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La música representa, en la historia de la humanidad, un vínculo de unión imperecedero. Fiestas populares, romerías, sobremesas familiares, encuentros de amigos...Todo suena mejor con canciones compartidas. Tanto es así que desde el Grupo de Acción Social Saja-Nansa han decidido combatir la soledad no deseada con música tradicional.
Así, desde hoy, hasta el 14 de diciembre, el dúo Casapalma ofrecerá cuatro conciertos en otros tantos puntos de la geografía occidental cántabra. El ciclo comenzará esta tarde, en el Auditorio de San Vicente de la Barquera (18.00 horas).
Para comenzar diciembre, la cita será doble. El día 5, jueves, el concierto se celebrará en la Iglesia de Puentenansa, en Rionansa y al día siguiente, viernes 6, en el complejo Santiago Galas de Cabezón de la Sal.
El ciclo terminará el día 14, sábado, en Mazcuerras, concretamente en la iglesia de Ibio. Todos los conciertos se enmarcan en el programa Viernes y tienen entrada libre hasta completar aforo.
La elección de Casapalma como hilo conductor de estas jornadas encaja como un guante con la idea de los organizadores. El dúo formado por Irene Atienza y Yoel Molina parte de la música tradicional para dar forma a un repertorio reconocible por los oyentes de las zonas rurales, que aún entonan estas melodías y las mantienen vivas para las nuevas generaciones, mezcladas con tintes electrónicos y sonidos bañados en tecnología.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la consejeria de Inclusión social, juventud, familias e igualdad, dio sus primeros pasos en el mes de junio. Desde entonces han desarrollado un programa de cine en colaboración con la Filmoteca de Cantabria y otro de gastronomía que van repartiéndose por diferentes núcleos poblaciones.
En lugares donde el envejecimiento es una realidad y la presencia de gente joven escasa, unida al aislamiento y la falta de socialización, es donde actúa el programa Viernes. No solo con los más mayores, pues como señala el gerente del Grupo de Acción Local, Pedro González Gutiérrez, también plantearán acciones más adelante con los niños «que están solos en su pueblo».
«Queremos generar espacios y actividades donde la gente socialice, tanto con sus vecinos como con gente de otros pueblos y comarcas». En este caso, comparten actividades con la zona de Campoo- Los Valles, que comenzó el programa hace dos años «y la respuesta está siendo maravillosa». Esperan, así, extenderlo a las cinco comarcas rurales y tejer redes sólidas entre ciudadanos.
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