Borrar
Vetusta Morla antes de un concierto Gloria NM
El vértigo del regreso

El vértigo del regreso

DMúsica ·

Víctor Cabezuelo (Rufus T.Firefly), Guille Galván (Vetusta Morla) y Chloé Bird desvelan sus procesos y dudas al crear nueva música y la presión de lanzarla al encuentro del público

Domingo, 4 de julio 2021, 07:56

Dime que tú también has sentido alguna vez esa mezcla de ilusión y de miedo cuando tu artista favorito anuncia que va a regresar con nueva música. ¿Me gustará? ¿Me decepcionará? ¿Sienten también los artistas esas sensaciones y temores? ¿Cómo viven ese vértigo al regreso?

El origen de este artículo se encuentra en una frase que tuiteó Víctor Cabezuelo, líder de Rufus T. Firefly: «Llegar a la cima no hace que me sienta mejor». Pertenece a 'Torre de Marfil', su primera canción en tres años. La estrofa completa dice así: «Llegar a la cima / No hace que me sienta mejor / Miro el abismo / Él mira dentro de mí / Voy a esperarte / Sentado en mi torre de marfil».

Al leerla, mi mente la asoció de manera instantánea con otra línea de canción, firmada en este caso por Guille Galván, guitarra y compositor en Vetusta Morla: «Y qué viene después, no sé dónde regresar / La aurora me dejó a los pies de mí mismo / Sin cima que ascender, sin nota en las páginas».

Dos de los mejores escritores de canciones de la música alternativa en español, ¿enfrentados a dudas y abismos creativos tras alcanzar el éxito con sus últimos discos y giras? Al menos eso me pareció entender a mí. Aunque tú ya sabes que los fans, y eso también es lo bonito de la música, interpretamos las canciones y las hacemos nuestras de manera única y muchas veces ajenas al sentir original de su autor.

Para salir de dudas, en DMÚSICA les hemos preguntado directamente a ambos.

«Componiendo este último disco de Rufus, he tenido una sensación que nunca había vivido. Es la primera vez que tenemos expectación por ver qué vamos a sacar. Cuando lanzamos 'Magnolia' no era así, claro», comenta Víctor Cabezuelo en conversación con este medio. «Y ya veo gente diciendo 'vaya cambio, qué lejos va quedando 'Pompeya'. Y yo digo «qué bien». Porque fue bonito tocar 'Incendiosuicida' en salas vacías durante seis años, pero ahora mismo me apetecía otra cosa (risas)».

El peso de tener un equipo detrás

«Mi presión tenía que ver también con el componente económico. Rufus T. Firefly era un grupo que nunca había dado dinero y que nunca había tenido un importante equipo de gente profesional trabajando en torno a nosotros. Yo sentía presión por ellos y me decía: igual hacemos un disco que no le gusta a nadie y esta gente está esperando que haya conciertos y volver a tener continuidad en su trabajo».

«Eso me afectó, incluso a nivel compositivo. Y me decía a mí mismo que tiene que ser innovador, pero también bonito. Quiero expresar algo sencillo, pero a la vez súper rompedor. Tenía mil cosas hechas para este nuevo álbum, pero me di cuenta de que no era el camino que quería seguir. No sé qué pasará cuando salga el disco entero, pero al final ha ganado lo sencillo y el tratar de hacer canciones bonitas».

Rufus T Firefly Iris Banegas

Guille Galván también atiende a DMÚSICA y sus reflexiones entroncan con las de Víctor Cabezuelo. «Lo nuevo no empieza cuando escribes la primera frase, sino cuando tiempo atrás empiezas a cuestionarte cosas y a pensar en por dónde puedes abrir nuevo camino. Esa fase muchas veces es la más importante. Es como cocinar. Llega un momento en el que ya te pones a hacer la comida, pero antes debes pensar en el menú que quieres y dónde ir a buscar los ingredientes que necesitas».

«Normalmente el arranque de este camino suele solaparse con las giras anteriores cuando ya están rodadas. Aunque a nivel público todavía estés presentando cosas anteriores, tu coco ya está pensando en lo siguiente. Los procesos de composición muchas veces son, o una respuesta contraria a lo anterior que has hecho, o una esencia de ello», señala Guille Galván.

Un ejemplo se da en este 2021, con Vetusta Morla girando con su repertorio clásico mientras en redes sociales sus integrantes ya van dejando caer que hay nuevos temas en la marmita.

El error de componer pensando en los festivales

Vetusta Morla es desde hace años el cabeza de cartel nacional más codiciado en el circuito de festivales. Pese a ello, Guille Galván lanza una reflexión más que interesante. «Si compones pensando únicamente en que vas a tocar en un festival, al final acabas haciendo un tipo de canción muy determinada en la que no puede haber espacios muertos ni temas lentos en tu repertorio. Porque, en un escenario muy grande, a ciertas horas y con la gente contentilla, hay ciertos temas que penalizan. Una de las pocas cosas buenas que quizá ha traído la pandemia es no estar obligados a hacer música para ser tocada en directo en determinados escenarios».

