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No había sucedido ni durante la Segunda Guerra Mundial. Desde que el 1 de enero de 1941 se celebrara la primera edición del Concierto de Año Nuevo en Viena (había habido un precedente el 31 de diciembre de 1939), esta fiesta en la que reina una música ligera, por lo general intrascendente y siempre feliz no ha faltado un solo año a la cita. Y siempre lo ha hecho con la bella sala Dorada de la Musikverein a reventar. Desde hace muchos años, ahí están, en el patio de butacas y los palcos (incluso hay gente de pie en las últimas filas) personajes relevantes de la política, el mundo empresarial y el del espectáculo. Y junto a ellos un puñado de aficionados (o turistas) de todo el mundo que pueden pagar el precio de la entrada y, sobre todo, la estancia en la capital austriaca en unas fechas en las que los hoteles tienen la costumbre de admitir reservas solo para al menos cuatro o cinco noches.
Nada de eso sucederá mañana viernes. El Concierto se ofrecerá exclusivamente para la retransmisión televisiva a casi un centenar de países con un número de espectadores que en los últimos años ha sumado no menos de 50 millones. Para evitar el silencio en la sala al final de cada interpretación, será posible enviar los aplausos a través de una web (https://www.neujahrskonzertapplaus.com/) y serán los que suenen en la sala. Los miembros de la saga de los Strauss nunca pudieron imaginar nada así. Tampoco imaginaron que su música sonaría en un escenario que tiene no poco de apocalíptico.
Primera parte. Franz von Suppè Fatinitza March Johann Strauss hijo: 'Ondas sonoras'; Niko Polka op. 228 Josef Strauss: 'Sin cuidado' Carl Zeller: Vals de la lámpara del minero, sobre motivos de la operetta 'Der Obersteiger' Carl Millödocker: 'Vivir la vida'
Segunda parte. Franz von Suppé Obertura de 'Poeta y campesino' Karel Komzák II: 'Chicas de Baden' Josef Strauss: Margherita Polka Johann Strauss padre: Venetianer-Galopp op. 74 Johann Strauss hijo: 'Voces de primavera', Im Krapfenwald'l op. 336, 'Nuevas melodías', 'Vals del Emperador', 'Tempestuoso en el amor y la danza'
Fuera de programa (según la tradición). Johann Strauss hijo 'El bello Danubio azul' Johann Strauss padre: 'Marcha Radetzky'
uOrquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Riccardo Muti.
Mañana, viernes, 1 de enero. Hora 11.15. Transmisión por TVE-1 y Radio Clásica de RNE.
A comienzos de este mes, el Gobierno austriaco tomó la decisión de suspender los espectáculos en los que se reuniera un volumen de público amplio. La dirección de la orquesta no pensó ni un momento en cancelar el concierto. La decisión de mantenerlo tiene su lógica si se piensa que se trata del evento de música clásica que tiene un seguimiento mayor en todo el mundo. Eso sin contar con que es también la campaña turística más importante que las autoridades de Viena realizan cada año.
Como si hubieran intuido que la ocasión iba a ser muy especial, los músicos de la Filarmónica de Viena decidieron hace prácticamente un año que el director de esta edición iba a ser Riccardo Muti. Una apuesta que siempre les ha salido bien. En sus cinco actuaciones anteriores (1993, 1997, 2000, 2004 y 2018) Muti ha hecho un alarde de simpatía y ha dirigido con el sentido de la levedad y la elegancia que requiere este repertorio. No habrá sido quien más ha arriesgado ni quien más ha brillado. Pero con Muti la orquesta está a gusto y se nota.
Además, había motivos para la invitación: ha pasado medio siglo desde la primera vez que el director italiano se subió al podio de la Filarmónica de Viena y el próximo 28 de julio él mismo cumplirá 80 años. Doble celebración para un músico que ha levantado el pie del acelerador, como anunció hace algún tiempo.
El programa contiene pocas sorpresas. Sendas piezas de Millödocker, Komzák y Zeller (las tres sonarán por primera vez en este concierto) ponen la nota exótica. Por lo demás, Von Suppé y Josef Strauss por partida doble, y Johann Strauss padre e hijo dominando en los atriles, como siempre sucede.
Dirigir (y tocar) sin el calor del público no es fácil. Pero tampoco lo va a tener sencillo el realizador de la televisión austriaca, sin los planos de recurso de los asistentes al concierto ni la posibilidad de recrearse en las vistas generales de la sala, que vacía tendrá un aspecto desolador por mucho que las flores procedentes de los jardines de Viena no falten en el escenario. Lo demás será todo igual. El concierto estará a la venta en CD y digital el 8 de enero, y a finales de mes en LP y la versión audiovisual (DVD y Blu Ray, sello Sony en todos los casos). Una actuación para el recuerdo, por motivos también extramusicales. Son los valses para el fin de los tiempos.
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