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Gema Martínez, Carolina Palencia, Sara Pelaz y Vero Valdezate, que junto a Paula Vázquez, online, participaron en la mesa redonda. Alberto Aja
«Para tener un espacio en la música, a las mujeres se nos exige excelencia»

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«Para tener un espacio en la música, a las mujeres se nos exige excelencia»

Verduleras Fest reunió en La Vorágine a cuatro representantes femeninas de la industria musical para debatir sobre su situación en el sector

Jueves, 21 de noviembre 2024, 07:15

«Faltan espacios en los que haya representación de mujeres, y en esta industria ocurre sobremanera». Así lo expone Carolina Palencia, coordinadora del Verduleras Fest, iniciativa que nació hace tres años para contrarrestar esa realidad. Un festival protagonizado por artistas femeninas, que el sábado celebrará en La Lechera de Torrelavega una nueva edición. Pero, queriendo dar espacio a la reflexión, ayer se desarrolló en La Vorágine la mesa redonda 'Mujeres en la música. Retrocesos en un espacio nunca conquistado'. Y esa segunda frase, no es casual.

La sesión celebrada en La Vorágine, contó con las intervenciones de Sara Pelaz, DJ y maestra de música; Gema Martínez, vocalista y letrista de La Mala Hierba, activista y maestra. Pero también Paula Vázquez, cantautora y estudiante de producción musical y Vero Valdezate, bajista de The Birras y Técnica de Sonido. Dos perfiles «infravalorados» que representan «una rareza» en el sector.

Para quien considere que no existen tales problemas para las mujeres en el sector, todas las participantes fueron claras y Palencia argumentó una de las causas: «Nunca hemos tenido referentes» y esa falta de ejemplos da como resultado el marco actual. Un dato que queda patente en los Estudios de Género en la Industria Musical de la Asociación Mim; las mujeres están, en términos generales, más formadas que los hombres (62%), pero tienen más dificultades a la hora de mantener un trabajo a largo plazo en el sector en comparación con los hombres.

No es un problema lejano, asociado a otros lugares o grandes eventos internacionales. Como señalaba Palencia, «En el último Año Jubilar Lebaniego había unos 70 conciertos y ninguna mujer programada, un reflejo de que en la sociedad son necesarios festivales como el Verduleras y programas de promoción de la cultura creados por mujeres».

Lo habitual es que se presten picos de atención a esta mitad de la sociedad en torno a fechas señaladas y «comercializadas». Gema Martínez decidió dejar de actuar en esos días marcados en morado, precisamente por la utilización que se hace de ellos. «Todos los espacios que tiene que ver con la mujer está tomado por personas que no tienen ningún tipo de perspectiva feminista y suponen un rédito para quienes lo convocan; hay hasta mariachis», señaló en referencia a los actos del último 8 marzo en los actos del Gobierno de Cantabria.

«En el último Año Jubilar Lebaniego hubo 70 conciertos y ninguna mujer programada, un reflejo de la necesidad de espacios como este»

Carolina Palencia

Coordinadora Verduleras Fest

Para Sara Pelaz, la solución «no es tan enrevesada, porque programación hay durante todo el año; es una cuestión de interés. Es que me parece hasta complicado que la programación sean todo hombres», ironizó. Todas coincidieron en que parte de la consecuencia es el inicio: productor, promotor, ejecutivo. Los programas los diseñan responsables masculinos. «Oferta tienes de sobra, la hay, pero no se presta atención y es necesario concienciar y permitir que se vean las propuestas menos habituales», coincidió Vero Valdezate. «No es que sea difícil contratarnos; es que no quieren», concluyó Paula Vázquez.

Alberto Aja

Como docente, Martínez puso el foco en «la responsabilidad de la escuela pública es compensar las desigualdades y carencias con las que llega el alumnado». El sesgo crece en paralelo al individuo. Las leyes de igualdad –estatal y de Cantabria– «sirven como parapeto, cuando aparecen resistencias, como obligación docente, porque educar es poner en cuestión la socialización». Los ejemplos están ahí «aunque se les haya quitado importancia», como marcó Palencia.

Con su experiencia como técnico de sonido, Vero Valdezate, que se ha encontrado con dificultades concretas por ser mujer –hasta soltarle los cables de las instalaciones–, mencionó la soledad que ha sentido y cómo, cuando empezaba, se iba a casa después de hacer su trabajo «llorando por lo mal que me habían tratado». Celebró, eso sí, que en Cantabria estén saliendo nuevas generaciones de chicas formándose, tras instaurarse la FP en ese campo técnico en Torrelavega y Santander. «Ahora hay ocho o diez, pero en los veinte años que llevo trabajando no había ninguna».

«No podemos quedarnos calladas si mañana va a haber una niña para la que nosotras seremos un referente»

Paula Vázquez

Cantautora y productora

Más escaso aún es el papel de las productoras, con un 6% de representación global, un área donde abundan los micromachismos. Vázquez recordó situaciones en las que ella es invisibilizada en el estudio, como si no ejerciera ese papel, a pesar de dedicar mucho más trabajo que otros compañeros. «El mínimo esfuerzo se premia más y aunque su nivel de trabajo y el mío no tienen nada que ver, ellos triunfan y tú no».

En este sentido, otra desigualdad es la que planteó Martínez de que «para encontrar un hueco, tienes que estar siempre en la excelencia», que supone un agotamiento. «Tenemos derecho a ocupar espacios creativos desde el disfrute».

«Me siento afortunada de pertenecer a la generación Z y ver que las cosas están cambiando», afirmó Vázquez, «a pesar de que las mujeres lo tenemos mucho más difícil; ser guapa, ser normativa, bailar… Se va a juzgar absolutamente todo de ti». Por eso «No podemos estar calladas si mañana va a haber una niña para la que nosotras seremos un referente».

Como expuso la organización, Verduleras Fest tiene el objetivo de visibilizar y denunciar las desigualdades. Citas como esta «son imprescindibles porque la realidad es la que es y hay que seguir abriendo unos espacios y denunciar las ausencias en otros», dijo Martínez. «La meta no es tener un festival solo de mujeres, esto es un medio para llegar a la normalización». Como colofón animaron a asistir a espacios de Cantabria que sí programan con esta mirada igualitaria. De entrada, el sábado, habrá doce horas de actividad en La Lechera.

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