Saint-Gobain dice que retrasar el cierre solo perjudicará a los trabajadores y a la empresa"

Saint-Gobain no quiere que se confundan sus intenciones y se alberguen dudas sobre su voluntad firme de acometer el cierre de la fábrica de vidrio de Vioño y el despido de sus 56 trabajadores. Eso es lo que se desprende de la nota divulgada este viernes por la multinacional francesa casi a la misma hora en la que el presidente regional, Ignacio Diego, ha mostrado públicamente de nuevo su disposición a poner en marcha las máximas ayudas legales posibles para mantener la actividad industrial.

Saint-Gobain prácticamente adelanta que no aceptará esas ayudas públicas. No se vislumbran perspectivas de recuperación del mercado en los próximos años, por lo que difícilmente una inyección financiera solucionaría un problema estructural. La compañía considera un ejercicio de responsabilidad no aceptar y comprometer recursos públicos, si no hay unas mínimas perspectivas a medio plazo de recuperación del mercado y un proyecto concreto que permita la viabilidad de la actividad industrial de Saint-Gobain.

La nota, sin embargo, admite que se revisará y estudiará en detalle, con carácter urgente y conjuntamente con el Gobierno las medidas presentadas en la mesa de negociación el 20 de noviembre. La decisión de cierre es reforzada por Saint-Gobain en su nota también con una advertencia: La dilación de este proceso, o los desvíos en el objetivo de un cese ordenado y socialmente responsable, solo podrían perjudicar los intereses de todos, trabajadores, empresa y administración.

En su comunicado, Saint-Gobain relativiza la importancia y la novedad de las posibles ayudas del Gobierno que, sin embargo, agradece, lo mismo que la disposición del consejero de Industria. Pero lo que el comité de empresa de la fábrica calificó el miércoles como propuestas golosas no son ninguna novedad para la multinacional francesa: Las eventuales medidas del gobierno regional se sitúan dentro de los diferentes escenarios analizados con anterioridad al anuncio de propuesta de cese de actividad de la fábrica de Vioño, y ya fueron abordados en los contactos previos mantenidos con la administracion regional.

Saint-Gobain vuelve a insistir en que no es una decisión coyuntural forzada por problemas concretos de liquidez o financiación. Lamentablemente nos enfrentamos ante un problema estructural de falta de mercado.

El escenario que describe Saint-Gobain, al contrario del que relata el comité de empresa, no tiene ninguna luz positiva ni ahora ni en un inmediato futuro: El desplome del mercado solar en España y la grave crisis que vive el sector de la construcción, los dos únicos mercados destino del vidrio impreso, han conducido a una caída continuada de la demanda del 50% desde 2011, con la consiguiente disminución de pedidos, y a unas pérdidas de explotación acumuladas de más de 20 millones de euros los últimos 4 años. Las instalaciones fabriles, cuya capacidad productiva está actualmente ocupada al 33%, sirven únicamente para fabricar vidrio impreso dirigido a los dos mercados citados, no pudiendo reorientar la actividad productiva de la planta a otros mercados. Para 2014, se prevé una caída estimada de ventas del 16% y unas pérdidas operacionales de algo más de 5 millones de euros.

Saint-Gobain vuelve a recordar que su máxima prioridad es alcanzar un Plan Social que permita las mejores condiciones de salida y recolocaciones que sean posibles,; es decir cerrar y cesar la actividad en Vioño.

Diego ofrece ayuda

A la par que la empresa enviaba su comunicado, el presidente regional, Ignacio Diego ha señalado que "el Gobierno de Cantabria no va ser cicatero con Saint-Gobain". El jefe del Ejecutivo ha reiterado la voluntad de apoyo del Gobierno siempre que la multinacional francesa "garantice su viabilidad a medio plazo y el mantenimiento de los puestos de trabajo".

El consejero de Industria, Eduardo Arasti, se ha puesto en contacto teléfonico con la dirección de Saint-Gobain para remarcar el ofrecimiento público, "pero queremos mantener un contacto personal" con los responsables de la empresa para negociar una posible solución, ha apuntado Diego, quien ha puntualizado que el planteamiento "debe partir" de la compañía. "Ante su ausencia", el Ejecutivo ha señalado como posibles soluciones un apoyo a través de préstamos participativos, participación directa en el capital social "o incluso la adquisión de parte de los terrenos sobrantes de la planta de cristalería", con el objetivo de conservar los 56 puestos de trabajo amenazados con un ERE de extinción.

Lo que no se puede hacer desde el Ejecutivo es una cuantificación de las ayudas, como pretende la empresa, "ya que deberá ser esta la que tase los terrenos" que se pueden dedicar a la instalación de otras industrias, por su inmejorable emplazamiento.