Los Agustinos, 'amor y ciencia'

Parece ser el año 1902 el del inicio de la presencia en Santander de la Orden de los Agustinos, siempre en el ámbito educativo, cuando se hicieron cargo de las escuelas de Rúa Mayor y posteriormente de la parte académica del Colegio Cántabro, que funcionó entre 1917 y 1936 en donde hoy está la abandonada Residencia Cantabria. Es interesante destacar que en este colegio cántabro, aparte de la docencia convencional durante el curso, con internado incluido, tenían su sede estival los cursos del Colegio Mayor Universitario de la Universidad de Valladolid, que llegaron a estar adscritos a los que organizaba la Sociedad Menéndez Pelayo, en un ambiente intelectual muy fructífero, coincidiendo con la Internacional de La Magdalena o los cursos de posgraduados de la Casa de Salud Valdecilla.

Con la Guerra Civil el Colegio Cántabro, vinculado obviamente a la enseñanza religiosa, fue incautado. La comunidad de profesores agustinos pudo sin embargo retomar la docencia en el curso 1937-1938 utilizando provisionalmente un piso en el número 41 de la calle Castelar, donde acogieron a casi un centenar de niños que procedían de aquel antiguo centro de las afueras de Santander.

La actual ubicación Los Agustinos en el Sardinero no fue, por tanto, la misma que tuvo desde su implantación en Santander. De ello se acordará mucha gente, sin duda, pero es obligado decir, por si algún lector joven o no santanderino se asoma a esta página, que la anterior sede estuvo hasta los años setenta del pasado siglo en otra zona bien diferente, en un solar al comienzo de la calle Alcázar de Toledo, esquina con la calle Vargas, por donde estuvo también el cine Alameda y un convento de Las Trinitarias. Fue en el curso 1938-1939 cuando los agustinos iniciaron sus clases, con cerca de doscientos alumnos, en aquel colegio-preceptoría que pudieron habilitar ya bajo el nombre de Colegio San Agustín, que han mantenido desde entonces.

La buena fama y el buen hacer de sus profesionales docentes acrecentaron las solicitudes de admisión de alumnos, hasta llegar a 340 en el curso 1940-1941. Es por ello que, como también sucedió en otras congregaciones similares, fueron necesarias sucesivas ampliaciones de espacios y acondicionamientos adecuados (patios, aulas, salón de actos...) para acoger los diferentes servicios educativos. Digamos que desde septiembre de 1941 el centro mantuvo las características básicas de sus instalaciones, lo que no era óbice para necesitar más espacios. De esta manera, en 1972 se adquirió un amplio terreno en la avenida de Pontejos en El Sardinero y se encargó el diseño del nuevo colegio a Ricardo Lorenzo, que planteó una construcción con ladrillo y juegos de volúmenes que le son característicos, a tenor, por ejemplo, del edificio de la Estación Marítima. Hay que tener en cuenta que la expansión de la ciudad hacia El Sardinero (y el acortamiento del 'Lugar de Cueto' en pro de Valdenoja, o la creación de una avenida llamada Bellavista que algún conocido lugareño llamada más bien 'Feavista') no se produce hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, con resultados más o menos inquietantes desde el punto de vista urbanístico. Sea como fuere, el edificio actual de Los Agustinos es sin duda uno de los inmuebles más destacados en toda la zona.

El curso de inauguración en el nuevo centro fue el 1975-1976 con la peculiaridad de ser ya un curso mixto, con admisión de más de mil chicos y chicas, cosa nada habitual en los colegios religiosos de la época.

En 2015, Antonio Cerezo presentó un libro, editado por la desaparecida librería Estvdio, dedicado a las entonces cuatro décadas de vida de Los Agustinos en El Sardinero, un «homenaje» al colegio y a las generaciones de santanderinos que han pasado por sus aulas. La obra recoge un importante material gráfico, desde orlas hasta fotografías de distintos eventos, a modo de una especie de «memoria escolar extendida».

Cuenta el centro con más de setenta profesores y con una activa página web de la que extraemos algunos datos interesantes. El colegio se levanta sobre una superficie aproximada de 27.000 metros cuadrados y tiene 45 aulas equipadas con sonido, proyectores y pizarras digitales y distribuidas en nueve de Educación Infantil, 18 de Educación Primaria, 12 de Educación Secundaria Obligatoria y seis de Bachillerato. El resto de las instalaciones son las propias de un centro educativo dedicadas a los servicios de administración, equipo directivo, biblioteca, laboratorios, sala de audiovisuales y capilla. Tanto para la comunidad educativa como para usuarios externos, debe destacarse que el colegio ofrece unas magníficas instalaciones deportivas, con sala polivalente gimnasio, pabellón polideportivo cubierto, piscina climatizada, campo de fútbol 7 de hierba artificial, cuatro pistas de pádel (dos de ellas cubiertas) y varias pistas de baloncesto, minibasket, fútbol sala, balonmano, voleibol y bádminton. No creo que sea un centro que precisamente sufra de problemas de matrícula, fuera del contexto general de pérdida demográfica que se está dando con respecto a ciertos años.