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David Valera
Miércoles, 17 de febrero 2016, 11:30
El Gobierno estimó que la deuda pública empezará a retroceder en 2015 tras aumentar de forma imparable desde el comienzo de la crisis. Sin embargo, el año pasado el pasivo se incrementó en 36.139 millones y cerró el ejercicio en 1,069 billones, un ... máximo histórico que supone rozar el 100% del PIB, según los datos publicados este miércoles por el Banco de España. El objetivo del Ejecutivo era acabar el año con un 98,7%, una cifra que será superada casi con toda probabilidad, aunque el porcentaje final no se conocerá hasta que el INE difunda el dato definitivo de PIB de 2015.
Si se toma como referencia el dato adelantado por el INE de un incremento del 3,2% del PIB el año pasado, el ratio de deuda alcanzaría el 99% y superaría en tres décimas el objetivo del Gobierno, aunque mejoraría levemente el 99,3% registrado en 2014. El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, se ha mostrado "satisfecho" con este dato al ser la primera reducción porcentual desde el inicio de la crisis. En este sentido, se ha mostrado confiado en que la senda descendente continuará en los próximos años.
En cualquier caso, el incremento del pasivo en volumen respecto al año anterior fue del 3,5%. En el mes de diciembre la deuda se elevó en 2.025 millones, una cantidad inferior a los 10.928 que lo hizo en el mismo mes del ejercicio precedente. Asimismo, el año pasado la deuda pública aumentó en todos los meses salvo tres (abril, julio y octubre).
La previsión del Gobierno es que el pasivo retroceda en 2016 hasta el 98,3% debido a la consolidación de la recuperación. Sin embargo, tanto la Comisión Europea como el FMI consideran optimista este escenario y vaticinan que la deuda seguirá creciendo hasta el 2017. Un rasgo que ven como vulnerable para la economía española.
Modificar la senda
Para tratar de corregir esta elevada deuda la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha pedido en varias ocasiones al Ejecutivo que modifique la senda de reducción de la deuda contemplada en la ley de estabilidad para que sea "creíble". Y es que la normativa contempla que el pasivo se sitúe en el 60% del PIB en 2020. Es decir, reducir en sólo cuatro años el pasivo en 40 puntos, algo imposible.
Desde el estallido de la crisis en 2008 el pasivo no ha dejado de crecer y ha pasado de un 40% hasta casi alcanzar la barrera psicológica del 100% del PIB en 2015. En concreto se ha incrementado la friolera de 700.000 millones. De hecho, sólo en la última legislatura la deuda creció en 30 puntos de PIB, es decir, 300.000 millones. Estos incrementos han tenido su traslado en los Presupuestos Generales del Estado con un mayor peso del pago de intereses. Una cantidad que se ha aminorado en los últimos ejercicios gracias a la mejor financiación del Tesoro en los mercados.
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