Martín hace caja en solitario explotando la nostalgia por su antigua banda, un grupo de chavales ha entrado en el garito del pop con zapatillas, actitud de comerse el mundo y talento de sobra para lograrlo.

Han entrado contándole a la Generación Z sus mismos problemas (AKA movidas) en su mismo lenguaje y sonido. Y los que doblamos la edad a esos chavales también reconocemos esas letras llanas y directas. Las de siempre del pop, aunque mutadas con tintes electrónicos y raperos. El Ford Escort de Estopa ahora es un Uber para que me mandes la ubi. Y la cabina de teléfono o el teléfono fijo de los padres ahora es un smartphone. Pero el amor, el desamor, la falta de pasta o las inseguridades ante el futuro siguen ahí.

¿Y quienes cantan esto?

Pues chavales de veintipocos que, pese a lo urbano de su sonido y sus temas, la mayoría han nacido y vivido fuera de las dos grandes metrópolis nacionales. Andrés López POLE es toledano. Los hermanos Adrián y Juan Carlos (FUNZO & BABY LOUD) son de Alicante. Ginés Paredes WALLS es de Murcia. Juan Figols y Mario Lázaro (FRESQUITO Y MANGO) son de Zaragoza. Y GO RONEO son «más de Segovia que de Madrid», que cantaría Antonio HENS, uno de sus componentes junto a DELGAO (Jesús Juárez), SESENTAY6 (Guillermo De Álvaro), HORCAJO (Juan Horcajo) y ONLY (Fernando Tabanera).

El derrumbe de muros y la mezcla entre géneros y escenas es un hecho. Por eso, además de Cupido, que ahora regresan, en este radar podrían entrar Xavibo o Recycled J (si lo enfocamos más hacia el rap), Dani Costas, Trashi o Jimena Amarillo (más hacia el bedroom pop) o incluso Ginebras o Las Dianas si ya viramos más hacia el pop-rock.

Por supuesto, Pol Granch y Marc Seguí son dos importantes (y polémicos) nombres a tener en cuenta. Pero ellos ya suenan de manera habitual en «la radio de los éxitos», por lo que será mejor centrar la lupa en ver quienes vienen tratando de echar la puerta abajo.

Go Roneo es lo más parecido a El Canto del Loco 3.0 y también lo más parecido al epicentro de este movimiento de nuevos cantantes pop, por su tirón como grupo y por separado. Ellos mismos definen toda esta ola como «un lavado de cara del pop-rock español» mezclando códigos del rap con elementos clásicos del pop. Todo eso cristaliza en el «Pop Kinky» que dice Delgao. Y esas letras a toda velocidad evocan a bandas de comienzos de los 2000 como Despistaos, El Canto del Loco o Pignoise. «Grupos con los que he crecido», reconoce Hens.

Y así, de esta actualización, nacen himnos como Pop pa' tu crush (Go Roneo), Batmóvil (Hens, Pole y Funzo & Baby Loud), Quédate conmigo (Pole, Pilar Moxó), Malibú con piña (Funzo & Baby Loud), Qué bien te quedaba (Walls) o Mándame un audio (Fresquito y Mango).

Tanto Dani Martín como Despistaos ya han «reconocido» de facto a sus «sobrinos» musicales colaborando con varios temas con esta generación. «Me estoy reencontrando con mi juventud gracias a estos maravillosos cabrones», comentó Dani Martín en Twitter al lanzar canción junto a Pole.

Las cifras de estas canciones y de sus oyentes mensuales son espectaculares. Mientras se debate su justicia para con los creadores, el streaming es aceptado hoy en día como unidad de medida del seguimiento que tiene un artista o canción. Unidad cuestionable e incompleta, pero unidad, al fin y al cabo. En base a ella se contratan artistas y se negocian cachés y posiciones en los carteles. Todas las canciones anteriormente nombradas tienen millones y en algunos casos decenas de millones de escuchas.

Vetusta Morla, seguramente el grupo español de mayor prestigio, tiene 1.1 millones de oyentes mensuales en Spotify. Varios de estos chavales de veintipocos años se codean con Vetusta en ese millón de oyentes.

Hay quien desconfía de estos fríos números. A las polémicas por el inflado de cifras en redes sociales (el más clásico es comprar seguidores en Twitter o Instagram) se une la tesis de que una cosa es lograr muchas escuchas y otra traducir todos esos oyentes (gratuitos) en gente que pague dinero por tus discos y tus entradas de conciertos, los dos ámbitos que generan ingresos más sólidos para un artista.

Es un buen argumento, sin duda. Pero aporto ejemplos para demostrar que esa fidelidad fan es la suficiente como para consolidar sus carreras.

Inverfest es el ciclo de conciertos más potente del invierno en nuestro país. Cuenta con multitud de actuaciones en diferentes salas de Madrid, con artistas del nombre de Xoel López, Morgan, Quique González, La Bien Querida o Los Estanques. A la hora de escribir este artículo, sólo había dos «entradas agotadas» entre esos más de 120 conciertos: para Arde Bogotá, banda de la que ya hemos hablado aquí y que apuntan a nuevos líderes del rock nacional, y para el concierto de Delgao, que ya tiene segundo pase anunciado tras agotar en tiempo récord.

Si echamos la vista unos meses más atrás, Go Roneo llenó el Teatro Calderón (700 localidades) saliendo del invierno pandémico, Funzy & Baby Loud lo llenaron dos noches seguidas y cuando Hens anunció gira para su primer disco, 'Hensito', agotó entradas en horas en buena parte de las 12 ciudades programadas, con más de 2.000 personas en noviembre en Las Ventas. Y algunos como Funzo & Baby Loud, tras arrasar en el último Arenal Sound prepandemia, ya comienzan a aparecer altos en los carteles de los festivales del próximo verano.

Así que sí, estos chicos arrasan en el streaming y tienen tirón en la venta de tickets. Me surge la duda de por qué no se habla más de ellos. Porque en mi mundillo «indie» diría que apenas se les conoce. Y en Los 40, que pongo en el coche por órdenes de mi hija, son los y las gigantes del reguetón y del pop melódico quienes concentran la atención y la emisión.

«Somos los más raperos del indie y los más indies del rap». Así se situaban Go Roneo hace un par de años para explicar ese carácter híbrido que es el que quizá les sitúa entre dos tierras sin acabar de reinar en ninguna. Decía Delgao en una entrevista que están un poco «hartos de ser medio famosos. Nos piden fotos por la calle, pero me tengo que comprar las galletas de marca blanca y el tabaco de liar para llegar a fin de mes».

Yo apuesto a que 2022 va a ser su año. Pero, al fin y al cabo, yo soy sólo un señor de 40 años escribiendo este artículo. No es lo que diga yo. Es lo que digan millones de jóvenes como los que hace días vi cantar en plena calle, a pleno pulmón y bajo cero, canciones de todo este nuevo pop urbano.

Impulsados por ellos, van a pillar el Batmóvil y están decididos a conquistar Gotham

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