Víctor Manuel y la capacidad curativa de la música en el Teatro Concha Espina

Con este nuevo álbum el artista pretende abarcar y resumir largos años de canciones y carretera poniéndole voz a temas tan míticos como 'La Sirena' o 'Soy un corazón tendido al sol'. Asimismo, este disco lleva como subtítulo «el escenario lo cura todo», un verso de 'No seré nunca juguete roto', canción que cantaba junto a Ana Belén en 'Para la ternura siempre hay tiempo' allá por 1986. Efectivamente, «el escenario cura todo menos lo incurable». Dicho esto y habiendo llegado hasta aquí, Víctor Manuel, con tono irónico, agradecería que «antes de que hagan más ruido las bisagras, el amado público fuera advirtiéndonos de cuándo debemos irnos a casa, aunque siempre ejerza de juez implacable, cuando pones una entrada a la venta y no la compran… Esa debería ser para cualquiera la señal definitiva».

Pues al cantante aún no le ha llegado esta señal, ni está muy claro que lo vaya a hacer de momento, ya que consiguió reunir en la sala a más de 700 personas, el aforo total del teatro.

Con su temple y cercanía, acompañado de su banda, salió al escenario del teatro para comenzar a hacer un repaso por su extensa discografía con 'Señor San Juan', porque «la fiesta va a empezar», o más bien ya lo ha hecho en Torrelavega. Hubo hueco para esas primeras canciones que nacieron de una melancolía por su tierra, Asturias, cuando se mudó a Madrid para estudiar y solamente contaba con su papel y la guitarra que le regaló su tío Quico. Así, hizo un repaso por 'La Romería' o 'El tren de madera', letras con las que llevarnos a esos valles y montañas verdes que tanto se parecen a los nuestros, o a volver a jugar al balón en un prado como cuando éramos niños. Más tarde quiso poner fin a ese tono más triste y tomar otro vuelo con el siguiente bloque de canciones como 'Quiero abrazarte tanto', algunas de las que lo llevaron hasta Latinoamérica con su música, lugar en el que pasó parte de su carrera debido a su compromiso político, que lo obligó a exiliarse durante seis meses en México acusado de ultrajar a la bandera por parte de las autoridades franquistas por su comedia musical 'Ravos'.

Si lo personal es político y viceversa, Víctor Manuel lo tiene siempre presente, y no quiso desaprovechar la ocasión para hacer mención a cuando estudiaba francés en el instituto (recordando que fue una época en la que el inglés estaba vetado) y se enamoró, nada pretencioso, de Brigitte Bardot, idea de la que salió 'Babette se fue a la guerra'.

También aprovechó para saludar al actor cántabro Antonio Resines: «Antonio no sabía que lo queríamos tanto, así que viene bien que se lo demostremos de vez en cuando», animaba el artista al público.

Con este camino por sus melodías tuvo en todo momento pendiente a una generación de padres e hijos que crecieron con él y que formaban ahora su público. Un público entregado a la vez que tranquilo que agradeció en todo momento esta vuelta de Víctor Manuel, y que quedó entusiasmado con los últimos temas como 'Soy un corazón tendido al sol' o 'Sólo pienso en ti', o con los acordes del 'Abuelo Vitor' que tanto se parecería, con su vara de avellano, a muchos de los 'güelos' de ésta tierra.