Jordi Sevilla

Exministro de Administraciones Públicas

«Hace 15 años había retos que parecían solucionables y ahora son estructurales»

-¿Como autor principal del documento Retos España 2024, fue difícil hacer la selección de los siete retos?

-Sí porque hay muchos más, pero intentamos buscar los que tienen mayor impacto o exigencia de tomas de decisiones. Es verdad que el PIB y la evolución coyuntural de la economía está yendo bien dentro de una aceleración global y creciendo un poco más que la media europea; el mercado laboral está razonablemente aguantando e incluso la inflación está bajando. Lo que son los datos coyunturales están funcionando mejor de lo previsto. Y yo quería poner el foco en aquello que es estructural.

-Habla de siete retos, pero parece que identifica un problema común a todos ellos que es la polarización de la política...

-Sí, es una de mis conclusiones. Muchos de los retos que citamos los arrastramos incluso desde hace 20 años porque no le hemos dado respuesta ya que implicarían pactos políticos, institucionales y poner en marcha una estrategia a más de cuatro años y eso, de un tiempo a esta parte, por la crispación y la polarización política ha sido imposible. El actual clima político es perjudicial para España.

-¿Son muy distintos los retos de España en 2024 frente a los que tenía en su etapa como ministro?

-De eso ya hace muchos años pero ya existían problemas como el tener una productividad y una inversión en I+D por debajo de la media de la Unión Europea u otros como la pobreza infantil. Sin embargo entonces aún teníamos la esperanza de poder recuperar esa brecha, per 15 años después te das cuenta de que no lo hemos hecho y la perspectiva de tiempo te hace ver que lo que antes te parecía un problema solucionable, se ha convertido en algo estructural.

-¿La respuesta a los retos actuales sería muy diferente con el gobierno del PSOE del que formó parte de 2004 a 2007?

-No lo sé muy bien, porque es verdad que en aquel momento nosotros tampoco teníamos mayoría absoluta pero sí se intentaron aproximaciones importantes con el Partido Popular y aunque sí hubo cierto consenso de nuevo el tema catalán marcó un punto de ruptura y de fricción. Claro, dos no pactan si uno no quiere, pero también es verdad que el Partido Popular estando en la oposición siempre se ha mostrado muy reticente a pactar con un gobierno socialista, mucho más que a la inversa, y en este momento tenemos a un PP y a un Ejecutivo lanzados al monte y los problemas están más lejos de resolverse.

-De un tiempo a esta parte ha mostrado rechazo abiertamente a la gestión que ha realizado el PSOE, pero afirma que seguirá formando parte del partido, ¿a que se debe ese compromiso?

-Creo que las ideas y los principios que uno tiene van más allá de la dirección concreta de un momento concreto y de un gobierno concreto. Yo llevo en esto desde que un tal Alfonso Guerra era alguien muy importante en el partido y en España, he visto muchos cambios y mi compromiso con los principios, la ideología y con lo que ha significado y significa el PSOE va mucho más allá de la coyuntura. Yo con le Gobierno actual, que sigue siendo mi gobierno, discrepo en alguna de las cosas que ha hecho y estoy muy de acuerdo en otras.

-¿Es lógico que la amnistía y el problema de Cataluña centralice la agenda política?

-Cataluña es una parte muy importante de España y no sólo en términos económicos, sino históricos y culturales. Desde luego en mi modelo de España tiene que estar Cataluña, pero creo que se fue generando una confrontación por una incapacidad de entender la posición del otro, especialmente con Mariano Rajoy y Puigdemont. Desbloquear eso, empezar a hablar de la financiación, de la ampliación del Prat o del control en las fronteras me parece que es empezar a aterrizar en la política democrática normal quitándonos de ensoñaciones de aquellos que piensan en la posibilidad, imposible desde mi punto de vista, de una Cataluña fuera de España.

-¿Nos debe preocupar realmente en Cantabria en el aspecto económico?

-Sin lugar a dudas, el modelo de financiación que está planteando Esquerra y Junts es insolidario con el resto de España. Sí hay que intentar valorar la queja que tiene Cataluña de que financian mucho y reciben poco y comprobar qué hay de verdad en ello para buscar soluciones, pero no deben pasar por el cupo catalán.

-¿Realmente hay comunidades beneficiadas y perjudicadas en con la financiación autonómica?

-Sí, desde luego, pero creo que las comunidades han tenido una liquidez suficiente que ha hecho que el problema con el modelo de financiación caducado haya pasado a segundo término en las prioridades políticas. Pero merecemos ya tener un modelo de financiación autonómica estable y una revisión de la excesiva capacidad de decisión que sigue conservando el Gobierno Central.

-¿Entiende el rechazo que existe en Cantabria a los parques eólicos?

-Desde el punto de vista egoísta sí, yo tampoco querría que me pusieran un molino junto a mi casa, pero desde el colectivo no. La crisis ecológica está afectando ya a millones de personas y hay que dar una respuesta. El gran fallo es que no estamos teniendo en cuenta que también hay damnificados en la lucha contra el cambio climático a la hora de buscar compensaciones.