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Gustavo García. Director General de Trabajo del Gobierno de Cantabria
«Es un acierto alinear economía social y estrategias de desarrollo territorial sostenible»
Las entrevistas de Territorio Rural Inteligente

«Es un acierto alinear economía social y estrategias de desarrollo territorial sostenible»

«Nos estamos dando cuenta de que, aunque viviéramos de espaldas al territorio rural, somos más dependientes de él de lo que pensábamos»

Lunes, 25 de enero 2021, 09:33

Gustavo García es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca y tiene un máster en Historia Contemporánea por la Universidad de Cantabria. Ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en la organización sindical UGT de Cantabria, donde ha realizado tareas en el área de juventud, migraciones, en los servicios jurídicos y en formación y empleo. Es secretario de Empleo del PSOE de Cantabria desde el año 2017 y fue senador de Cantabria por el PSOE en la XIII Legislatura. Con un fuerte compromiso social, forma parte de diversas ONGs como Cruz Roja Cantabria, Alianza Por la Solidaridad o la Fundación Zoo de Santillana.

–¿Qué es para usted un territorio rural inteligente?

–La RAE define la inteligencia como 'la capacidad de entender o comprender, la capacidad de resolver problemas'. Un Territorio Rural Inteligente es, pues, aquel que conoce bien su realidad, la comprende en sus necesidades y desafíos y decide sus propuestas de mejora y desarrollo. La tecnología a través de la digitalización será su instrumento guía.

–Digitalización, comunicaciones, servicios... ¿cuáles son las líneas maestras que es necesario implementar?

–Como señalaba anteriormente, la digitalización es la herramienta fundamental para implementar y avanzar en el progreso de las zonas rurales. Las propuestas base para su desarrollo siempre han tenido como eje la mejora de las comunicaciones e infraestructuras, la prestación de servicios, la igualdad de oportunidades como derecho esencial. Estas demandas encuentran en la digitalización una palanca clave para su impulso e implementación definitiva. Todos los ejes o líneas de actuación necesitan de la digitalización. Es un elemento esencial para redefinir el espacio rural.

–Atraer talento y emprendedores es uno de los objetivos clave para revitalizar las zonas rurales, ¿qué tipo de medidas considera urgentes en este ámbito?

–Es necesario cambiar la percepción que se tiene del mundo rural, en tanto siempre se ha visto como lo opuesto al mundo urbano. Los espacios rurales y urbanos deben ser complementarios y estar en conexión. Ambos se necesitan y ambos se refuerzan. Las primeras medidas tienen que ir en clave de oportunidad y ser un objetivo de interés para el emprendimiento social. La economía social, que me gusta siempre definir como la 'economía para las personas' tiene un gran potencial para crecer en los espacios rurales y es perfectamente adaptable a la prestación de servicios de proximidad, sociosanitarios o del sector agroalimentario por citar algunos ejemplos significativos.

«La crisis sanitaria ha abierto una oportunidad en los territorios rurales, la digitalización debe ser la palanca que impulse los cambios necesarios»

–Actualizar los modelos productivos de los entornos rurales para que sean actividades económicas viables, sostenibles y fructíferas en el mercado actual es otra meta del proceso de cambio, ¿cuáles son las actuaciones necesarias en esta materia?

–La Consejería de Empleo y Políticas Sociales, a través de la Dirección General de Trabajo, tiene entre sus responsabilidades el fomento y apoyo a la economía social. Se ha demostrado que las diferentes fórmulas de esta economía son más resilientes en períodos de crisis y sostienen mejor el empleo. Cumplen claramente con el objetivo de cohesión social y territorial y pueden ser motor destacado de crecimiento para el territorio rural.

La lucha contra el despoblamiento y el reto demográfico bien pueden incluirse en una estrategia de economía social. La Dirección General de Trabajo ya está apostando por el fomento de la economía social, mejorando líneas de financiación para estas empresas, participando en un proyecto europeo de intercambio de experiencias de economía social en diferentes regiones de Europa o con el compromiso próximo de constitución del Consejo Cántabro de Economía Social. Alinear la economía social con estrategias de desarrollo territorial sostenible e inteligente me parece un acierto y una oportunidad en este momento.

