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El fin del periodo de consultas para el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la planta de conservas de la empresa Atunes y Lomos (Atunlo) en Santoña ha finalizado con un acuerdo entre la Dirección y el comité merced al cual se da por ... terminada la actividad del centro de trabajo y el despido de sus 83 empleados.
La compañía pondrá fin así al anuncio hecho en diciembre, cuando justificó en sus problemas económicos y productivos, lleva meses en preconcurso, la necesidad de medidas laborales drásticas tanto en su instalación de Cambados (Galicia), que quedará minimizada; como en la de Cantabria, que directamente cerrará.
La asamblea de trabajadores ha decidido apoyar el acuerdo del despido en las condiciones que ha ofertado la empresa, con pequeñas mejoras respecto a la legislación vigente para elevar ligeramente las indemnizaciones de salida, que giran en torno a 20 días por año trabajado hasta un máximo de 12 meses. No obstante, se ha incrementado la antigüedad en dos meses más para subir los abonos por las salidas laborales. Atunlo ya trasladó durante toda la negociación el «esfuerzo» que estaba haciendo para poder pagar dichas liquidaciones, en lugar de solicitar concurso de acreedores y que las reclamaciones las sufragara el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
Antes de dicha asamblea Atunlo también dejó claro al comité que la propuesta debía ser ratificada por la totalidad del comité de empresa, conformado por CC OO y USO. Este planteamiento suele ir encaminado a evitar posibles demandas posteriores en los tribunales.
Como medidas complementarias, suscripción de un convenio especial con la Seguridad Social para los empleados mayores de 55 años; la creación de una bolsa de empleo para que el personal despedido pueda optar a vacantes y sustituciones en la planta de Cambados o en otras empresas del Grupo Atunlo; así como un plan de recolocación externo.
Antes de ese respaldo mayoritario de la asamblea de trabajadores, USO ya trasladó que no estaba en disposición de firmar el acuerdo por considerar que no se daban las condiciones para el ERE en los términos expuestos por la empresa y que por tanto los despidos debían ser considerados improcedentes. Estas afirmaciones se basaban en los estudios económicos realizados por el sindicato.
Como ejemplo, dicha asesoría técnica defendía la facturación récord de Atunlo en el año previo a este despido colectivo, más de 221 millones en 2022. «Ni el contexto macroeconómico ni el contexto sectorial del atún justifican la reestructuración propuesta por la Dirección del Grupo Atunlo», concluían los técnicos.
A más, «una gestión precaria de la deuda de la sociedad, penalizada en parte por una estrategia de crecimiento quizá demasiado arriesgada, ha acabado lastrando los resultados del grupo», recogía dicho análisis, que igualmente ponía el foco en las disputas societarias dentro de Atunlo y la «opacidad» en los precios de transferencia en determinados servicios que prestaba Santoña a otras instalaciones, según afeó USO ya días atrás en plena negociación.
El documento, de hecho, veía «desproporcionada» la reestructuración «a la luz del actual contexto macroeconómico, sectorial y a la situación del grupo en su conjunto».
El sindicato había hecho un contrainforme que finalmente no presentó al respetar el acuerdo mayoritario de los trabajadores, aún no compartiendo el mismo.
Por su parte, CC OO había defendido durante la negociación la necesidad de buscar alternativas laborales para el personal afectado. En esa línea han ido las medidas de acompañamiento incluidas en el acuerdo del ERE.
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