Borrar
El trovador contra el cambio climático

El trovador contra el cambio climático

Springsteen estrena hoy el documental donde defiende el espíritu rural americano más natural y emocional

Miguel Pérez

Domingo, 27 de octubre 2019

P

aul Newman inventó un catálogo de salsas y lo comercializó con notable éxito. Cualquiera podía tener en la cocina a Butch Cassidy mirándote directamente con sus intensos ojos azules mientras aderezabas la ensalada. Así sabe bien hasta la corteza de un árbol. Pero aquella etiqueta no solo identificaba a una salsa, sino a todo un imaginario desarrollado alrededor del salvaje oeste más folkie, campestre y climático que jamás hubiera existido en la gran pantalla. Y si lo había, allí estaban Sam Peckinpah y John Wayne para descerrajarlo a tiros.

Desde 'Dos hombres y un destino' hasta ahora han llovido cincuenta años exactos, pero el espíritu pervive intacto en 'Western Stars', la primera película dirigida por Bruce Springsteen. A sus 69 años, el rebelde de Nueva Jersey recrea el proceso de producción de su disco homónimo lanzado hace sólo unos meses. Así dicho, el documental –que hoy se estrena en diferentes salas y tiene su correspondiente edición en DVD y Blue-Ray– podría parecer simplemente un artefacto promocional, pero hace tiempo que el Boss está ya lejos de eso.

El cantante se llevó a una orquesta a un granero para tocar en directo todo el álbum

escenografía

Ahora, el autor de 'Streets of Philadelphia' se encuentra inmerso en una espiral de reconocimiento sobre sí mismo donde se abre a contar secretos –sus depresiones, un salvaje amor por el rock o la determinación por convertirse en una estrella–, recordar episodios de su pasado y preguntarse en voz alta sobre el sentido de la vida o las pisadas en el camino. Todo lo comparte con el público desde que en 2016 editara 'Born to Run', una autobiografía escrita de su puño y letra, un detalle que ya dice bastante del autor en estos tiempos donde las memorias de uno (el artista) las escribe otro (el 'negro').

La película enlaza un concierto alrededor de su último disco con distintas reflexiones

argumento

Con motivo de aquel libro Springsteen lanzó 'Chapter and Verse', una meritoria recopilación de éxitos entreverados con canciones que escribió en los albores de su carrera a mediados de los 60. Dos años más tarde publicó 'Springsteen On Broadway', un semiacústico de sus bolos en el Walter Ker Theater del famoso barrio neoyorquino. Una muestra más de su distanciamiento del 'mainstream' y de que ahora mismo hace lo que él quiere. Importantes en este disco son sus soliloquios: a cada canción le antecede una anécdota, un recuerdo o un pensamiento.

Travesía sentimental

Este diario de confesiones prosigue con 'Western Stars', la película, donde alterna la interpretación del álbum con una generosa ración de reflexiones crepusculares a bordo de una pick-up polvorienta, paseando entre paisajes espectaculares o con la mirada perdida en praderas y cañones más infinitos que Cantabria entera. «Con el disco traté de comunicar un viaje emocional pero siento que no fui capaz, y la película sirve para remediar esa falta», se justifica el músico de América para explicar este singular producto.

Las imágenes sobre el escenario se alternan con paisajes, caballos y Springsteen al volante de su pick-up

vida de vaquero

Efectivamente, Springsteen se sumerge en una auténtica travesía musical y sentimental, con más de un enarcamiento de ceja por su épica próxima al western tan distante de los enchufes de la E Street Band. Con ésta, por cierto, prepara nuevo disco para dentro de unos meses. Tras la sorprendente primera escucha se percibe ya al trovador de siempre, aunque sentado a la sombra de un cactus. En el microcosmos de 'Western Stars' circulan desposeídos, personajes corrientes y a contracorriente y una firme devoción por el country: 'el jefe' toca todo el álbum en directo con una orquesta y con su mujer, la guitarrista Pati Scialffa, que no aparecía en el original.

El documental explica el «viaje emocional» de 'Western Stars'

una obra muy personal

La grabación está hecha en un granero centenario que la pareja posee en su rancho. La satisfacción de una vida ahorrando. Así que Springsteen podía haber salido perfectamente en albornoz. En cambio, su estética es la de un vaquero entre caballos libres, un perfil al natural de aquel rebelde urbano que se encaraba contra el 'reaganismo' en los 80's. Reivindica el espíritu rural americano, el de los apacibles amaneceres y los largos senderos, además de una ecología que ya han defendido otras 'western stars' como John Denver, Neil Young, Kris Kristofferson o Glen Campbell, el fallecido 'countryman' de Arkansas al que el Boss recuerda en una versión de 'Rhinestone Cowboy'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El trovador contra el cambio climático