«Más del 80% del alquiler turístico no está regularizado. Es un agujero tremendo»

El presidente de la Federación Nacional de Inmobiliarias reconoce que el sector vive un momento «peculiar» tras el cambio de tendencia que se produjo en 2020. La pandemia, que «nos descoló a todos», propició cambios de hábitos en la compra de inmuebles alimentadas por la posibilidad de teletrabajar. «La gente buscaba espacios más abiertos como viviendas unifamiliares. Todo esto en zonas bien comunicadas pero periféricas», añade. Entonces, en un contexto en el que los tipos de interés eran muy bajos y había mayor facilidad para conseguir un préstamo hipotecario, la compra-venta creció «muchísimo». Una situación «muy positiva para el sector» que cambió durante la primavera de 2022, cuando el euríbor empezó a subir, y el mercado «se enfrió», explica.

Esto ha provocado que los posibles compradores, «piensen mucho más» antes de decidir si adquieren o no una vivienda. «Los tipos suben y los precios de la vivienda se acercan mucho a los de 2007 antes de la explosión de la burbuja inmobiliaria». Además, como consecuencia de la dinámica positiva que ha vivido el mercado hasta ahora, «el inventario de propiedades en venta ha bajado». A esto hay que sumar que la situación del alquiler tampoco vive su mejor momento. Entre los pisos turísticos que no están regulados y «la grandísima inseguridad turística de los arrendadores por la Ley de Arrendamientos Urbanos», la oferta de alquileres fijos también disminuye. Y sus precios se encarecen.

A menos de un mes de que comience el nuevo año, las previsiones de Alfaro de cara al 2024 difieren según el rol que ocupe cada persona. Por ejemplo, para los inquilinos «pinta mal la cosa». Precisamente por la inseguridad jurídica que tienen los propietarios, que «hasta que no se sientan más protegidos» no cambiarán ni su tipo de alquiler ni los precios. «Si sufren un impago, pueden tardar hasta 24 meses en recuperar las llaves de su piso. Así es imposible», asegura. «No se van a poner más viviendas en alquiler mientras el arrendador no se sienta protegido. Si a eso le sumas que existen trabajos con salarios muy bajos y que el precio sigue subiendo, la capacidad adquisitiva de la gente se ve mermada», comenta el presidente de la Federación Nacional de Inmobiliarias.

Respecto a la compra de viviendas, «parece que hemos llegado al techo de la subida de tipos de interés y hay dos opciones: o se mantienen, o desciende levemente». Por lo tanto, a su juicio, el precio de la vivienda será muy similar.