El absentismo se descontrola en Cantabria con un alza de las bajas por enfermedad del 57,8% desde 2019

Con todos los datos de 2023 encima de la mesa, los resultados son preocupantes. Las ausencias laborales, una vez estabilizado el efecto del covid, que de hecho ya está prácticamente desaparecido, no es que vayan a menos, sino que continúan en ascenso. Dichas vacantes las han absorbido de forma general las bajas por contingencia común, la popularmente conocida baja por enfermedad o accidente ajenos a la actividad profesional.

En este caso, el incremento progresivo de la contingencia común es «estructural» y «preocupante», según Mutua Montañesa. La comparativa, de hecho, sorprende: la incidencia de este tipo de ausencias subió un 57,82% en relación a los datos previos a la pandemia coronavírica, esto es, el cierre de 2019. También se alargan los tiempos de baja, con una prevalencia que aumentó un 49,78%.

La situación, además, no parece que vaya a mejorar, según los indicios que aglutina el Observatorio de Absentismo Laboral. Como prueba, el incremento de la incidencia en la contingencia común entre 2022 y 2023 se disparó un 11,76% en tan sólo un ejercicio. Mas aún, las cifras de enero de 2024 ya han puesto sobre aviso a los responsables y directivos de las empresas regionales con un crecimiento interanual de la contingencia común del 47,3%.

«Como sociedad en conjunto necesitamos hacer una reflexión tanto sindicatos, empresarios, administraciones y sociedad civil sobre cómo afrontamos un reto como este que afecta a la salud de los trabajadores, a la productividad y competitividad de las empresas, a la creación de empleo y a la propia sociedad con el déficit de la Seguridad Social», señala el director gerente de Mutua Montañesa, Alberto Martínez Lebeña.

Porque después de los porcentajes llegan las cifras. El diagnóstico parte de dos premisas: en un 2023 trágico en cuanto a siniestralidad laboral, el segundo semestre empezó a corregir las cifras de incidencia respecto a los accidentes de trabajo, aunque aún se mantenía un alto volumen de expedientes abiertos. En paralelo, el efecto del covid en los datos prácticamente ha desaparecido.

A partir de ahí, los números actuales. Las jornadas perdidas en Cantabria el año pasado por el absentismo superaron los 3,7 millones, un 3,34% más que en 2022. Todo ello pese a que el efecto ya del coronavirus es «insignificante» en los resultados totales. De media, 10.162 trabajadores no fueron cada día a sus trabajos debido a incapacidades temporales.

Para las empresas de la Comunidad, el coste estimado de dicho absentismo llegó a 586,79 millones, frente a los 534,43 de 2022. Las jornadas perdidas por trabajador siguen creciendo. En 2021 salía una media de 15,6; en 2022 fueron 16,04; y el pasado ejercicio el cálculo llegó ya a 16,33.

En cuanto a los sectores con un mayor número de jornadas perdidas por empleado, destaca en primer lugar la Recogida, tratamiento y eliminación de residuos (28,21 jornadas); fabricación de otros productos minerales no metálicos (25,64); metalurgia (25,18); industria de la alimentación (24,93); construcción de edificios (22,85); fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria y equipo (21,47); y actividades de construcción especializada (20,47).

Desde la Mutua, que atiende a más de 200.000 trabajadores, más de 34.000 autónomos y más de 35.000 empresas, recuerdan que la entidad «es un instrumento de la sociedad y que como tal estamos para ayudar en todo lo que se necesite, como siempre hemos hecho».

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