Strim, Memhunter e Indie en Femenino: tres plataformas para apoyar a la música en 2020

La digitalización y el merchandising renuevan los formatos con los que alguna vez se respalda a los músicos

Paula Díaz

Domingo, 1 de noviembre 2020, 12:19

En los años 50 la radiofórmula salvó la radio; en los 60 estaba mal visto que una mujer tocara en una banda; y en 2020 lucimos con orgullo el grupo de música en el que militamos.

La música siempre ha estado ahí, lo que ha cambiado es la forma y el formato en que la consumimos. Puede que sea una premisa de fácil comprensión, pero también de largo recorrido. Empecemos a caminar.

En mi casa siempre fuimos muy de poner la radio, de escuchar «el último single de» en la cocina, y de criticar la obsolescencia de ciertas emisoras. Quizá el origen de este artículo esté en esa cocina, y en las ondas de una antigua Philips de válvulas que en su día, fue de las primeras radios que hubo en el pueblo.

Esas ondas, —como la vida—, han evolucionado hasta lo que es la primera parada de este camino musical que hemos comenzado líneas atrás: una radio online de música alternativa.

La radio necesita un cambio

Strim

Sonar en la radio ha sido —y será siempre— un altavoz para llegar al público, pero el camino para conseguir sonar en ella no siempre ha sido fácil. Strim, proyecto que acaba de comenzar su II temporada radiofónica, derriba gran parte de esos obstáculos: «si alguien se ha dirigido a nosotros y nos pide que escuchemos un trabajo suyo, intentamos que salga.

Ponerte diez minutos de alguien que es capaz de hacer música es lo mínimo que podemos hacer como plataforma», asegura Nacho Criado, uno de los fundadores de este proyecto.

Al igual que muchos grupos emergentes, Strim nació hace apenas un año y medio y ya cuenta con una comunidad de seguidores a la que llamar 'familia', algo que tiene una única razón: la interacción. «Hay que escuchar, compartir y hacer que la gente sea partícipe, y tengo la sensación de que nuestro público es culturalmente muy inquieto y está muy puesto en la escena, y eso es una suerte, porque nosotros también aprendemos de ellos».

Quizá sea ese aprendizaje entre creadores y oyentes —y viceversa— lo que ha hecho que un proyecto radiofónico cumpla el mantra bajo el que nació: la radio necesitaba un cambio. Y cambió, al igual que otras muchas cosas en la industria musical.

El primer marketplace español especializado en música

Memhunter

Continuando este particular camino que hemos iniciado en la cocina de mi casa, la segunda parada lleva directa al mueble del salón, cuyos cajones apenas cierran de tantas cintas de cassette que hay en ellos (y que por época, al igual que la Philips, tampoco son mías). Los Pecos, Revólver, Mónica Naranjo y Ella Baila Sola siguen peleándose cada noche por no ser la cinta que se queda fuera.

El ser humano ha tenido siempre una extraña manía por materializar la música. Primero lo hizo en discos, luego en cassettes y ahora en camisetas (porque sí, la vida avanza pero el ser humano involuciona y deja de comprar discos). Y como no nos queda otra que adaptarnos a los nuevos tiempos, nos toca hablar de merchandising e ir a las tiendas online para añadir al carrito «esa camiseta de esa banda». Y en este contexto —además del pandémico y coronavírico— nace Memhunter, el primer marketplace español especializado en música.

«Vendemos merchandising clásico como puede ser camisetas, tazas o gorras, pero también pósters o ilustraciones de artistas independientes, además de vinilos. La idea es crear un punto de encuentro entre usuarios, consumidores de música y bandas o sellos», explica Asier Lozano, uno de los fundadores de la plataforma.

Memhunter, un proyecto respaldado por los profesionales de Mondo Sonoro y Dod Magazine, se presenta como herramienta a disposición de las bandas o artistas freelances, que para subir sus productos sólo han de crearse una cuenta en la plataforma: «Vimos que muchos grupos no tenían los recursos o conocimientos necesarios para tener una tienda online propia y que eso les limitaba a la hora de vender su merchandising. Nosotros solucionamos la parte tecnológica; crear una cuenta en Memhunter es gratis y lleva cinco minutos. Es una manera muy cómoda de tener tu propia tienda online» explica Lozano.

Admitámoslo: el merchandising, al igual que las mascarillas (y de esto podríamos hablar largo y tendido), une. Como une conocer a alguien a quien, por algún extraño motivo, también le gusta ese/a artista que ha entrado en 'novedades' en una playlist de Spotify que nadie más conoce. Sobre esta premisa llegamos a la tercera y última parada de este viaje: mi habitación.

Necesidad y objetivo

Indie en femenino

Si me lo permiten, me pongo seria. Detrás de la puerta de mi habitación tengo colgado un cartel que reza: «Espacio libre de violencias machistas», y como comprenderán, llegados a este punto, la falta de visibilidad del trabajo de la mujer en la industria musical también es violencia.

Según la comunicadora cultural Pat Quinteiro, CEO de Pat Comunicaciones, en esta industria las mujeres sólo representamos al 16% de los artistas, el 12% de los compositores y el 3% de los productores musicales.

Para poner fin a este sinsentido nace Indie en Femenino, un grupo de profesionales de la industria que en 2017 comienzan a descubrir grupos y proyectos vía redes sociales: «Desde hace tiempo observamos la dificultad que tienen las mujeres de este país para desarrollar su carrera musical en un entorno claramente dominado y dirigido por hombres; dar visibilidad a esos proyectos femeninos tan interesantes y que muchas veces quedan en un segundo o tercer plano, era una necesidad y se convirtió en un objetivo», explican representantes del colectivo.

Al igual que los dos proyectos anteriores, Indie en Femenino —que no deja pasar un día sin recomendar una banda o un tema en sus redes sociales— no habría nacido sin contar con el soporte digital. O al menos, no tendría la misma forma: «en los ochenta, lo digital era inexistente, y la proporción de mujeres en la música independiente era mucho menor que ahora», apuntan.

Como todo —y como dije—, la vida avanza y la forma que tenemos de consumir música, cambia. Parece que nos ha costado dos décadas del siglo XXI entender que nosotras también somos parte de la industria y que escuchar música en la radio siempre será un clásico que nunca pasará de moda. Aunque por mucha digitalización que tengamos a nuestro alcance, hacer click sigue dependiendo estrictamente de la voluntad humana. Si ha leído hasta aquí, es lo único que le pido: la voluntad de hacer click. Porque las cassettes han quedado fuera (de contexto).