–Otra vía para fijar población en las zonas rurales es el teletrabajo que, con la pandemia, ha experimentado un empujón considerable, ¿cree que el modelo ha venido para quedarse?

–La pandemia ha trastocado nuestra forma de vida y trabajo. Ha puesto la salud en el centro de las preocupaciones de la ciudadanía y esto ha hecho que se vuelva la mirada hacia el mundo rural. No solo como un espacio más saludable per se, sino también como un espacio para el trabajo y la actividad profesional. Y aquí reitero lo que antes señalaba sobre la complementariedad necesaria entre el mundo rural y urbano. Ya tenemos experiencias satisfactorias de teletrabajo y la primera valoración que se destaca es la mejora de la calidad de vida. Lo cual no exime de una demanda de mejoras necesarias que garanticen un teletrabajo que ha llegado para quedarse y pueda ofrecer oportunidades tanto para las empresas como para las personas trabajadoras.

«Los espacios rurales y urbanos deben ser complementarios y estar en conexión»

–A nivel de trabajo, ¿destacaría alguna línea de actuación más (cooperación con asociaciones, agrupaciones empresariales...)?

–Desde el mundo del trabajo y el empleo la colaboración con los agentes sociales (organizaciones sindicales y empresariales) siempre ha sido fundamental en la consecución de acuerdos y desarrollo de líneas de actuación. También lo puede ser aquí. Desde la economía social, las asociaciones que representan estas entidades deben ser atendidas en sus propuestas y experiencias. Será satisfactoria la colaboración que persiga la creación de empresas y empleo y no solo evite la despoblación, sino también atraiga nuevos pobladores, generando nuevos espacios de crecimiento.

–¿Cree que con la crisis sanitaria se ha abierto una oportunidad de oro para las zonas rurales?

–Nos estamos dando cuenta de que, aunque viviéramos de espaldas al territorio rural, somos más dependientes de él de lo que pensábamos. Y empezamos a ser conscientes de esa desigualdad. Cantabria tiene una dimensión territorial cercana, el mundo rural 'no estaba tan lejos' como creíamos. Ahora parece que se puede vivir en el campo y se puede trabajar en casa algunos días. El mundo rural ha entrado con fuerza en la ciudad y es un momento para impulsar su desarrollo. Aun así, los déficits son altos después de años de olvido. La crisis sanitaria ha supuesto una oportunidad, la digitalización debe ser la palanca que impulse los cambios necesarios.

–En Cantabria podemos encontrar multitud de entornos rurales de distintos tamaños y características. A la hora de definir los planes estratégicos de desarrollo, ¿es importante atender a esta diversidad o sería más eficaz un plan integral más global?

–Considero que las dos visiones son complementarias. No siendo Cantabria una comunidad de gran extensión geográfica, también presenta importantes diferencias territoriales. La más significativa, la que existe entre la zona costera y las zonas del interior. Y en el interior, entre los núcleos cabecera de comarca y los municipios de montaña. Un plan estratégico debe contemplar esta realidad desde la igualdad. El emprendimiento social puede no tener los mismos proyectos o intereses en cada zona, pero sí debe contar con las mismas oportunidades para su puesta en marcha. Por ejemplo, las diferentes formas de economía social pueden adaptarse a realidades y necesidades diversas.

–¿Qué le parece que se haya creado una vicepresidencia para abordar la transición ecológica y el reto demográfico?

–El Gobierno de España ha asumido el reto demográfico como una política de máxima prioridad. De hecho, el fondo de recuperación 'Next Generation' ha marcado tres ejes fundamentales: la digitalización de la economía, la sostenibilidad y la cohesión social y territorial. Ninguno podría ser más oportuno para alinear con el desarrollo territorial y la lucha contra la despoblación. De ahí lo importante en este momento de una Vicepresidencia para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

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