Los Zigarros: «Necesitábamos hacer canciones nuevas y emocionarnos con ellas»

-Cuando uno se asoma a un acantilado siente vértigo, respeto y quizá algo de miedo. ¿Sucede lo mismo al presentar disco nuevo?

-Sí, absolutamente. Y si el disco se llama 'Acantilados', la sensación es doble. Aunque también te digo que solo en parte, porque nosotros lo hacemos todo bastante instintivamente y confiamos en la suerte que tenemos de caer casi siempre de pie. Siempre hemos sentido el calor del público, pero esta vez no sé cómo catalogarlo. Las salas están llenas, los comentarios de la gente al respecto son de que les ha encantado, de que es el mejor… No sé, es increíble.

-Dicen que cuando lo escucharon entero por primera vez sintieron que habían dado con un diamante

-Totalmente. Yo lo noté cuando me vi escuchándolo en bucle durante bastante tiempo, cosa que no me había pasado con mis anteriores discos. No quiere decir que los otros no me gustasen ni mucho menos; si los sacamos es porque me gustan. Pero con este hay un extra también por el concepto del disco, por las letras, por lo que hablan… Es un disco de amor y me pilló muy adentro. Entonces claro, me hace sentir super bien.

-Su gira anterior les ha tenido desde finales de la pandemia tocando los temas que les auparon como banda. ¿Urgía tener canciones nuevas que tocar en directo?

-Urgía, claro, porque aunque cada vez venía más y más gente, tocando las mismas canciones al final te aburres de ti mismo. Necesitábamos hacer canciones nuevas e integrarlas; emocionarnos. Si no es excitante, nuestro trabajo —que no es un trabajo—, nuestro oficio trata de emocionarse para que las cosas tengan sentido, y para eso hace falta ir haciendo cosas nuevas.

-Atrás queda el espíritu de «sexo, drogas y rock&roll» de los primeros discos. El tiempo va puliendo el diamante

-Sí. De nuevo, sin pensarlo, nos lo pedía el cuerpo y es algo que fue y surgió de manera muy natural. Escuchamos mucha música, nos gusta mucha música, y todos sentíamos que estábamos tocando solamente una de nuestras caras, pero queda muchísimo por explotar. Éste ha sido el disco que ha abierto la veda.

-'Acantilados' está agotando entradas en muchas ciudades de esta gira presentación. ¿Están viviendo uno de los mejores momentos profesionales como banda?

-Sin duda. Tenemos la suerte de que siempre ha sido un momento dulce porque el público así lo quiso, pero ahora ya la banda es una banda clásica de rock & roll, es un referente y ahora ya donde vayamos siempre hay mucha gente. Digamos que mola que sea así.

«-Por fin, por fin, hay algo bueno para mí», proclaman

-Pues mira, no había relacionado esa canción —Por fin— con este momento, pero lo bueno de las canciones es que cada uno les puede dar la lectura que quiera.

-Lo han dicho hasta la saciedad: el cambio de productor —de Carlos Raya a Leiva— responde a una mera necesidad de renovación y aire fresco. ¿Cómo ha sido recorrer ese camino junto a Leiva?

-Mira, Leiva nos vino a la mente porque es amigo, porque es fan, y porque siempre nos lo pasamos muy bien con él. Somos de la misma edad, tenemos gustos parecidos, y sabíamos que iba a ser una experiencia divertida, muy roquera, que nos iba a entender y que quizá también iba a sacar una parte más femenina de nuestro rock & roll. Y así ha sido. La verdad es que ha sido una experiencia completamente lujosa por lo material y por lo emocional.

-Les une su devoción por Tom Petty y de hecho pudieron verle en directo en Hyde Park antes de fallecer

-Sí, sí. Así es. Fue uno de los conciertos más emocionantes a los que hemos ido. Tom Petty nos entró casi como nos entró Nirvana en su momento. Nos metimos de lleno en él.

-¿Esos puntos de unión entre la banda y el productor enriquecen el trabajo final?

-Claro, porque acortas caminos que sino serían más largos. Lo bueno de las referencias es que, cuando las conoces, puedes ir a ellas rápidamente. Para hacer rock & roll clásico como el nuestro viene muy bien.

-Es difícil no pensar en Wildflowers al escuchar los primeros acordes del que fue su primer adelanto, 'Aullando en el desierto'. ¿Estuvieron de acuerdo todos en que ese era 'el' single?

-Es la más 'tompetiana', sin duda. Y sí, dijimos que tenía que ser esa porque era muy luminosa. Esa fue la razón principal. Cuando la escuchamos en el estudio fue la que nos hizo sonreír de una manera más natural, y pensamos que generar esa reacción en el oyente estaría muy bien.

-Su hermano Álvaro dice de otro de los temas, 'Barcelona', que es la mejor canción de la banda hasta la fecha. ¿Cuando uno incluye medios tiempos en un álbum de rock es que ya las opiniones ajenas le importan más bien poco?

-Pues mira, 'Barcelona' es una canción muy especial porque la escribí para mi chica, Maika Makovski. Salió rápidamente y es que hay veces que cuando algo te emociona mucho, realmente tiene que entrar en el disco. Cuando estás haciendo canciones para un disco tienes de todos los tipos, pero hay algunas que sabes que son un sí, ¿sabes? Y con 'Barcelona' nos pasó a todos. Es la favorita de muchas personas.

-¿Quién fue Sergio Puchades y por qué le han dedicado el documental que rodaron sobre el proceso de grabación de este álbum?

-Cuando dejamos 'Los Perros del Boogie' e hicimos 'Los Zigarros', Nacho y Adrián, batería y bajista, tocaban conmigo en una banda de versiones que se llamaba 'Los Walkers'. Sergio era el guitarrista y murió hace dos meses, así que le dedicamos el documental porque para nosotros era como un hermano. Fue todo muy rápido y él era muy joven, así que qué menos.

-Gospel, cabaret, rock sureño… 'Acantilados' es un disco de mirada amplia. ¿En lo personal también adoptan esa mirada?

-Yo diría que sí. Una de las cosas buenas que te dan los años es que van apareciendo cosas en tu evolución de manera natural. Yo qué sé. Ahora estamos en este punto, nos apetece tocar música de todo tipo y vimos que era el momento para hacerlo.

-Esta noche, Santander. ¿Qué veremos sobre el escenario?

-Un rock & roll super energético, como es marca de la casa. Incluso más. Vamos a mezclar temas antiguos con bastantes temas del nuevo disco. La mezcla es super guapa, las dinámicas son guapísimas y los conciertos son los mejores conciertos que hemos dado nunca, claro.