«Es un error componer así. Nos perdemos un montón de capas creativas. A lo mejor hay canciones que no son las más coreadas, que no levantan a 50.000 personas, pero que gracias a ellas has llegado a otros lugares como músico. Es más un estado de paz con uno mismo como artista y muchas veces tampoco tiene por qué compartirse con el gran público. El primer fan de tu música tienes que ser tú mismo. Una canción, si te va bien con tu proyecto o con tu banda, la vas a tocar tantísimas veces en la vida, que tienes que estar convencido de que te toca la patata, de que merece la pena. No subirte a un escenario y tocar cosas que has hecho sólo para ver si funcionaban».

Guille Galván Gloria NM

«Rufus y nosotros es normal que tengamos en común ciertas maneras de ver la música, el oficio y el proceso compositivo, porque somos bandas con muchas cosas en común, como haber crecido en un local de ensayo, componer en grupo, arrancar en las salas pequeñas para luego pasar por todas las fases del directo posibles…».

Aquí regresa a escena la conversación mantenida con Víctor Cabezuelo. «Me parece súper bonito que te haya inspirado esa frase de canción nuestra para elaborar este reportaje... pero no la voy a explicar al completo (risas). Sí puedo contar que a veces sucede que llevas mucho tiempo trabajando en algo como la música, pensando que si logras que te vaya bien en ella lo personal también te va a ir mejor… y cuando ves que consigues funcionar en la música, pero quizá a lo mejor en lo personal te sigue sin ir bien por tu día a día, lo que sucede a tu alrededor o la angustia por lo que está pasando con esta sociedad».

Hay vida más allá de petarlo a medianoche en el Escenario Principal.

¿Y cuando no eres una estrella?

Cabe preguntarse si una artista que no sea tan seguida vive esta presión compositiva y este encuentro con el público de manera diferente.

La cacereña Chloé Bird tiene 30 años y una carrera de prestigio, aunque lejos del primer plano de sus dos compañeros de reportaje. Suma varios álbumes (en camino el siguiente, con 'Ave del Paraíso' como adelanto) y reconocimientos como ganar el Premio PopEye en Extremadura o el Certamen de Rock Villa de Madrid.

«Cada vez que publicamos nueva música estamos entregando al público una parte de nosotros mismos, y eso siempre da vértigo y te hace sentir vulnerable, independientemente del número de fans. La presión es parte de nuestro trabajo como músicos, una sensación adictiva que amo y odio a partes iguales», comenta a DMÚSICA.

Chloe Bird

Quizá sí pueda haber más diferencia en los ritmos y tiempos de composición dependiendo de si ya eres una banda capital en la industria o cuando aún es tu proyecto personal e individual.

«No suelo planificarlo ni sucede de manera continuada», cuenta Chloé Bird. «Intento que surja de forma natural y hasta que no estoy completamente sumergida en una nueva etapa, no empiezo a pensar en cómo podría compartir ese material».

¿Ser Vetusta Morla implica una presión extra?

Guille Galván lo admite de manera nítida: «Sería ridículo decir que no existe presión. También te digo que siempre recuerdo que la presión más grande la tuvimos cuando salió 'Un día en el mundo'. Era la línea que nos separaba de vivir de la música o no. Y teníamos una única bala. Pero lo vivíamos de otra manera. Hay mucha diferencia entre componer una canción tratando solamente de que sea lo mejor posible y que, con suerte, acabe en un disco, como hacíamos hace 15 años, o componer una canción sabiendo que la van a escuchar cientos de miles de personas».

¿Por lo que opinen esos cientos de miles, periodistas incluidos?

«Más que eso, la presión se produce antes, cuando eliges los ingredientes. Tengo toda la paleta de colores posible y debo decidir qué elijo para que sea relevante y trascendente, primero para mí, para el resto de la gente y también para el contexto en el que vivimos. La gran presión termina cuando finalizan las mezclas del disco. Porque las críticas o las listas de ventas ya es algo que escapa a tu control».

El día del lanzamiento, el día del móvil

En lo que sí coinciden los tres entrevistados es en los nervios que genera todo lanzamiento musical. «Me produce mucha ansiedad, incluso he llegado a vomitar de los nervios», reconoce Chloé Bird. «Con los conciertos, sin embargo, no me pasa, porque sé que puedo estar ahí para defenderlos, pero cuando lanzas una canción o un disco, de repente dejan de pertenecerte, es como un hijo que se emancipa. Así que estoy bastante pendiente de saber cómo le va en todo momento».

Mismas emociones vive Víctor Cabezuelo. «Es un día muy importante. Y aunque a veces quiera despegarme de las redes y no ser «yonki del cariño ajeno», como dice Zahara, necesito saber qué está pasando con eso en lo que he trabajado tanto tiempo con cariño. Yo hago música para los demás. Claro que parte de mí y está hecha a la manera de Rufus, pero es un lenguaje para expresarnos y comunicarnos con los demás».

Guille Galván también admite su derrota frente al poder de las redes sociales. «Vivimos en un mundo en el que tienes feedback inmediato de todo lo que publicas en tu vida, sea una canción o cualquier otra cosa… y es muy complicado abstraerte. Siempre digo que no voy a hacer nada, que no lo voy a ver, que me voy a ir a la cama pronto… y luego al final estoy ahí, actualizando el móvil cada dos por tres a ver qué comenta la gente (risas)».

Te entiendo, Guille. Yo no tecleo en Vetusta Morla y es lo que voy a hacer nada más publicarse este artículo.

Sigue a DMúsica en:

Facebook y Twitter

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El vértigo del regreso