La incertidumbre planea sobre 168 millones en exportaciones de Cantabria a Gran Bretaña

Incertidumbre: esa es la palabra que más se repite cuando se interroga a expertos y empresarios sobre las posibles consecuencias para Cantabria de una hipotética salida del Reino Unido de la Unión Europea (British Exit, Brexit) tras el referéndum del próximo jueves día 23. Y esa incertidumbre planea sobre lo único concreto de este debate: las cifras de negocio de Cantabria con el Reino Unido. En 2015, según los informes oficiales del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), las empresas regionales exportaron mercancías por un valor global de 168,4 millones de euros, un 3,8% menos que en 2014. En los últimos años ha disminuido el comercio con las islas: en 2012 la cifra se elevaba a 191 millones. La balanza comercial es invariablemente negativa para Cantabria: en 2015 las importaciones sumaron los 244 millones de euros.

Los actores de este mercado son casi 120 empresas cántabras, de las que 44 exportan con regularidad. Algunas, como Ascensores IMEN, tienen su principal cliente en Gran Bretaña. También es destacable la potente presencia del sector auxiliar del automóvil cántabro, tanto en su aspecto de suministrador a las plantas españolas (el 30% de los coches que se fabrican en España se acaba vendiendo en el Reino Unido) como en la exportación directa.

Y el futuro está en el aire, sobre todo después de que las últimas encuestas dieran como ganadora a la opción del irse ,Leave en la campaña, frente al permanecer, Remain.

«Nadie sabe lo que puede pasar realmente», resume José Villaverde, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Cantabria, que recuerda que tampoco hay unanimidad sobre los posibles efectos de un Brexit y que los estudios de diferentes instituciones oscilan entre los beneficios o los perjuicios para las dos partes en litigio. «Pero eso mismo ya es una consecuencia», avisa. «Aumentará la incertidumbre de una manera brutal en todos los ámbitos con consecuencias para todos los países de la UE y, por tanto, para España y Cantabria. Y ya se sabe que la incertidumbre perjudica gravemente a los negocios y lo hará a corto y medio plazo a ambas economías». Y ya hay indicadores: la prima de riesgo española está en los 160 puntos tras incrementarse 30 en lo que va de mes.

¿Y cómo puede perjudicar un hipotético Brexit a Cantabria y, por tanto, a España?

La primera señal de alarma será, en caso de producirse la salida, la depreciación de la libra (si lo hace el euro también el efecto será menor), algo que Villaverde y todos los analistas y el propio Gobierno británico dan por seguro. «Eso implicará un perjuicio para España: para nosotros será más difícil vender a Gran Bretaña y nuestras exportaciones se verían afectadas».

Y el segundo efecto lo veremos en el turismo, que llega a Cantabria principalmente a través del ferry, unos 270.000 pasajeros cada año (un tráfico que, además, se busca potenciar con una escala diaria), y con los vuelos de Ryanair a Londres y Edimburgo. «La depreciación de la libra hará que a los británicos les sea más costoso venir a España y eso quizás les fuerce buscar otras alternativas», augura Villaverde. El Ministerio de Economía británico ha puesto cifras a esta aún hipótesis: el Brexit haría caer un 12% el valor de la libra esterlina, lo que podría encarecer en unas 225 libras (290 euros) unas vacaciones en familia de nueve días en España.

Por no hablar de los efectos que tendrá una depreciación de la moneda sobre los entre 700.000 y 1.000.000 de jubilados que viven todo o parte del año en España cobrando sus pensiones en libras y sobre los que tengan esa aspiración futura, ya que los británicos son los primeros actores extranjeros en el mercado inmobiliario español, sobre todo en el Sur y en el Levante. «Veremos deteriorarse resume Villaverde tanto la balanza comercial como la de servicios (los que se prestan a los británicos en España).

Y también hay que esperar efectos sobre la balanza financiera. «una de las inversiones más importantes de España son las de carácter financiero, encabezadas por el Santander. Obviamente se seguirían manteniendo, pero indudablemente afectadas».

Ana Carrera, profesora de la Universidad de Cantabria, pone cifras a esa dimensión financiera para el conjunto de España: «el 22 por ciento de los activos de la banca nacional y el 28 por ciento de sus ingresos proceden del Reino Unido» y destaca también la entidad de las empresas de telecomunicaciones (O2 de Telefónica) o de energía (Iberdrola).

La gran cuestión será el día después de una hipotética victoria del Brexit. «El ministro de Economía alemán ya ha advertido que si se van lo harán con todas las consecuencias», recuerda Villaverde. «Que no piensen que podrán negociar después buenas condiciones, eso sería destructivo para la UE porque abriría la puerta a otros posibles intentos».

El profesor de la UC David Cantarero apunta, por su parte, que «la no pertenencia a la UE supone la aparición de aranceles y otras restricciones que encarecerán tanto las exportaciones como las importaciones». En ese sentido, España «resultaría especialmente perjudicada» ya que «incide de pleno en nuestras relaciones comerciales y financieras, que se resentirán por los nuevos impedimentos a la libre circulación».

«Una oportunidad»

En esta salida que el economista Fernando García Andrés coincide en que no será deseable para Europa ni para España, el también decano del Colegio de Economistas cree ver a la vez «una oportunidad para que Europa avance en una unión monetaria y fiscal sólida». Coincide con Villaverde en advertir que no habrá una transición pacífica ni beneficiosa para los británicos: «La UE no querría dar facilidades a un miembro del club para salirse y, a la vez, mantener condiciones privilegiadas de comercio», lo que incide en un peor panorama para los negocios con Gran Bretaña.

Las consecuencias económicas para el Reino Unido serían negativas, según García Andrés: «Se convertirán en una economía más cerrada que recibiría una menor inversión exterior. Casi el 45% de las exportaciones británicas van al resto de la UE, mientras que solamente el 8% de las exportaciones de la UE van al Reino Unido».

También la City como centro financiero se vería afectada debido aque sus bancos perderían el pasaporte para exportar servicios a otros países. «Y las bolsas europeas ya han empezado a descontar estos problemas por el lado negativo perdiendo 400.000 millones de euros en valor de sus activos en las últimas semanas», recuerda el decano de los economistas.

Turismo y exportaciones son los sectores que Andrés ve como mayores perjudicados a priori en Cantabria y en España, sostiene Andrés, «pero comparto la opinión con algunos analistas que el mayor impacto sería político, ya que una Europa sin el Reino Unido implicaría una Europa más débil que se adaptaría peor a la globalización. Una UE afectada por la crisis y sin claridad de horizontes podría llevar a una ruptura del euro si Alemania y Francia no ejercen un liderazgo eficaz», estima el decano de los economistas

Botín: «Nos quedaremos»

El Santander es un protagonista clave financiero y su presidenta, Ana Botín, ya se ha mostrado clara sobre la actitud a tomar, a la vez de que aboga por la permanencia como mejor opción para las dos partes: «Nosotros estaremos en Reino Unido sea cual sea el voto», declaró recientemente durante una intervención en el encuentro de primavera del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). Gran Bretaña es el mercado más importante para el Santander, representa en torno a un tercio de su balance y, por tanto, «hay mucho en juego», reconoció Botín. Sin embargo, «el banco hace todo muy meditadamente y ya han hecho, como es lógico, todos sus análisis y ha presentado al Banco Central Europeo (BCE) un plan de contingencia ante el Brexit.

Si los británicos deciden abandonar la UE, habrá consecuencias, dijo, y añadió que aunque los ciudadanos de ese país son «libres de decidir lo que quieran, tengo confianza en que se tendrán en cuenta las cosas importantes».