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Miguel Ángel Pérez Jorrín
Jueves, 23 de junio 2016, 19:09
El fracaso como motor. En España equivocarse tiene mala prensa... y reconocerlo, peor. Por eso, tomar el fracaso como impulso para crear y como aprendizaje necesario para prosperar en el mundo del emprendimiento resulta todavía una rara avis. Pero Miguel Ángel Cervera, antiguo ingeniero de la NASA y la Agencia Espacial Europea formado en la Universidad de Cantabria, y actual ejecutivo de Vodafone y director de la Startup Astronauts, pone su traspiés empresarial como eje de su discurso sobre el emprendimiento y como enseñanza: porqué fracasó en año y medio en su intento de crear Mooka, una operadora virtual de telecomunicaciones para pymes en 2013 y las conclusiones que obtuvo después.
Y todo ello con una máxima que, con mayor o menor intensidad, fue aprobada y secundada por sus compañeros de debate, David Martínez Prieto, de Destilerías Siderit, y José Díez Secadas, de la tecnológica Berten: «El emprendimiento debe ser el pilar del desarrollo y crecimiento de Cantabria y para asegurar la transformación de su tejido empresarial hacia un futuro digital».
Esto y los desafíos que conlleva este escenario fue el eje de su intervención en la tercera y última sesión del foro organizado por El Diario Montañés y patrocinado por Sodercán en las que representantes del mundo empresarial regional y expertos en internacionalización, investigación y transferencia de conocimiento y emprendimiento han desgranado ideas, sugerencias y también críticas sobre el actual momento de la economía regional. Los debates han sido moderados por la periodista de El Diario Montañés Pilar González Ruiz.
«Teníamos una ambición desmesurada; queríamos hacer sumo con un peso mosca y fue imposible». El diagnóstico del fracaso de Mooka que trazó Cervera resulta implacable, trufado con todos los clásicos de la burbuja tecnológica: primera ronda de financiación exitosa (300.000 euros), contratación de ejecutivos de primera fila, plan de negocio a lo grande con el entonces novedoso pago por uso de recursos en la nube como objetivo comercial... y el bofetón de la realidad y el cierre.
¿Qué enseñanzas se pueden aplicar de esto? En primer lugar, estar más atentos a la realidad del momento; el cambio exponencial tecnológico que se experimenta, con la cultura de la inmediatez, con la deslocalización de las oficinas y la emergencia del internet de la cosas en los procesos productivos. «Y si no te adaptas a esta transformación digital, que es como una ciclogénesis explosiva, tendrás un problema en el futuro y dificultades para sobrevivir en esta tormenta perfecta», augura Cervera, que destaca la importancia del capital humano en las empresas y de su actitud emprendedora.
«Vivimos en una sociedad líquida resume y necesitamos comportarnos como el agua. No puede haber estructuras jerárquicas para afrontar los problemas actuales, hay que facilitar la creación de redes de colaboración para crear. Y no olvidar que en la globalización, la sede puede estar en Cantabria pero los empleados en cualquier lugar del mundo».
Cervera utilizó una frase del filósofo José Antonio Marina a modo de resumen de sus apreciaciones: «Los animales sobreviven, los hombres deben supervivir» y sostuvo que una sociedad que superviva lo debe hacer a través del emprendimiento. Y en Cantabria ese «círculo virtuoso» del emprendimiento debe pivotar sobre tres factores: la cultura (en el sentido de emprendimiento y de hacer posible que se puedan abordar los proyectos); el talento (para ponerlos en práctica gracias a una formación previa recibida) y la inversión, entendida como la ayuda necesaria para aplicar los dos anteriores.
«Y en Cantabria todo esto lo tenemos, afirmó Cervera. «Y está entre los que estamos aquí. Está la Universidad de Cantabria que no solo debe crear talento sino atraerlo. Y está Sodercán, para ser el agente que canalice la inversión necesaria y se convierta en un motor, consolidando esa visión».
Riesgo y ayuda pública
Al hilo de esta intervención, José Díez Secadas, el CEO de Berten, definió su compañía tecnológica (especializada en electrónica miniaturizada capaz de operar en circunstancias extremas) como el producto de una evolución de sus creadores y de las enseñanzas y experiencias de sus anteriores trabajos . «En las empresas muy especializadas tecnológicamente como la nuestra esto es necesario», sostuvo Díez, que consideró que el riesgo es inherente a las tecnológicas y que hay compañías que a veces «se lanzan a la piscina sin un proyecto viable o son forzadas a asumir riesgos agresivos».
Al hilo de esta consideración, Díez recordó que el gran desafío de las tecnológicas en este momento es «no perder el control de la empresa a la hora de crecer» y destacó que el papel de Sodercán para ayudar a las empresas en este aspecto, con inversiones públicas, puede ser clave. «A veces las tecnológicas necesitan crecer muy rápido y esto se hace difícil, incluso con el capital-riesgo, que tiene limitaciones que, a veces, impiden emplearlo para contratar personal por ejemplo».
David Martínez, de Siderit, pidió como premisa que los proyectos de los emprendedores «sean viables desde el principio sin ayudas» y reconoció que «no ve» al capital público entrando en las empresas. «Yo hablo por las alimentarias, aunque reconozco que las tecnológicas son otra cosa», indicó, tras recordar que su máxima ha sido empezar lentamente: «tardamos un año en verder nuestra primera botella en el extranjeros; ahora facturamos 100.000 al año fuera».
Cervera matiza la opinión sobre las ayudas: «no se pueden montar empresas pensando en las ayudas públicas, pero son válidas para sostener redes de comunicación empresariales, por ejemplo».
¿Hay una burbuja del emprendimiento? La cuestión planeó en segundo plano sobre la sesión y Martínez Prieto fue el más claro al respecto: «No es bueno que crezca el número de autónomos, porque a veces encubre otras cosas. A día de hoy se está echando a los leones a muchos a emprender, a ser autónomos cuando a veces no valen. A lo mejor estamos creando otra burbuja con esto». Pese a ello los tres ponentes coincidieron en la necesidad de que se ayude a los emprendedores con medidas fiscales, normativas y de simplificación administrativa.
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Ana del Castillo
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