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Miguel Ángel Pérez Jorrín
Jueves, 23 de febrero 2017, 19:39
El desacuerdo entre la dirección de Bridgestone y el comité intercentros que representa a los trabajadores de tres de sus plantas españolas, en Puente San Miguel, Burgos y Basauri (Vizcaya), se ha llevado por delante una inversión de 30 millones de euros y las producciones ... que la multinacional había vinculado a la firma de un convenio colectivo para el que exigía un recorte de costes y medidas de flexibilidad laboral. La inversión se reconducirá probablemente a plantas de Bridgestone en Polonia, "más competitivas". Otras fábricas europeas también optaban a lo inicialmente destinado a España.
El convenio de Bridgestone caducó en diciembre de 2015 y desde entonces ambas partes negociaban un texto con validez hasta 2018. Tras unos meses de desencuentros, la multinacional vinculó la puesta en marcha de su paquete de inversiones a un acuerdo que posibilitara "una mejora de la competitividad de costes a largo plazo". Esas inversiones tenían el objetivo de modernizar instalaciones y prepararlas para la fabricación de nuevos productos. El planteamiento fue rechazado desde el principio por los sindicatos del comité de empresa (integrado por UGT, CC OO, USO, ELA y BUB, con mayoría de CC OO).
¿Qué pedía Bridgestone? En primer lugar, cambios en la jornada. La compañía planteó habilitar cinco días más de flexibilidad al año que se trabajarían de acuerdo a las necesidades de producción. Y, después, los costes salariales. Bridgestone Hispania quería incluir una nueva categoría salarial (que sería la sexta), que se aplicaría a los trabajadores que se incorporarán a la fábrica, con una retribución un 20% inferior a la menor en este momento. En este nuevo nivel los afectados permanecerían los primeros tres años para pasar después a la siguiente escala. En un contexto más general, también se pedía "un clima social estable" durante varios años.
Un año de negociaciones no ha servido para acercar un acuerdo. El comité exigía negociar la flexibilidad jornada a jornada y se negaba a facilitar en bloque la posibilidad de aplicarla a la empresa y también rechazaba incluir la nueva categoría, que consideraba una doble escala salarial. Así mismo, estimaban insuficiente la subida del 0,75% ofrecida, al perder poder adquisitivo dadas las cifras del actual IPC.
A finales de enero, la última respuesta sindical a los planteamientos de la empresa fue un "total rechazo por su falta de credibilidad . Ni siquiera han mirado nuestras propuestas", se quejaron en una nota pública. La posición conjunta del comité era que no se podía admitir "un deterioro de las actuales condiciones laborales en Bridgestone".
Un mes después, Bridgestone ha tirado formalmente la toalla y renuncia a la inversión en España.
¿Cuál era el plan de futuro del gigante japonés de los neumáticos? A cambio de este convenio, la multinacional ofrecía "garantizar la carga de trabajo para los próximos diez años, un plan combinado con la introducción de nuevas gamas y las posibilidades de aumentar la producción de manera sostenida en el largo plazo". Las inversiones estaban destinadas a posicionar a Basauri que hace neumáticos para camiones y autobuses y a Burgos que fabrica para coches "entre los principales fabricantes de productos de gama alta de las nuevas generaciones de neumáticos. Para la planta de Puente San Miguel, especializada en neumáticos agrícolas, "se trabajó en la posibilidad de una nueva línea de producción en cubiertas de camión llanta 24". Bridgestone no ha facilitado las cantidades concretas que invertiría en cada fábrica.
"Se intentaba asegurar que las plantas españolas tuvieran acceso a la producción de productos de mayor valor añadido", resumía ayer la empresa, que lamentó que "ni la negociación de nuevos calendarios laborales, ni el mantenimiento del poder adquisitivo del personal, ni la garantía de contar con las máquinas de última generación, ni las oportunidades de fabricar el producto del futuro han sido argumentos suficientes para llegar a un acuerdo".
La compañía tiene en España unos 3.000 trabajadores (359 en Puente San Miguel) y una facturación anual de 761 millones de euros. En Europa, están ubicadas 10 fábricas, con 12.500 trabajadores.
¿Y el futuro? En la nota de ayer Bridgestone se limitaba a decir que "la dirección sigue trabajando para conseguir las mejores condiciones para la empresa y sus empleados".
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