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Los accionistas del Grupo Celsa llevarán a los tribunales al anterior propietario de la corporación siderúrgica, Francesc Rubiralta, ante unos créditos que se consideran incobrables por 539 millones. En concreto, la Junta celebrada esta semana acordó iniciar una acción social de responsabilidad contra el expresidente ... de la organización por dichas operaciones financieras con sociedades patrimoniales vinculadas con la familia fundadora.
Celsa, que en Cantabria posee referentes industriales como Global Steel Wire, Tycsa o la antigua Trefilerías Quijano, ésta en Los Corrales de Buelna, informó respecto a Rubiralta de «eventuales responsabilidades ocurridas en los años que ejerció como administrador».
Dichas sociedades patrimoniales entraron en concurso después de que el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Barcelona dictara en septiembre una revolucionaria sentencia en virtud de la cual permitía a los fondos acreedores hacerse con el total de la propiedad a cambio de trocar una parte de la deuda. De hecho, la banca nacional vendió con importantes descuentos ese pasivo a los bonistas, al entender que dichas cantidades tendrían difícil cobro. Finalmente, los acreedores, entre los que figuran firmas como DWS, Attestor y Golden Tree, accedieron al control del Grupo, que arrancó en otoño una nueva etapa con Rafael Villaseca como presidente y Jordi Cazorla como consejero delegado.
El de septiembre no es el único revés judicial que ha afrontado la familia Rubiralta en los últimos tiempos. Estrechamente relacionado, tal y como informó El Diario en abril, el Tribunal Constitucional rechazó el recurso interpuesto por la familia Rubiralta contra la sentencia que validaba el plan de reestructuración de la organización, que igualmente ha sido el primer gran fallo tras los cambios introducidos en la Ley Concursal. Dichas modificaciones otorgan un mayor poder a los acreedores de empresas insolventes, hasta el punto de expulsar a la propiedad que provocó tal situación del capital de la compañía.
En relación al Constitucional, la Sala Primera inadmitió a trámite dicha pretensión de los empresarios, puesto que entendía que los Rubiralta no habían agotado debidamente los medios dentro de la vía judicial.
Las desavenencias entre los antiguos y los nuevos dueños han tenido continuidad. Como ejemplo, los fondos informaron públicamente de que habían encontrado un desfase en el balance de 1.200 millones en el ejercicio 2023 tras las diversas actuaciones contables acometidas y encaminadas a eliminar las salvedades que aparecían de forma recurrente en las auditorías de las cuentas.
En relación a la Junta de Accionistas, la sesión igualmente dio luz verde a un cambio del nombre de la sociedad holding del grupo, que pasa a llamarse Celsa Steel, al mismo tiempo que se presentó el nuevo logotipo de la compañía, que quiere «poner en valor la transformación, la sostenibilidad y el futuro de la nueva Celsa».
El Grupo es uno de los baluartes industriales de Cantabria y con todas sus empresas supera los 1.000 trabajadores en plantilla. Además, es un puntal del Puerto de Santander.
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