Los Zigarros, a todo que sí

Tras los treinta minutos iniciales del show, sumados a los diez de retraso ya casi rigurosos, sonaron los acordes de 'Cayendo por el agujero' (2013), tema con el que la banda abre su primer disco y marca de la casa para continuar un ritmo que, durante la hora y media de espectáculo, apenas se vio interrumpido más que para dedicar 'Dispárame' (2013) al fotógrafo oficial del ciclo en su 53 cumpleaños. Sobre el escenario, y durante otra parada de escasa duración, los hermanos Tormo lamentaron «lo lejos que estaban de casa», el precio a pagar por tener la oportunidad de estar girando en pleno 2021.

Sobre estética, apuesta fuerte al rojo. La camisa de Ovidi Tormo, —sin estar esta crónica relacionada con la prensa rosa—, resumió de manera gráfica la propuesta que el grupo lleva defendiendo desde que se subieron a las tablas por primera vez: poca vergüenza y ser el foco de atención.

La banda era la 'promesa del rock nacional' durante sus dos primeros discos lanzados entre el 2013 y el 2016; ahora, que aseguran «estar cerrando una etapa», han demostrado con su directo en los jardines de La Lechera lo atrás que dejaron el ser 'promesa' para ser realidad. Ocho años en activo lo avalan.

A diferencia de otros espectáculos desarrollados durante el mismo ciclo, el público, elegante, fue garante de seguridad en todo momento. Vaya para ellos el agradecimiento por su saber estar y por el entusiasmo con el que ocupaban su silla. Cuando hay ganas de música en directo se nota, y anoche en Torrelavega las había.

«Muchísimas gracias a todo el mundo, viva el rock and roll», dijeron los Zigarros antes de interpretar las canciones del bis. Pues qué mejor final que ese, versión a The Who y su 'My Generation' incluida.