«Los valores que desprende el hip hop son paz, amor, unidad y pasarlo bien»
Manuel Martín - Bailarín ·
El también coreógrafo madrileño ofrecerá este sábado un taller de breakdance para jóvenes dentro de la jornada 'On Session' del Centro BotínSecciones
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Manuel Martín - Bailarín ·
El también coreógrafo madrileño ofrecerá este sábado un taller de breakdance para jóvenes dentro de la jornada 'On Session' del Centro BotínA.G.POLAVIEJA/M. ROMERO
santander.
Viernes, 2 de octubre 2020, 15:45
Manuel Martín (Madrid, 1981) empezó llegó a la danza través del breakdance y el hip hop. Fue a los 19 años y gracias a su hermano Santy, artista de grafiti y de uno de sus amigos, Holer. «A través de él conocí a todas las ' ... bgirls' y los 'bboys' -bailarines de break- de Madrid, quedábamos en las calles y bailábamos». Tras viajar a distintos sitios para explorar en la danza contemporánea y ya con 28 años ingresó en el conservatorio. Su andadura, de momento, se ha detenido en Santander, donde este sábado ofrecerá un taller de breakdance dentro del ciclo 'On Session' del Centro Botín.
-El breakdance en la oferta cultural de Santander. Algo está cambiando...
-Sí. El Centro Botín quería acercar a todos los jóvenes que acostumbran a moverse por su entorno a sus actividades, y de ahí surgieron las jornadas 'On Session'. Los jóvenes no van a entrar solos a ver una exposición, pero propuestas como esta, de una danza contemporánea como el break- dance y en la que pueden participar por grupos sí que les atraen.
-¿Qué se van a encontrar los jóvenes que participen?
-La idea es, más allá de la idea de baile espectacular que todos tenemos en la cabeza de esta disciplina, poder formar a estos jóvenes en la historia y la cultura del breakdance, que es lo que propone el Centro Botín. Van a conocer la cultura del hip hop en general, que es la que engloba y de la que surge esta disciplina como manifestación. Entre otras propuestas, acompañaré el taller con imágenes y pequeños documentales que acercarán esta realidad a los participantes.
-¿Será algo teórico o tendrá una parte práctica?
-Iremos practicando la disciplina a medida que vayamos conociéndola mejor y descubriendo sus fundamentos. En el breakdance, que es un baile creado por los jóvenes, son ellos los que fueron poniendo los nombres a los movimientos, y eso es algo que vamos a hacer durante la parte creativa del taller: trataremos de inventar nuevos movimientos y les buscaremos nombres.
-Centrándonos en su faceta como bailarín, ¿ustedes dialogan con palabras o con el cuerpo?
-Moverme me descifra. Busco en los procesos creativos las palabras que pueden dar significado claro a mi imaginario. Casi siempre la mirada de otros durante el proceso me ayuda a reformular y aclarar la dirección en la que voy. Al final acaban danzando los pensamientos y hablando los movimientos.
- ¿Podríamos decir que bailar y moverse es su forma de existir?
-La danza me hace feliz y me permite jugar. Y si te hace feliz algo, aunque sea desconocido, es valiente acercarse. Creo que hemos perdido esa capacidad que aún tienen los niños de mirar, tocar, jugar, imitar, reír y llorar. De mostrar lo aprendido. Todo esto también nos forma cuando somos adultos. Me planteo así siempre mi forma de estar en la danza, en creación e investigación, o bailando breakdance. Me dispongo a jugar, a asumir derrotas y a saborear victorias pero no me planteo abandonar el juego. Jugando solo o en equipo, crezco, me conozco y me pongo en la piel del otro.
-Con ese enfoque ante la vida, ¿el break dance le da espacio para poder jugar?
-La cultura hip hop es así. Sus valores son paz, amor, unidad y pasarlo bien. El breakdance es de las pocas danzas inventadas por niños y eso cambia todos los patrones conocidos. Si dejamos que los niños propongan dentro del marco del arte, nutriéndose de una cultura critica en sus valores, tendremos como resultado algo parecido a lo que vemos en el breakdance: libertad, creatividad, movimiento desde un estado emocional, personalidad, carisma, disciplina, energía, voluntad, compañerismo, respeto... Me siento afortunado de conocer la cultura del hip hop. Trabajar en el movimiento y poder estar en un contexto artístico me configura como persona.
-¿En qué proyectos está inmerso en Cantabria?
-Formo parte del equipo gestor de la Asociación de Profesionales de la Danza de Cantabria 'Movimiento en Red'. También de la asociación de hip hop 'Breaking Beach' en donde mostramos el break dance a un público joven y familiar a través de espectáculos y talleres. Además imparto clases de danza contemporánea y breakdance en distintos espacios. Recientemente he creado ARMI, un grupo de trabajo con profesionales y semi profesionales del mundo del movimiento, para entrenarnos semanalmente, compartir conocimientos y generar comunidad. En 2019 Rebeca García Celdrán y yo creamos la compañía Mymadder. Ahora estamos con dos nuevas espectáculos que verán la luz este otoño.
-¿Trabaja fuera de Cantabria también?
-Sí, desde hace dos años estoy inmerso en un proyecto en Italia con ocho intérpretes y un equipo de más de 20 personas con la compañía Zerogrammi, dirigido por Stefano Mazzotta, de creación escénica, mediometraje y catálogo del proceso vivido que se estrenará en noviembre. En diciembre, con la compañía Antonio Ruz, estrenaremos la nueva creación en colaboración con la productora Elamor para celebrar los diez años de la compañía y compartir con el público una mirada positiva sobre el futuro de las artes. La posibilidad de trabajar fuera, de estar en continuo diálogo a través de todos los sentidos y regresar a tu ciudad y poder compartir esa vivencia, es de agradecer.
- ¿Cuál es el panorama de la danza en Cantabria? ¿Se puede vivir de ella?
-Se podría vivir si se encauza un proyecto real de acompañamiento y sustento al sector de la danza por parte de las instituciones públicas y entidades privadas. Un proyecto que incluya a todas las personas y espacios que lo generan, en sintonía con la ciudad y sus recursos. Por ello es clave el papel de los ayuntamientos y del Gobierno de Cantabria.
-Los ayuntamientos y el Gobierno de Cantabria han puesto en marcha programas de actuaciones de calle este verano. ¿Han servido para paliar los efectos de la crisis en el sector?
-Los programas de 'La Cultura Contraataca', 'EnREDarte' o 'Santander Escénica' han supuesto una ayuda económica y una inyección de optimismo. Aún así, se siguen necesitando cambios y medidas estructurales. La crisis ha hecho una gran mella en la danza pero en Cantabria el apoyo ya era muy limitado antes del covid. Es muy duro tener que trabajar en danza a través de una imagen en la pantalla desde tu casa para poder mostrar tu movimiento.
-¿Se atreve a predecir cómo será el futuro para la danza?
-La cultura se genera cuando hay vivencia. Los nuevos contextos sin contacto y desprendidos de la emoción, no encajan con lo humano. Es un buen momento para residencias de creación, espacios para el artista.
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