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María Ángeles Samperio Martín
Viernes, 15 de abril 2016, 20:07
Cantabria tardará dos años más que España en recuperarse. Esa es la conclusión del análisis (el tercero) de la situación de la economía regional realizado por la Fundación Alternativas (de sesgo progresista) en colaboración con la Universidad de Cantabria y que en esta ocasdión ... ha contado con la participación de Sodercán. Y a la luz de los ratios económicos, los expertos explican que de mantenerse las actuales previsiones la autonomía no recobrará el nivel del Producto Interior Bruto (PIB) que tenía antes de la crisis hasta el año 2018. Y será un alumno retrasado porque España llegará en el primer semestre de 2016 a esa recuperación.
La interinidad no es buena para la economía española», afirmó Emilio Ontiveros, presidente de Asesores Fiscales Internacionales (AFI) y uno de los firmantes del manifiesto para insistir en un pacto que evite los nuevos comicios. Ontiveros, que coincidió en la presentación del informe, con Nicolás Sartorius, vicepresidente ejecutivo de Fundación Alternativas, afirmó que las empresas españolas «no pueden garantizar ventajas competitivas sobre la base del ajuste salarial».
Sartorius, por su parte, criticó el actual contexto político y social de España y afirmó que no es bueno estar sin Gobierno y que una nueva convocatoria electoral va a llevar a perder un año entero. Añadió que «España lleva demasiado tiempo fuera de juego.
Ontiveros explicó que nuestro país necesita que «un ministro de Economía vaya a Bruselas e intente negociar la flexibilización de los objetivos de déficit». En su opinión, aunque la economía española está creciendo hay síntomas de que nos encontramos ante un entorno más débil, como ha destacado el FMI. Además, la política actual del BCE no se mantendrá en el tiempo y el precio del petróleo está repuntando.
El retraso cántabro se asienta en razones que para los autores del estudio Patricia Moreno, profesora de Econometría, y Ángel Agudo, profesor de Comercialización n e Investigación Mercados la UC y exconsejero de Economía del Gobierno cántabro (dirigidos por el catedrático Juan Rodríguez) radicarían en el retroceso de la industria, el mal comportamiento del mercado laboral, la caída de la renta, el «crecimiento vertiginoso de la población en riesgo de pobreza» y el descenso en inversión y gasto en I+D+i.
A decir de los autores del Observatorio Económico, Cantabria destaca por un «preocupante comportamiento» en la incipiente fase de recuperación de la economía. Recuerdan que en 2015 fue la comunidad autónoma que menos creció en España (un 2,6%, la peor, frente a la media nacional del 3,2%); un dato que supone «que el PIB per cápita de la región sea casi un 10,5% inferior a la media española». Desde el inicio de la crisis en 2008 la reducción del PIB cántabro ha llegado al 5,4% mientras que en el conjunto del país solo fue del 0,8%. De ahí que el augurio sea demoledor: el PIB no se recuperará hasta el 2018, dos años más tarde que en España.
Mercado laboral
A esas negras perspectivas se le une el «preocupante comportamiento del mercado laboral». Los parámetros hablan de 47.790 personas en paro a finales de 2015, lo que supone que la cifra ha aumentado en un 93,62% desde el inicio de la crisis. Además, «todos los sectores productivos, salvo el de servicios, han destruido empleo con lo que la tasa de paro ha pasado del 8,8% al 17,7%, y la tasa de actividad «cae brutalmente» y en especial en los tramos de menor edad. De ahí que la tasa de empleo se encuentre en el 45%, «muy alejada del 53% de antes de la crisis». Y tampoco el número de horas trabajadas ha aumentado, consecuencia directa del desempleo y de los contratos a tiempo parcial. En este caso en los años examinados se desvela una reducción de los horas trabajadas del 17,4% frente al 16,4% del conjunto nacional.
El peso del sector industrial
Como uno de los elementos diferenciadores negativos de Cantabria, Moreno y Agudo destacan no ya el desplome evidente de la construcción (con una contracción del 50%) sino el decaimiento del sector industrial. Con un peso en la economía regional del 21%, la industria ha reducido el valor de su producción cerca de un 8,7%, por encima también de la media de España (6,6%). En consecuencia, el Índice deProducción Industrial también ha te nido un comportamiento claramente negativo con un decrecimiento interanual del 5,7% el pasado año frente al crecimiento español del 2,9%; es decir, Cantabria ha ido perdiendo paulatinamente las posiciones cabeceras que tenía en el contexto español hasta o bien situarse en el furgón de cola o acercarse a las regiones menos favorecidas.
Los profesores de la UC sostienen que los sectores industriales maduros no han sido compensados por otros nuevos, fundamentalmente por la caída en innovación, investigación y desarrollo. En este caso afirman que el retroceso cántabro es una losa y más que evidente. Y proclaman: «En 2014 el gasto en I+D+i representaba el 0,83% del PIB regional frente al 1,23% de la media de España, con lo que la autonomía ha retrocedido más de diez años, algo que va a costar recuperar». Ese registro implica que en comparación con los datos de 2010, en materia de innovación el desplome ha superado el 32,5%; en el caso del gasto de las empresas en la misma materia se ha alcanzado un descenso del 40%. La suma de ambos datos ha derivado también en una reducción del personal dedicado a I+D+i.
En el análisis de la demanda, la situación de Cantabria tampoco es positiva. La autonomía destaca por tener registros muy inferiores a los de España en el volumen de créditos concedidos por el sistema financiero y en inversión pública. En el primer concepto, el estudio refleja que en el tercer trimestre los préstamos retrocedieron un 5% sobre el mismo periodo del año anterior; en el segundo, la inversión pública ha menguado en un 50% «en una cantidad equivalente al 1,6% del PIB».
El «crecimiento vertiginoso de la población en riesgo de pobreza (27,4% de los cántabros frnte al 29,2% de España pero con un comportamiento peor en la región), los niveles salariales inferiores a la media nacional (con un coste laboral por hora también por debajo de la media de España), la mayor pérdida de población ( 8.600 habitantes desde 2012) y la tendencia negativa de la tasa de cobertura del desempleo (ha pasado del 67% en 2010 al 48,8% en 2015), son también incluidos por los profesores de la Universidad cántabra como factores específicos y diferenciadores negativos que hacen que Cantabria esté sufriendo con mayor virulencia los efectos de la crisis y que sea mucho más lenta en el camino de la recuperación.
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