La caída de los tipos de interés y el cambio de negocio provocan un nuevo recorte en la banca

Banco Santander comunicará hoy a los representantes de la plantilla los números concretos del ajuste que adelantó el pasado jueves y que podría suponer, en su máximo rango de aplicación, el cierre de 450 oficinas en España (el 13% de las de las 3.467 de las que dispone) y la salida, mediante diversos mecanismos pactados, de unos 1.500 trabajadores, de ellos 500 procedentes de las oficinas centrales del grupo, mayoritariamente ubicadas en Boadilla del Monte.

No será el último ajuste del sector financiero español y quizás no sea el mayor. Ayer se anunciaron dos más que supondrán, de aplicarse en su integridad, la pérdida de casi 1.300 empleos y, probablemente, en peores condiciones para los trabajadores. Banco Ceiss, formado por Caja España-Duero, anunció en una reunión de sus directivos con los sindicatos que quiere suprimir 1.120 empleos, una cifra que CC OO calificó de «desproporcionada», ya que «supone echar a la calle a uno de cada tres empleados de las cajas, especialmente en Castilla y León».

El recorte propuesto por el banco incluirá 541 puestos de trabajo por la desaparición de los servicios centrales con sede en León, Salamanca y Valladolid, además de las oficinas de Madrid. A ellos se les sumarán otros 579 trabajadores que pertenecen a la red de oficinas. La empresa no ha aclarado qué oficinas desaparecerán. En Cantabria hay una única sede en Santander.

En la segunda reestructuración anunciada ayer Novo Banco anunció que se deshará de 145 trabajadores, el 34% de su plantilla en España, integrada por 430 empleados. El banco, además, cerrará 9 oficinas de las 35 que tiene en el país, una de ellas en Santander. La empresa ofrece 24 días por año trabajado, con un tope de 14 mensualidades y plantea un plan de recolocaciones. Pero no contempla prejubilaciones ni otros beneficios para los empleados de mayor antigüedad. Novo Banco tiene en marcha en Portugal otro ERE con 1.000 afectados.

La oferta del Santander

La cita de hoy de los directivos del Santander con los sindicatos del banco servirá para iniciar la negociación de la reestructuración de la red del banco. Los sindicatos acuden «con total disposición a negociar» con la dirección de la entidad presidida por Ana Botín y confían en que el Santander presente un plan de reducción de empleo similar al acordado para absorber Banesto. En ese caso, la entidad ofreció prejubilaciones desde los 55 años, cobrando el 70% del salario. La integración supuso en España el cierre de 700 oficinas, de ellas 14 en Cantabria. Según datos de UGT, entre enero de 2013 y febrero de 2014, Santander prescindió de 3.441 empleados.

El responsable de banca comercial de Santander España, Rami Aboukhair, adelantó en una comunicación a los empleados que las características del ajuste serían «similares» a las puestas en práctica en los últimos años. La entidad presidida por Ana Botín espera potenciar la movilidad interna dentro del grupo para aminorar la reducción de puestos de trabajo y absorber parte de la plantilla procedente de las oficinas cerradas en la reestructuración comercial de la entidad, que incluirá cambios en 1.000 oficinas de la entidad en un plazo de varios años.

Fuentes sindicales estiman que en Cantabria el ajuste más duro se realizará en las mayores poblaciones que tengan varias oficinas, sobre todo Santander y Torrelavega, ya que el banco ha anunciado que no se cerrará ningún despacho que atienda en solitario a una población.

Nueva situación

Los recortes que se auguran, y otros que pueden venir en el futuro, ya no están forzados por las pérdidas, las fusiones entre antiguas cajas y los rescates provocados por el ladrillo y la mala gestión, responden a la realidad económica: tipos de interés cero, escuálidos márgenes en el negocio tradicional y el desafío de la nueva cmpetencia empresas tecnológicas, de comercio electrónico, compañías de telecomunicaciones, start-ups, que empuja a la baja los márgenes e invade algunas de sus áreas de actividad como los medios de pago o las concesión de crédito entre empresas y consumidores. Las entidades financieras temen que las denominadas fintech les arrebaten un 25% del negocio en los próximos cinco años, según un informe de PwC publicado ayer.

No paran de salir estudios sobre el impacto de la digitalización. Uno de los más completos y recientes es el de Citigroup Inc, que estima que la banca comercial prescindirá del 30% del empleo en la próxima década, lo que supone la pérdida de dos millones de puestos de trabajo en EE UU y Europa. Según explican sus analistas, tras alcanzar su pico en 2006 el empleo en el sector ha caído a un ritmo anual del 2% y el descenso se acelerará al 3% en los próximos años. «Cerca del 65% de los empleados realizan operaciones que podrían ser automatizadas en el largo plazo», advierten.

Retraso tecnológico

España va con cierto retraso en este proceso. «Sólo un 37% de la población usa la banca por Internet frente al 49% de la UE-15 o el 89% de Noruega», de acuerdo con datos de Eurostat recogidos en un estudio del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

En consecuencia, las entidades no pueden descuidar el servicio en la red dado que, según otra estadística, el 52% de los clientes no usan nada más que los canales tradicionales (oficina y cajeros). No obstante, los analistas de IEBcreen que la fuerte penetración del móvil en España va servir de palanca para el cambio.

Los ajustes en red y plantilla, por tanto, van a continuar. Desde el estallido de la crisis la banca ha reducido las plantillas en unos 70.000 empleados, el 26%, y ha cerrado 13.337 oficinas, el 30% del total. Funcas estima que las fusiones para afrontar la difícil coyuntura actual llevarán a suprimir otras 3.000 oficinas y 14.688 empleos hasta el año 2019. En la actualidad trabajan en el sector 203.305 personas, distribuidas en 31.921 sucursales. 2.000 de ellos lo hacen en Cantabria.