El campeonato de Santa Marina pone el foco en las olas gigantes tras la marcha de Pablo Gutiérrez

Nueva etapa en el campeonato de olas de Santa Marina. Su fundador, Pablo Gutiérrez, el surfista cántabro dos veces campeón de Europa -2001 y 2011-, se aparta de la organización del reconocido campeonato cántabro. La competición fue creada en 2019 por la marca Rip Curl en torno a la figura del deportista cántabro cuando decidió retirarse en 2011.

«La razón de mi marcha son motivos laborales. Tengo mucho trabajo en estos momentos y hay que saber tomar decisiones. Por eso, voy a dejar paso a otros locales que están interesados en organizar el campeonato todos los años. Les apoyaré en todo lo que pueda y volveré cuando tenga más tiempo y recupere la ilusión que requiere organizar una prueba así», explicó Gutiérrez, que en la actualidad está al frente de las ventas de Rip Curl Europa.

Gutiérrez ha organizado esta prueba en Cantabria durante cinco ediciones. El relevo supondrá cambios: «Quieren desarrollar un nuevo concepto de campeonatos de olas gigantes y yo no soy surfista XXL, soy surfista profesional, que le gustan la olas perfectas», añadió.

La conexión de Pablo, afincado en Somo, con la isla de Santa Marina es conocida. Cuando se creó este campeonato, el objetivo era «juntar en Cantabria a ocho pros del surf con ocho locales y ver buen surfing con olas perfectas», explicó.

Su trayectoria como surfista profesional comenzó a los 12 años con Rip Curl, cuando la marca le llamó para unirse a su equipo en 1993, tras alzarse como 2º de Europa Sub 12. Dentro del equipo llegó a 5º del mundo junior y se mantuvo durante 10 años entre los top 100 mundiales participando en el circuito, cada año en Hawai.

Sobre el futuro del surf con las piscinas de olas artificiales, este experto lo valora muy positivamente: «Van a salir grandes figuras del surf de ciudades sin mar, ya que se puede entrenar de una manera más intensiva. La evolución va a llegar mucho más rápido». Además, «permitirá celebrar eventos y olimpiadas en ciudades donde no hay mar».

Para Gutiérrez estas olas artificiales permitirán que más gente se enganche a este deporte y tengan una evolución mucho más rápida que en el mar, aunque es verdad que «la sensación de coger una ola en el mar es inigualable», reconoció.

Pablo Gutiérrez se retiró en lo más alto de su carrera, tras coronarse campeón de Europa 2011. Considera que fue «una buena decisión» porque «al irte en lo más alto, te quedas con buenas sensaciones». Su trayectoria profesional le llevó a viajar por todo el mundo en busca de olas en lugares remotos. Formó parte del equipo 'The Seach' de Rip Curl, integrado por surfistas intrépidos que iban por el mundo a descubrir olas jamás surfeadas.

«Son recuerdos muy bonitos de aventura y riesgo. Descubrí olas que nadie había surfeado en Omán, detrás de un tifón; también la ola más larga del Mediterráneo, en Libia; en el Círculo Ártico y Haití. Eran viajes complicados, pero con olas magníficas y la increíble sensación de saber que nadie, o muy pocos, habían llegado. Todas estas historias te hacen más fuerte», concluye el cántabro.

Pero llegó el momento de la retirada del surf profesional y los cambios que ello impone. «La adaptación a la nueva vida es muy dura. Se acaba un sueño y ahora pasas a once horas de oficina frente a un ordenador. Se necesita un trabajo psicológico para tener amueblada la cabeza. Se acabó un mundo en bañador, viajes y olas perfectas y empieza otro igual de bonito, pero hay que saber entenderlo y estar preparado para ello», reflexiona.

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