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El surf cántabro, en efervescencia
Foto: Javier Rosendo | Vídeo: Pablo Bermúdez y Héctor Díaz

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El surf cántabro, en efervescencia

El auge de este deporte alcanza un impacto económico directo de 13 millones de euros anuales en la región

Lunes, 27 de mayo 2024

Cantabria es un imán para los turistas que van buscando playas y olas para surfear y todo un estilo de vacaciones que surge alrededor de hostels, campings, restaurantes, planes de montaña y medioambiente, tiendas, conciertos… Según los datos que maneja la Federación Cántabra de Surf, alrededor de 20.000 viajeros pasa cada año por alguna de la 60 escuelas de surf que existen registradas en Cantabria.

«Esta cifra de viajeros que aumenta cada año genera un impacto económico directo en el sector del surf de Cantabria de 13 millones de euros», destaca Óscar García Santamaría, presidente de la Federación, que añade que a esas cifras hay que añadir que «en la región hay cerca de 4.000 personas que practican surf habitualmente; de ellos, solo 600 están federados».

Los principales ganchos que ofrece Cantabria al viajero que busca olas -según destacan los propios surfistas- son: el entorno natural y su paisaje, la amplia oferta de alojamiento a precios asequibles y que hay playas para todos los niveles, para el experto y para el que quiere iniciarse en el deporte. Además, su fondo de arena hace que su práctica en la región sea menos arriesgada que con fondo rocoso.

Pablo Solar, uno de los pesos pesados del surf a nivel nacional e internacional. Ginés Díaz

Entre las playas solo para expertos destaca Los Locos, en Suances, con olas de dos metros fuertes rápidas y tuberas. En la zona de Liencres, Canallave y Valdearenas, con metro y medio de olas rápidas y maniobrables. La Isla de Santa Marina, donde la ola puede ser de dos a cinco metros. En estas cuatro zonas hay muchos locales y puede haber conflicto en el agua por ver quién se queda con el pico de la ola.

Entre las playas idóneas para aprender destaca Somo, con una ola muy larga. Langre con ola maniobrable de metro y medio y Berria, rápida y tubera. En el Sardinero, en verano hay pocas olas. Pero fuera de verano, la ola tiene mucha fuerza y funciona bien para aprender. En la zona de San Vicente de la Barquera, Oyambre y Gerra son olas maniobrables, largas y sin conflictos con los locales.

«Cantabria es un paraíso porque tiene olas 360 días al año y para todos los niveles», afirma David García 'Capi', al frente de la Escuela Cántabra de Surf, la primera que se abrió en toda España hace ahora 34 años. Hijo de surfistas, empezó de crío a surfear y ha hecho de esta pasión su modo de vida.

«Es una gozada coger olas en Cantabria, sin gente y con días muy buenos de sol», explica. El pilar de su negocio es «hacerlo rentable sin exprimir los recursos sino pensar en el largo plazo. Espero que mis hijos, también surfistas, continúen el legado». «No podemos perder la calidad de las clases y la calidad de la oferta», advierte.

David García ' Capi' en la Escuela Cántabra de Surf, en Somo.

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David García ' Capi' en la Escuela Cántabra de Surf, en Somo. Roberto Ruiz

La Escuela Cántabra de Surf, en Somo, es fiel reflejo del boom del surf en la región. 'Capi' empezó anunciando clases con unas tablas pinchas en la arena y un cartel que decía 'Se dan clases de surf'. Desde entones se han profesionalizado hasta ser hoy uno de los motores de este turismo en Ribamontán al Mar.

Esta escuela ha experimentado un fuerte impulso, especialmente desde el 2015, llegando a una plantilla de 70 instructores en la temporada alta y está abierta todo el año, lo que es un éxito en cuanto a desestacionalizar este tipo de turismo. En temporada baja tiene 14 trabajadores.

El 'boom' de este tipo de turismo ha impulsado el crecimiento del sector que rodea al surf: fabricantes de tablas, tiendas de material, escuelas, alojamiento y restaurantes que siguen proliferado. Uno de los aspectos más valorados de Cantabria por este turismo es la amplia oferta de alojamiento para surfers a precios asequibles.

Jóvenes recibiendo clases de surf en la playa de El Sardinero de Santander.

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Jóvenes recibiendo clases de surf en la playa de El Sardinero de Santander. Alberto Aja

«La región se ha puesto de moda como destino de surf, pero la verdad es que lleva de moda el tiempo suficiente como para pensar que no es solo una moda», señala Carlos Veneras, manager de 'Plea Beach', un alojamiento para surfers con 160 plazas a pie de playa en Loredo. Un espacio pensado para este perfil de viajero dando prioridad a sus necesidades, como guarda tablas, duchas de exterior, zona para colgar los trajes de agua, zona de skate… Es más que un lugar donde dormir a pie de playa porque se genera una atmósfera en torno al surf, conciertos en el jardín, la gente se hace amigos de otros huéspedes. En 'Plea' surgen un montón de historias increíbles», asegura Veneras.

