Emilio González Gabarre
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Emilio González Gabarre
Sus grandes éxitos hablan del desamor y la mala vida, sus fans, los 'chicheros', son todavía legión y con su discografía se podría escribir una crónica hiperrealista de la España de la Transición. Son Los Chichos, la banda sonora de los setenta y los ... ochenta y toda una institución en la música del siglo XX. Tres gitanos de Entrevías que consiguieron vender millones de discos -y sobre todo, cintas- y llenar miles de conciertos mientras los medios oficiales les ignoraban: en tiempos de la Nueva Ola y la Movida, eran cañís y no modernos. Sin embargo, y aunque no copasen las portadas, su música se vendía sola, en especial cuando su discográfica descubrió el gran filón del casete y creó para ellos todo un mercado, el de las gasolineras. Durante tres décadas, no había feria ni verbena sin su música, cuando los coches no tenían aire acondicionado pero no podía una cinta de Los Chichos. Lograron sobrevivir a la pérdida de su compositor, 'Jero', e influyeron en varias generaciones de artistas posteriores: desde Alejandro Sanz a Rosalía, todos se han declarado deudores de su legado. Medio siglo más tarde, todavía siguen dando guerra con sus historias de cachimbas, de presos que quieren ser libres, de soplones que lo pagan muy caro, de mujeres maltratadas o de delincuentes juveniles que roban coches. De todo ello nos habla Emilio González Gabarre, fundador del grupo -que también está compuesto por su hijo Emilio y su hermano Julio- que esta noche recala en Santander con su gira de despedida -la segunda, porque ya tuvieron un amago de retirada en 2015-, titulada 'Hasta que el cuerpo aguante'. La cita será en el Palacio de los Deportes, a partir de las 21.00 horas, donde se presentarán con su frase de cabecera:
-¿Aquí están Los Chichos, para lo que haga falta?
-Sí señor, pa' lo que haga falta.
-¿Para recoger premios Ondas, por ejemplo?
-Ya ve: a la vejez, viruelas.
-El premio, además, es compartido con los Estopa, que son como de la familia...
-Es que su padre, cuando iban de viaje no ponía más que Chichos, venga Chichos, venga Chichos Así que luego, cuando se pusieron a cantar, pues le salió 'El del medio de los Chichos', claro. Me alegro mucho por ellos, que son buena gente. Y además, muy buenos.
-Tiene guasa, una emisora premiando a un grupo que no sonaba en las radios comerciales...
-Es que los discos nuestros se vendían solos. Y estábamos en todas las gasolineras.
-Entonces, ¿qué ha hecho la radio por Los Chichos?
-Por Los Chichos no sé, pero nosotros en los ochenta le pedimos a la casa de discos que repartiera radios por la cárceles de España. Y Philips envió mil.
-Su música, ¿suena mejor en radiocasete o por Spotify?
-¡Hombre, ahora hay más adelantos! Y hasta los sacan en vinilo, para los coleccionistas. Pero como mejor suena es en directo.
-¿Como esta noche, en Santander?
-¡Claro! Si llevo una banda que da gusto: seis músicos, tres coristas... Gente guapa y que además tocan y cantan bien.
-Así vendido, suena irresistible. Ahora, el problema será elegir repertorio, con más de trescientas canciones.
-¡Y todas buenas! Que además el público las conoce todas. Pero nosotros siempre le damos las mejores: 'Amor de compraventa', 'Mujer cruel', 'Otro camino'...
-¿Y también tienen nuevas?
-Sí, pero esas no las grabamos. ¿Para qué, si la gente lleva cincuenta años escuchándonos y no se cansan?
-¿Tan clásicos son esos 'chicheros' que llenan sus conciertos?
-Pues hay gente madura pero también mucha juventud. Gente del pueblo, y maravillosa toda.
-Un amor correspondido, por lo que parece...
-Creo que es por nuestra forma de ser. Porque somos gitanos y somos normales; o sea, que no somos el clásico artista que va con el cuello estirado y que no quiere tratar con la gente. No, nosotros hablamos con todo el mundo, con el rico y con el pobre. Aparte de que también nos quieren por las canciones, claro. Por las de bailar... y por las de escuchar.
-¿Qué tienen esas canciones 'de escuchar' para enganchar tanto?
-Si somos algo, si estamos de aquí, es porque cantábamos canciones de la vida real, lo que pasaba. O sea, que no son canciones inventadas de las flores y esas cosas, son canciones que van dirigidas a personas que lo han pasado y lo han vivido.
-En el escenario siempre tiene un recuerdo para Jero, que escribía esas letras.
-Es que era un fenómeno, un pedazo de compositor. Y todavía hay gente muy 'jerista'.
-Dicen los entendidos que hay rumba catalana y rumba vallecana. ¿Cuál es la buena?
-¡Los Chichos y no hay más que hablar!
-¡Olé!
-Dicho por la crítica, ¿eh? En flamenco, Camarón y Paco de Lucía, y en rumba, Los Chichos. Pero bueno, nosotros en realidad somos baladistas con sentimiento.
-Por cierto que esta noche en Santander jugarán en casa, porque tiene mucha familia aquí...
-Sí, por parte de mi mujer, Rosario García Borja, la 'Parrocha'.
-Pero vienen aquí para decir adiós... por tercera vez.
-A la tercera va la vencida, ¿no? Lo que pasó antes fue que en las redes sociales empezaron a decir: «hombre, ¿por qué no vas a cantar más?». Y entonces les prometí: «bueno, pues hasta que el cuerpo aguante». Y de ahí la frase de la gira. Vamos a tirar un tiempo y salir por la puerta grande.
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