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josé m. camarero
Viernes, 23 de diciembre 2016, 07:44
La alegría de los dos millones de ciudadanos afectados por la aplicación de las cláusulas suelo en sus hipotecas se está evaporando a medida que pasan las horas. La postura que han tomado las entidades para hacer frente a la resolución del Tribunal de Justicia ... de la Unión Europea (TJUE) no es la que muchos de estos clientes esperaban. No sólo porque todos los bancos han mostrado su negativa a devolver ese dinero de forma instantánea y generalizada, sino porque derivan cualquier decisión final a lo que determinen los jueces.
Un caso práctico
180.000.
Una hipoteca tipo de esa cantidad, a un período de 30 años, a un tipo variable del euríbor más 0,75%, firmada el 1 de enero de 2007 y con revisión semestral. Tiene un suelo del 3%.
Indemnización por cláusula suelo.
El banco debe devolver al cliente un total de 9.386 euros.
Otros gastos.
Algunos despachos animan a pedir también gastos de constitución de la hipoteca como el registro (218 euros) y notario (815).
Y las costas.
El procurador sale por 286 euros y el abogado por 2.106, más IVA. Lo deberá pagar el banco si pierde y se le cargan las costas del proceso.
Varios grupos financieros ya han dado a conocer cuál será la línea a seguir tras el fallo de Luxemburgo. «Les corresponde ahora a los jueces y tribunales españoles concretar la aplicación de los criterios establecidos» por la UE a los procesos judiciales «sometidos a su conocimiento», han aclarado desde BBVA. También desde Popular han afirmado que «es fundamental conocer la adaptación de la resolución por los jueces españoles, incluido el periodo para que los bancos afectados efectúen el pago de las cantidades previstas». Incluso Sabadell sostiene que sus suelos son legales.
La Asociación Española de Banca (AEB) ha señalado que es necesario aclarar «cómo se trasladará a la jurisprudencia española porque no existen precedentes de casos parecidos». Y fuentes del resto de entidades afectadas se muestran en la misma línea, aunque en algunos casos se encuentran estudiando cuál es la postura a tomar.
A pesar de que los bancos se muestran «abiertos a una interlocución directa con sus clientes a fin de agilizar la aplicación» del fallo, según la patronal, será por la vía de las reclamaciones judiciales por donde se canalizarán las devoluciones completas de todo el dinero cobrado de más. Porque solamente con el pronunciamiento de un juzgado, o del Tribunal Supremo si el caso llega hasta esta última instancia, un banco estará obligado a reintegrar el coste de limitar los intereses de las hipotecas de sus clientes. Ningún hecho les obliga a actuar de forma contraria, salvo que lo hagan particularmente caso por caso.
De hecho, el Supremo tiene previsto reunirse en enero para «ajustar su jurisprudencia». Lo hará la Sala de lo Civil para resolver una cuestión aparcada en abril relativa a un recurso de Unicaja contra una sentencia de la Audiencia de Jaén en la que ya se determinaba la retroactividad total de las devoluciones por una cláusula suelo. Entonces, el Supremo esperó a que fuera el TJUE el que fijara su posición para después actuar.
Se trata de la misma estrategia que la banca ha desarrollado para eliminar las cláusulas suelo de sus préstamos hipotecarios. Al no estar obligadas judicialmente a anular esta condición de los contratos, cada entidad lo ha ido estableciendo en el momento que consideraba oportuno y no de forma masiva.
Ninguna entidad ha devuelto a todos sus clientes afectados el dinero cobrado de más hasta mayo de 2013, tal y como establecía el alto tribunal. «Sólo lo han hecho de forma esporádica con sentencias firmes», señalan fuentes próximas a la banca. «No cabe esperar que ahora, con unas cantidades de dinero más elevadas, acepten la retroactividad total», añaden.
Litigios costosos o arbitraje
El problema para los hipotecados es que no todos se atreverán a enfrentarse a un proceso de esta envergadura, aunque tengan el respaldo del criterio aceptado por el Tribunal de Luxemburgo. La probabilidad de éxito es elevada, pero el coste económico y el esfuerzo pueden retraer a muchos usuarios a actuar.
Para evitar la saturación que se puede registrar en los juzgados, el portavoz del PSOE de Economía, Pedro Saura, anunció ayer que propondrá al Gobierno que habilite un procedimiento extrajudicial. Lo hizo después de reunirse con varias asociaciones de consumidores para tratar las consecuencias de este caso.
Sin embargo, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ya ha avisado de que se trata de un acuerdo entre bancos y consumidores y que «deberá ser entre ellos entre quienes solucionen el problema que no corresponde al Gobierno», sino a las entidades y sus clientes.
Aprovechar el filón
Los despachos de abogados especializados en demandar a la banca ya han puesto en marcha la maquinaria para sacar el máximo provecho posible de las cláusulas suelo tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Es todo un filón ahora que conflictos como el de la deuda perpetua están de capa caída. Su objetivo es movilizar al máximo de afectados posible porque sus ingresos proceden de las costas que los tribunales imponen a las entidades financieras en caso de victoria. Y no dudan de que van a ganar. No obstante, los bancos ya acumulan mucha experiencia en estas lides y, aunque por el momento no plantean soluciones genéricas, sí tratarán de llegar a acuerdos extrajudiciales, pero negociados caso a caso. Es un pulso beneficioso para el usuario.
Tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo en la que se establecía la devolución de las cantidades cobradas de más por las cláusulas suelo, la banca comenzó a definir una nueva estrategia comercial la colocación de hipotecas a tipo fijo. Es decir, préstamos sobre vivienda que no cuentan con un suelo, pero sí aseguran a la entidad el cobro de unos intereses mínimos para compensar la caída de tipos registrada en los últimos años. El 28% de las hipotecas firmadas en octubre ya eran a tipo fijo, frente al 7% que se registraba en mayo de 2013, según el INE. Esto es, cuatro veces más en tres años.
Las cláusulas suelo llevaban tiempo en los juzgados, pero había muchísimas demandas retenidas a la espera de que el Tribunal de la UE aclarara hasta dónde llega la retroactividad. Su resolución se conoció el miércoles y fue favorable a los consumidores: los bancos deben devolver todo el dinero desde que se firmó la hipoteca y no sólo desde mayo de 2013, como sostenía el Supremo. Aunque el fallo no es de aplicación directa, abre la compuerta para que todas esas reclamaciones fluyan.
Aunque la probabilidad de ganar en los juzgados es muy elevada, a los consumidores les cuesta acudir a los tribunales. Además se suman inconvenientes como que tendrán que revisar lo que dedujeron de más en el IRPF. Ante estas reticencias, los despachos están poniendo todo tipo de facilidades para animar a pleitear.
La casuística es inmensa. Muchos hipotecados han llegado a acuerdos con sus bancos en los que se comprometían a no demandar a la entidad. Pero incluso en estos casos hay posibilidades porque hay sentencias de la Audiencia Provincial de Zaragoza que consideran nulas estas renuncias a pleitear. La lucha promete ser intensa. La banca tendrá que evaluar hasta dónde quiere llegar ante el coste económico (las costas y sus propios abogado, que no son nada baratos) y de imagen. Bankia, ante ese mismo dilema, optó por un acuerdo extrajudicial en las reclamaciones por su salida a Bolsa.
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