Por estas características, Cantabria se ha convertido en un nicho para el mercado del surf, como es el caso de Stefan Weckert, un shaper (productor de tablas) alemán que se instaló en Loredo hace ahora 17 años y que ha sido testigo de como ha ido surgiendo más industria.

Stefan Weckert, un shaper alemán que se instaló en Loredo hace ahora 17 años.

Su marca Kun_Tiqi es de tablas de madera ecológica. «En estos 17 años he visto el desarrollo que ha experimentado Cantabria. Cuando llegué era mucho más rural, con pocas tiendas, talleres… ahora han surgido muchos proyectos bonitos. Nos conviene a todos que surjan estos proyecto y con diferentes enfoques», opinó el shaper.

Stefan vivió unos años en Ecuador, donde trabajaba para una ONG de comercialización de café. Allí surfeaba, y fue donde tomó conciencia del impacto para el medio ambiente del material de fibra de vidrio de las tablas de surf.

«El surf está en efervescencia. Europa entera está como loca con el surf y es solo el principio»

El fabricante alemán asentado en Loredo ha lanzado otra marca eco, Colective, cuyo proceso es más local y de proximidad pues las tablas se fabrican con espuma de poliuretano reciclado que sale de una industria cántabra que recicla las tablas de surf que se han roto.

Cantabria tiene un gran arraigo surfero que no es causal, ya que en Ribamontán al Mar se fabricó una de las primeras tablas de surf de toda España, que se conserva en el Museo del Surf de Somo. Muchos pioneros del surf fueron cántabros, como Fiochi o Palacios; y fue en Santander donde surgió en los años 80 uno de los primeros talleres artesanales de tablas, Full&Cas, que ha ido creciendo hasta alzarse como un referente internacional.

De izquierda a derecha, José Manuel Merodio, Antonio Sáez, Manuel Martínez, Carlos Beraza, José Manuel Gutiérrez, Juan Giribet y Jesús Fiochi. Javier Cotera
Foto antigua, de Manuel Gutiérrez 'Meco' y Juan Giribet, en Latas.

El shaper que lo fundó, Hugo López Asiaín, se refirió al momento que vive el surf en la región: «El surf está en efervescencia y esto es el principio de lo que va a ser todo esto. Queda mucho recorrido. Europa entera está como loca con el surf y cada vez más gente lo practica. Va a faltar sitio para todos porque las playas se van a saturar, pero no va a haber quien lo pare».

Competición

Al año Cantabria acoge alrededor de 40 pruebas de surf. Entre ellas ocupa un espacio importante el Campeonato de España, organizado a finales de agosto por la Escuela Cántabra de Surf, que se celebra desde hace más de 20 años. Se trata del Open Escuela Cántabra de Surf (Liga Fesurfing e Iberdrola) que se celebrará los días 24 de agosto al 1 de septiembre.

La Federación organiza, entre otras pruebas, el Circuito Regional, Circuito Cántabro -que busca un patrocinador-, y el Circuito Kids -organizado para detectar jóvenes talentos que despuntan-. Las tres pruebas reúnen 500 participantes y cada una de ellas se compone de tres citas.

Entre los campeonatos de olas grandes de prestigio y que se han posicionado a nivel internacional están La Vaca Gigante y Rip Curl Santa Marina.

Décima edición de la Vaca XXL en El Bocal.

El propósito de los jóvenes surfistas es destacar en las competiciones y su espíritu competitivo se ha subrayado con los años. En la actualidad existen 43 clubs deportivos de tecnificación que preparan la cantera de surfistas con palmarés para que alcancen títulos. Entre ellos destaca la figura de Gonzalo Gutiérrez y Lola Díaz, campeones del Circuito Cántabro de Surf 2023, o Luna Carrera, campeona sub 16 en el Campeonato Nacional.

De izquierda a derecha, Diego, Marina, David, Hugo, Anne, Noive, Sergio y Patrick, promesas del surf regional. Roberto Ruiz

Con todo este crecimiento que ha experimentado el surfing, la Federación Cántabra ha detectado un aumento de la tensión, el conflicto en los campeonatos e incluso los insultos a los jueces y se ha marcado una linea de trabajo para volver a recuperar los valores originales de este deporte, simplificados en disfrutar del mar y medioambiente, y el espíritu de aquellos pioneros cántabro que desarrollaron su pasión por un deporte que, además, era un estilo de vida.

«El surf se está futbolizando», lamenta Óscar, al frente de la Federación, «y esto hay que frenarlo». «Me refiero a este mal ambiente, tensión y faltas de respeto a los jueces, padres que creen que su hijo se merece ganar y hace lo que sea… Este deporte se sostiene sobre los valores de respeto, y es lo que queremos inculcar desde la Federación».

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